Fuerte apoyo a la rectora que supo jugar

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Los alumnos colgaron un video en la web. El ministro Narodowski reclamó “moral y autoridad” y estalló la polémica. Chicos, padres y sindicalistas lo llamaron “fascista”

CríticaDigital.com.ar – Una fuerte reacción de alumnos, padres, colegas y sindicalistas docentes evitó que la rectora de la Escuela Normal Superior Nº 2 “Mariano Acosta” perdiera su puesto por jugar con los chicos que terminaban quinto año. La difusión, el jueves último, de un video donde se ve a Raquel Papalardo en el patio del colegio mojando con agua –y en plan lúdico– a un grupo de alumnos de quinto año escandalizó en un principio a las autoridades del Ministerio de Educación porteño: “Es un hecho que será desplazada de su puesto”, dijo su titular, Mariano Narodowski, el mismo jueves. Sin embargo, con el correr del día de ayer, y después una conferencia de prensa en la que la comunidad del Acosta y los sindicatos se solidarizaron con Papalardo, el ministro dio marcha atrás: sólo dispuso que una junta disciplinaria evalúe la posibilidad de abrirle a Papalardo un sumario administrativo.

Para Mariano Narodowski, la actitud de la rectora es cuestionable porque pone en jaque su autoridad. Pero Papalardo sostuvo que sólo se trata de una “persecución política” en su contra. De hecho, estas sospechas llevaron a Gustavo Lesbergueris, defensor adjunto de Educación de la Defensoría del Pueblo porteño, a iniciar una investigación de oficio para conocer los motivos y los alcances de la medida dispuesta por el Ministerio de Educación.

Al margen del trámite administrativo, la noticia cobró vida propia y abrió un debate: ¿puede un juego hacer tambalear la autoridad? ¿Cómo se ejercen las jerarquías dentro de una escuela? Según Narodowski –ex alumno del Acosta–, Papalardo “rompió la asimetría entre docentes y alumnos”.

NO ES LO MISMO. “Mariano Acosta, Despedida a 5°, Papalardo participa”. Así se llama el video que colgaron los estudiantes en la página web YouTube. En la filmación –que ya no está disponible en el portal– podía verse a un grupo de jóvenes celebrando a manguerazos el final de la cursada. Para dar por terminado el festejo de un modo amable, Papalardo –quien tiene 32 años de antigüedad en el colegio– tomó la manguera y mojó a los chicos. Poco después, los alumnos abrazaron a la docente.

El video fue acercado al Ministerio de Educación por dos padres de la escuela, que se mostraban preocupados por la actitud de la directora. Narodowski les dio –y les sigue dando– la razón. “La figura de un rector de una escuela secundaria tiene que generar una autoridad legítima y confiable”, advirtió ayer. Para Papalardo, en cambio, el juego de agua no pone en discusión su legitimidad. “Narodowski no tiene idea de lo que es la autoridad –dijo a Crítica de la Argentina–. La autoridad pasa por la confianza, la solidaridad, el cariño y el respaldo hacia los alumnos. No la perdí por haber hecho lo que hice. Al revés: reforcé la autoridad porque hay muchos chicos que, a pesar de haber terminado las clases, están hoy de nuevo en la escuela. Es una persecución política, ya han intentando separarme de mi cargo por otras causas.”

Dos días atrás, Papalardo había ganado un concurso para ser supervisora de escuelas normales. Si la separan de su cargo como directora, advierte, no podrá asumir su nueva función. “Alguien no quiere que ascienda de cargo”, dice.

No es la primera vez que el Mariano Acosta está en los medios. El 23 de julio de 2008, la realidad del colegio se hizo pública cuando un grupo de estudiantes secundarios ocupó las instalaciones esgrimiendo reclamos, principalmente el que aludía al recorte del Ministerio de Educación a las becas escolares. En aquel momento, Juan Luis Quesada –estudiante– le dio a Crítica de la Argentina una opinión que hoy habilita una lectura política: “Los directivos y docentes de la escuela acompañan nuestro reclamo y están de acuerdo con que nos manifestemos de esta manera”, dijo.

Para muchos la reprimenda puede ser una respuesta oficial, y atrasada, a las protestas de mediados de año. “Esta escuela no comparte los mismos valores que el ministro de Educación de la Ciudad, que persiguió con listas negras a los estudiantes y a los docentes por protestar y defender la educación pública. Vamos a defender a una profesora que siempre respondió las demandas de su comunidad educativa”, dijo ayer Felipe Vega, presidente del centro de estudiantes del colegio, durante una conferencia de prensa ofrecida en el Mariano Acosta.

OPINIONES

El respeto se construye
Rafael Saralegui

Siempre es difícil decir que no. Es más fácil ser amigo de los hijos que ser padre. Es más copado ser compinche de los alumnos que ser sólo un profesor o rector que guarda las formas: un amargo. Poner un límite, decir esto no se hace, siempre es complicado: para los padres y para los docentes. La directora de la escuela Mariano Acosta, Raquel Papalardo, participó de los festejos de los egresados, empuñó una manguera de incendios y empapó a los alumnos. Ella también terminó empapada, bajo una montaña de abrazos y risas. Pura jarana. El gobierno de Macri amenaza ahora con echarla del cargo. Un exceso, sin duda. Se dice que Papalardo es víctima de una interna política por haber apoyado a los chicos durante las tomas de la escuela. Es probable. Pero si ella no hubiera sido parte del jolgorio, no habría excusa para sancionarla. Autoridad parece haberse convertido entre nosotros en una mala palabra. El diccionario la define como la potestad, la facultad de mandar y hacerse obedecer. Y el ejemplo de la Real Academia es justo para este caso: “El profesor tiene la autoridad en el aula”. Entre pares no hay quien mande. Es cierto que la autoridad también se construye, se constituye, con cada acto, con cada decisión, no alcanza sólo con que alguien la otorgue para que tenga contenido. De esa forma también es como se consigue el respeto.

No le quita ni le da autoridad
Abraham Gak (Profesor honorario de la UBA y director de escuela media durante 14 años)

La discusión se centra en que la actitud le quitaría autoridad a la directora, lesionando una acción que debería ser de otra naturaleza. Si bien no tomaría una manguera de ningún modo, no me parece que sea tan tremendo que las autoridades participen de una celebración, ni creo que justifique una sanción. Lo que pasó no le quita ni le da autoridad, que va unida a una cuestión de respeto cuando los adolescentes reconocen en los adultos su dedicación, preocupación y esfuerzo a ayudarlos a crecer. Los adultos debemos cuidar las formas. Eso no significa que uno no pueda estar con ellos participando de la alegría que supone terminar un año que ha sido duro. Como siempre, está en juego esa mirada en la cual la educación viene por las formas y no desde lo profundo. Están dadas las condiciones para generar un vínculo de respeto a la autoridad, sin falsa solemnidad. No podemos hoy educar como hace 30 años.

No rompan las pelotas
Eduardo de la Puente (Conductor, ex alumno del Mariano Acosta)

Las autoridades deberían dejarse de romper las pelotas y ocuparse de hacer programas de educación como la gente. La directora usó la manguera como parte de la joda de los chicos. Eso no es falta de compostura. Está bárbaro. Cuanto más cerca pueda estar de los chicos, mejor. Así va a avanzar algo en la educación.

A mí me tocó cursar el secundario en el colegio durante la época del proceso militar. Ojalá hubiera tenido en ese momento una profesora así. Aunque teníamos algunos maestros que intentaban abrirnos la cabeza sin que se notara mucho y nos hacían leer a Cortázar, había otros que eran buches de los servicios. Incluso, había uno que se hacía llamar “Herr”.

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