Sinceramiento económico e innovación política

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Por Juan Francisco Nosiglia, secretario del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical y legislador de la Ciudad de Buenos Aires.

Sinceramiento económico e innovación política

Los cambios de gobierno en democracia generan incertidumbres. Se trata de un proceso que muestra dificultades y de un momento político que presenta coexistencias que más de las veces aumentan el temor social. Los períodos de transición se caracterizan por la convivencia entre lo nuevo y lo viejo, desarrollándose entre procedimientos que combinan prácticas en vías de disolución al mismo tiempo que se generan otras que se van afirmando. La coexistencia produce escenarios ambiguos que son inevitables en una primera etapa de gobierno.

Cambiemos lleva poco más de 4 meses de gestión y ha dado buenas señales sobre el nuevo camino que empieza a recorrer Argentina. Dos líneas de acción están marcando esta primera etapa: sinceramiento económico e innovación política.

Tras recibir una delicado herencia en materia económica, con una inflación que superaba el 25% en promedio y una economía que acumulaba 4 años de estancamiento, la normalización económica supone una urgencia más que una necesidad. Las primeras medidas adoptadas se están orientando a enfrentar la emergencia. La eliminación de las restricciones cambiarias, la corrección del sistema tarifario de los servicios públicos y la recuperación del INDEC, todas ejecuciones precisas en un paquete de decisiones de mayor escala destinadas a poner a Argentina en el lugar del desarrollo. Un paso importante logró concretarse en las últimas semanas con el acuerdo que se alcanzó con los acreedores internacionales poniendo un final a la cruzada legal que mantenía nuestro país con EE.UU y marcando el regreso a los mercados de capitales. En igual sentido, la salida del default es una herramienta significativa para abrir la puerta del financiamiento externo y atacar dificultades económicas mayúsculas como la inflación y recesión.

El paquete de medidas económicas están siendo acompañadas por un conjunto de decisiones de política social destinadas a cuidar a los sectores más vulnerables, como el reintegro de IVA en la canasta básica, los subsidios a los beneficiarios de planes sociales y jubilados, y el programa de primer empleo anunciado esta semana. Mejorar lo heredado también está en agenda: universalizar la asignación universal por hijo, actualizar las escalas de ganancias y crear un consejo de salario que actualice el salario mínimo, vital y móvil. El desarrollo del norte argentino, mediante la puesta en marcha del Plan Belgrano, promete ser una de las políticas más importantes de los últimos años. Conectar de manera productiva el norte argentino con el resto del país solucionando al mismo tiempo el déficit en infraestructura, la crisis habitacional y las deudas en materia de salud que tiene la región. En paralelo se ha lanzado un ambicioso plan de infraestructura básica y obras hídricas en la Provincia de Buenos Aires. Hacer alusión al ahogo económico heredado también implica no desatender la dificultad que supone sincerar en una fase de transición. Ahí es donde el gobierno debe prestar particular atención para tener las prioridades correctas y no errar en el diagnóstico: garantizar el financiamiento al sistema universitario y la apuesta por la calidad de la educación pública es imprescindible para un programa de desarrollo.

El cambio de estilo gubernamental está delineando un nuevo escenario para innovar políticamente. No tenemos antecedentes firmes de coaliciones en el gobierno, pero las experiencias más cercanas como Chile y Uruguay indican que es posible gobernar en conjunto sin perder identidades propias. La innovación -aunque lenta- supone dejar atrás una forma política jerárquica y verticalista dando lugar a un gobierno de sentido plural pero con fines específicos compartidos y lo suficientemente claros como para sellar acuerdos fundamentales en lo que hace a reformas de gran peso en el sistema político. En este sentido, los próximos debates girarán en torno a acuerdos preexistentes entre las fuerzas que componen Cambiemos: ley de acceso a la información pública y reforma política. La profundización del gobierno abierto y la necesidad de avanzar en un pacto federal también deberán formar parte de una discusión más amplia entre todos los espacios del espectro político; y hay que ser audaces para abordar la reforma incluyendo el financiamiento de la política, si no nos queremos quedarnos a mitad de camino. Normalizar la economía e innovar la política son los objetivos del momento, la cooperación es nuestro medio.

Una transición de gobierno carga siempre con una dificultad de origen que descansa en la necesidad de conectar puntos que- y en un principio- suelen estar aislados. Las políticas ejecutadas corren con la urgencia de la inmediatez, pero los resultados se miden con otra variable – más importante, tal vez – que es el tiempo. 

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