Un presupuesto con más equidad social

La ley más importante de un país democrático es el Presupuesto Nacional, porque es la herramienta con la cual el Estado destina recursos financieros para desarrollar sus políticas. En ese sentido, el Poder Ejecutivo es el encargado de proponer las partidas presupuestarias que se destinan a Salud, Educación, Obras Públicas, Jubilaciones y demás áreas, pero el Congreso tiene la facultad de revisar la propuesta del Ejecutivo y modificarla para lograr un Presupuesto con más equidad social y destinado a los más necesitados.

En Argentina, a diferencia de otros países, el gobierno de Cristina Kirchner ha contado con una mayoría automática para aprobar los presupuestos de años anteriores, sin dar lugar a la oposición a introducir cambios ni a controlar las cifras ocultas de las obras públicas y los subsidios para los empresarios amigos. El Presupuesto se convirtió, en la era Kirchner, en una ley modificable vía Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), destinado a satisfacer más las necesidades de caja del Gobierno que las necesidades reales del país y sus ciudadanos.

Sin embargo, tras el recambio parlamentario del 2009, el Gobierno se encontró con una oposición que trabajó en conjunto para elaborar otras propuestas. Mientras el Ejecutivo estimó una inflación del 8,9% y un crecimiento 4,3% para el 2011, para los bloques opositores la inflación estará en un 25% y el crecimiento será del 6%. Con estos indicadores, se elaboraron dictámenes con mayor equidad social, en vista de la negativa del oficialismo a introducir cambios a su propuesta.

Atentos al excedente tributario del que dispondrá el Ejecutivo este año, de alrededor de 32.000 millones y teniendo en cuenta que para el próximo año se manejan los mismos números, incluiremos en el Presupuesto Nacional el 82% móvil para los jubilados porque, como siempre sostuvimos, los recursos están. También vamos a introducir cambios para la Asignación Universal por Hijo y tomar medidas concretas para ayudar al Ejecutivo a sincerar las cifras inflacionarias, que golpean directamente sobre los jubilados y los trabajadores de menores ingresos.

Sólo la ideología económica del ministro de Economía, Amado Boudou, un alumno aplicado de las políticas macroeconómicas del CEMA, la usina que orientó al ex presidente Carlos Menem durante los \’90, puede sostener los indicadores macroeconómicos del Presupuesto remitido por el Ejecutivo y con la sola intención de aumentar la recaudación, a través del impuesto inflacionario, en un año electoral.

Muchos se preguntarán que sucedió durante la sesión del último miércoles. Es muy simple: el Gobierno buscó aprobar la Ley de Presupuesto sin dar lugar a los planteos de la oposición, y sabiendo que tenía perdida la votación ante el vacío de poder que reina en el bloque oficialista, desarrolló una burda y errada estrategia de presión a diputados de distintos bloques.

Sin amedrentarnos, continuamos debatiendo la Ley de Presupuesto para aprobar una ley superadora y evitar que el Gobierno realice gastos sin control del Congreso. Además, vamos a incluir el 82% para los jubilados y la Universalización real de la Asignación por hijo. Haremos todos los esfuerzos para votar con coherencia, como siempre lo hizo la Unión Cívica Radical, un Presupuesto 2011 con más justicia y equidad social.