Ratificar a Despouy al frente de la AGN beneficia a la sociedad

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Declaraciones de Claudio Presman, Diputado de la Ciudad de Buenos Aires (UCR).

Parece ser que las ansías de poder y la mezquindad política son características cotidianas de ciertos funcionarios que creen estar ungidos por designio celestial y creen tener el mandato para desobedecer a la Constitución Nacional. La Argentina, posee un sistema republicano de Gobierno que se va desdibujando progresivamente: los pesos y contrapesos del estado se desvanecen ante el accionar de un gobierno, que desde que se alzó en elecciones, desoye constantemente al pueblo, y a vastas prácticas democráticas. 
El diálogo con los partidos opositores, representantes de amplios sectores populares, está ausente; la autocrítica nunca estuvo presente. Ser crítico del Gobierno es hoy sinónimo de golpismo. El pensar de forma diferente sitúa a la oposición en categorías como el "gorilismo" o afirmaciones que aluden a que integran sectores oligárquicos o reaccionarios. El mensaje oficial, es hoy el único válido. Las opiniones diferentes intentan derribar el modelo progresista y de sólido desarrollo y crecimiento económico que tanto beneficia a las clases bajas e indigentes. Es absolutamente correcto que la Presidente de la Nación eluda las preguntas de distintos estudiantes mediante chicanas desconociendo su investidura.

Fue absolutamente correcta la reforma del Consejo de la Magistratura que le dio la mayoría automática al partido de gobierno para que disciplinando jueces reinara la impunidad. Hoy día tenemos a una Presidente rica que dice ser progresista y bogar por los intereses de los desfavorecidos, a un Vicepresidente de la Nación que proviene de sectores neoliberales que desplazó al Procurador General en el marco de una enorme estafa, y un Juez, como Oyarbide, que sobresee constantemente a funcionarios, que como propiamente mencionaran pocos días atrás, se manejan por fuera de la Ley.

Desplazar en un comienzo al Dr. Leandro Despouy fue otro de de estos hechos que atentan contra las instituciones de gobierno. La pregunta es por qué lo hicieron. Tal vez lo que molestara, entre infinidad de otras cuestiones, haya sido su intachable carrera al mando del organismo: los cientos de informes que dan cuenta de la mala de gestión de la que es hoy responsable el partido gobernante. Por mencionar alguna de las más gravosos inacciones de gestión aludo a la reciente "Tragedia de Once" en la que perdieron sus vidas más de 50 inocentes victimas.

Los pesos y contrapesos del sistema de gobierno no deberían ser abatidos por la demagogia política. El Estado no es propiedad de ningún partido político, es de todos. Avasallar la República es atentar contra la patria.

Celebramos su ratificación al frente de la Auditoría General de la Nación, porque nos permite recordar que la independencia de poderes es inherente a la democracia y a su vez exige su extremo respeto. 

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