Resolución Política de la UCRCapital

EL PLENARIO DE DELEGADOS DE LA CONVENCION DE LA UNION CIVICA RADICAL DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES,

Conciente de la responsabilidad que implica representar una tradición política centenaria fundadora de la democracia en argentina; en momentos de gran incertidumbre generada por la voluntad del Gobierno Nacional de perpetuarse en el poder a través de un innecesario y aventurado intento de reformar la Constitución Nacional.

Frente al estrepitoso fracaso del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo segundo período de gestión no ha hecho más que corroborar su incapacidad para administrar los asuntos públicos que tiene a su cargo.

Dispuesto a poner en práctica la unidad del radicalismo como instrumento esencial para lograr en el 2013 cambios sustanciales en las representaciones parlamentarias que tomarán decisiones clave para poner freno al descontrol con que la Presidenta conduce los destinos de la nación.

Convencido de que la militancia política es la principal fuente de nuestras fortalezas y el único camino para volver a dotar de relevancia a la UNION CIVICA RADICAL.

DECLARAMOS:

Los radicales estamos en un momento de cambio:

Superado lo más grave de las crisis de las últimas décadas aparece clara la posibilidad de contribuir de manera significativa al progreso, el bienestar y el desarrollo de la argentina.

Todo depende del rumbo que se tome. O abrazamos el futuro con sus desafíos oportunidades y posibilidades o seguimos encadenados a un pasado donde lo que crece es la pobreza, la desigualdad, la pérdida de libertades.

Convocamos a superar el escepticismo, el cinismo y la desesperanza.

Hay un futuro mejor al alcance del pueblo argentino. Depende de la convicción que tengamos y la capacidad con que nos empeñemos para generar un consenso distinto al que hoy prevalece en las visiones autoritarias y anticuadas del poder.

La corrupción, la mentira, la imposición de un relato falso, la inmoral ostentación de riquezas injustificables en la cúpula del poder, el crecimiento constante de la desigualdad, el clientelismo al que se somete a los más necesitados y el adoctrinamiento en la escuela, son males que deben ser erradicados de las prácticas políticas. El pueblo argentino tiene que decir basta a todo esto. Tolerancia cero para esta forma de gobierno.

El pueblo de la Ciudad de Buenos Aires muchas veces en la historia lideró los cambios en el sentido de la modernidad, el progreso y la igualdad. Es hora de que lo vuelva a hacer. Sabemos que es posible una mejor política, vamos por más y mejor política.

La debilidad, la dispersión y la falta de fuerza de las alternativas opositoras son la mayor fortaleza del kirchnerismo. Cambiar esto depende exclusivamente de nosotros.

Un programa alternativo basado en la afirmación de los principios republicanos, la inversión masiva en bienes públicos como la red ferroviaria, los sistemas educativos y de salud, deben ser la plataforma de unión de un espacio opositor vigoroso que desafíe con autoridad y firmeza a un gobierno tan autoritario como soberbio e ineficiente. Dicho programa debe contemplar la lucha contra el incremento de los riesgos provocados por la desidia y la arbitrariedad estatal que redundan en una situación de indefensión e inseguridad patrimonial, física y jurídica, que sufren en mayor proporción los argentinos de menores ingresos y empeora todas las condiciones de vida para la población más vulnerable.

Hay que romper el mito extorsivo de que son los únicos que pueden gobernar. Muy por el contrario, el gobierno es pésimo. La inseguridad, la inflación, el crecimiento de la desigualdad, el abandono escolar, el desaliento a los sectores productivos, son los temas centrales a superar en la argentina frente a los que el gobierno ha demostrado una incapacidad fenomenal.

Parafraseando a Churchill al revés, nunca nadie hizo tan poco con tanto.

En los centros urbanos más dinámicos del país ya comienza a verse una opción por el cambio.

El electorado de la Ciudad de Buenos Aires puede y debe jugar un papel fundamental superando la mediocridad, la ineficacia y la superficialidad reaccionaria del gobierno local.

No es con visiones ligeras y timoratas fundamentalmente conservadores de la política como construiremos la fuerza opositora que tenga la vitalidad suficiente para superar este modelo.

Frente a este estilo de gobierno no hay que victimizarse ni resignarse. Hay que dar la discusión en todos los ámbitos, no se puede tolerar una mentira más. Hay que proponer un camino distinto.

Convocamos a las distintas organizaciones políticas, ciudadanos independientes, intelectuales que activamente resisten con sus opiniones a los contenidos de este modelo a profundizar entre nosotros el debate que permita encontrar los comunes denominadores de la propuesta de cambio.

La unión nos puede llevar al triunfo, la incapacidad para lograrlo asegura la derrota y la conservación del actual estado de cosas.

Convocamos a los que se entusiasmaron con Alfonsin en los 80 y hoy aún alejados del radicalismo valoran como fundamentales los principios democráticos y socialmente progresistas que inspiró. A los que en los 90 aún entendiendo la necesidad de modernización resistieron la matriz política del menemismo, a los que recuperaron la esperanza con la Alianza y se desencantaron con su impotencia, a los que observaron con simpatía y expectativa los primeros pasos del kichnerismo y hoy les preocupa su involución.

Nuestra contribución a esta necesidad de modernización y futuro de nuestra sociedad es abrir la mente a lo nuevo y dinámico que surge en nuestro país y en el mundo aportando los principios éticos y democráticos en que siempre sostuvimos.

Con la misma convicción y firmeza que en los 80 respondimos a los carteles negros que gritaban somos la bronca, hoy volvemos a decir. Somos la vida, somos la paz, la libertad, el diálogo y la permanente búsqueda de consenso.

Hoy esa bronca es la intolerancia, la mentira, la descalificación, el vamos por todo.

Nosotros no vamos por todo. Vamos por más y mejor política para el bienestar de los argentinos.

Vamos a empeñarnos en convertir el 2013 en el año de la recuperación del radicalismo, para convertirlo en el eje del programa de la modernidad y el progreso social. En la estructura convocante del espacio opositor, para traducir con claridad el mensaje de la transformación, para poner en acción la experiencia de nuestros mejores cuadros, para canalizar la indignación ciudadana, la vocación de servicio de los jóvenes, los trabajadores loe empresarios y los científicos que se resisten a vivir en el país de la prepotencia, la desigualdad y el aislamiento.

Por lo expuesto RESOLVEMOS:

1.- En el marco de la convocatoria de nuestro Comité Nacional para unir todos los sectores políticos y ciudadanos contra los intentos de perpetuación del Gobierno Nacional, lanzar la campaña NO A LA RE RE. A tal efecto se ha puesto en vigor la página de Internet www.noalarere.com.ar y se llevarán a cabo campañas de recolección de firmas y adhesiones, así como diversas acciones de movilización y concientización.

2.- Poner en marcha el Instituto Julio César Saguier con el fin de constituir un foro de estudio de los problemas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del conjunto del área metropolitana. El propósito de esta institución será realizar una amplia convocatoria a quienes preocupados por las carencias de políticas de largo plazo estén dispuestos a aportar desde sus respectivas especialidades a desarrollar estrategias superadoras de los múltiples problemas que afectan al AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires).

3.- Convocar a una Comisión de Plataforma Participativa, destinada a asesorar a esta Convención para la oportuna sanción de una plataforma electoral para la ciudad, que se constituya en un verdadero programa de gobierno capaz de brindar soluciones previsibles y planificadas. Es propósito de esta Comisión convocar técnicos y especialistas con militancia en nuestro partido que estén en condiciones de aportar conocimientos sensibles y valiosa experiencia de gestión

4.- Declárese la prórroga extraordinaria de los mandatos por el termino de 180 (ciento ochenta) días, teniendo en cuenta la existencia de un proyecto del Poder Ejecutivo con reformas al régimen electoral de la ciudad, que está siendo considerado en la Legislatura local, pendiente de aprobación, del cual dependen cuestiones esenciales sobre el régimen político que regirá para las elecciones del próximo año.