Gil Lavedra sucederá a Aguad
Presidirá el bloque de diputados nacionales de la UCR; arduo debate interno.
La Nación – "¡Felicidades, presidente!", le dijo Felipe Solá mientras le daba la mano efusivamente a Ricardo Gil Lavedra. Fue el primer saludo extrapartidario que ayer recibió el jurista en los pasillos del Congreso, cuando hacía dos minutos había cerrado el costoso acuerdo para ser el nuevo titular del bloque de la UCR en Diputados.
Después de dos meses de pelea entre alfonsinistas y cobistas, el actual titular de la bancada, Oscar Aguad, y Gil Lavedra acordaron que el jurista lo reemplazará en ese cargo, a pesar de que el acuerdo original preveía que lo hiciera Ricardo Alfonsín.
Ese cambio fue el nudo del conflicto que amenazó con fracturar al bloque radical, y que anoche mantenía en llamas la pelea entre los dos sectores por todos los demás cargos en el bloque y la Cámara.
"El acuerdo decía que el enroque era entre Aguad y Alfonsín, y no sólo no lo cumplieron sino que ahora pretenden quedarse con todo", decía furioso un diputado que responde al vicepresidente Julio Cobos.
Se refería al pacto, firmado en 2009, que establecía que Aguad sería presidente del bloque radical y Alfonsín, vicepresidente 1º de la Cámara por un año, y después de ese plazo intercambiarían funciones.
El primer problema fue que Alfonsín no quiso asumir la conducción del bloque para hacer campaña como precandidato presidencial de la UCR y designó a Gil Lavedra en su lugar.
El segundo problema fue que el alfonsinismo reclamó rotar todos los demás cargos, para que Gil Lavedra no quedara escoltado en el bloque por los diputados cercanos a Aguad, sino por los de su sector.
Con ese mar de fondo, anoche lo único definido era que Aguad sería vicepresidente 1º de la Cámara y seguramente seguiría como representante de la oposición en la Consejo de la Magistratura, y Gil Lavedra lo reemplazaría en el bloque.
En cambio, los diputados que apoyaron a Aguad (una mezcla de cobistas, provinciales e independientes) se negaban rotundamente a dejar los cargos que hoy ocupan en manos del alfonsinismo, alegando que el arreglo original no lo preveía y directamente hablaban de un "golpe de estado" de sus pares del bloque.
"Fue un acuerdo de caballeros, en una reunión cordial y afectuosa", dijo Gil Lavedra a LA NACION después de reunirse a solas con Aguad, aunque la pelea de ellos hacia abajo tiene poco de caballerosidad.
El tema partió exactamente a la mitad al bloque radical (21 a 21, sin contar a la diputada cordobesa Silvia Storni, que los dos sectores reivindican como propia), que ayer aprovechaban para reprocharse mutuamente desde las críticas de Elisa Carrió al partido hasta la negativa del vicepresidente a lanzarse como candidato partidario.
Hoy seguirán la discusión donde todos buscan lo mismo: ganar poder, recursos e influencia.
