Otra crisis sistémica
El caos en Villa Soldati como reflejo de la crisis política latente. El progresismo oficialista al descubierto. Mauricio Macri y su duro aprendizaje político. La escalada en la imagen de la presidente también se apoya en la esperanza de un cambio de estilo ¿existe tal cosa? Las consecuencias del escándalo diplomático norteamericano con las filtraciones de los cables secretos. Por Escenarios Alternativos.
EscenariosAlternativos.org – El kirchnerismo se jacta de haber devuelto al Estado un rol que había perdido en la década de los ’90 a manos del mercado y de haber recuperado la política en detrimento de la economía. Sin embargo, los episodios de las últimas semanas en Villa Soldati, ponen al descubierto, no solo la falsedad de esta pretensión, sino el mismo carácter progresista del peronismo gobernante.
Al igual que en la tragedia de “República Cromagnon”, la crisis que sacudió la opinión pública nacional, tiene explicaciones en la debilidad de un Estado con una gestión torpe, ineficiente y rehén de los grupos de interés, que en este caso desnuda la pobreza del sistema político, la crisis de ciudadanía y la falacia de una economía distributiva.
No se sabe si las incursiones del ejército brasileño en la favela “La Rosinha” en Río de Janeiro, inspiraron a la operación conjunta entre la Policía Federal y la Metropolitana para hacer lo propio – aunque a escala modesta – en un sector de La Villa 31 de Retiro. Sugestivamente, a una semana de ese operativo se produjo la toma del Parque Indoamericano, su desalojo por la fuerza y una retoma masiva que superó la capacidad operativa de ambas policías. De ahí en más se evidenció, nuevamente, la delgada separación entre la vigencia del estado de derecho y la anomia que sigue vigente desde diciembre de 2001.
Durante dos días el parque fue escenario de todas las miserias humanas: la brutalidad habitual de la Policía Federal, mafias, menesterosos, vecinos desesperados y responsables políticos especulando con el rédito a sacar de semejante aquelarre.
La presidente Cristina Fernández y Mauricio Macri, cargan con la responsabilidad de los muertos, producto de la ausencia de Estado. La primera por especular –aunque no ha de descartarse la impericia – y el segundo con la inoperancia de un advenedizo de la política. En el caso del gobierno nacional se hace más gravosa porque el episodio revela que las políticas públicas de vivienda y asistencia social son ineficientes o mentirosas. Un capítulo aparte merece la actitud de la primera magistrada quien en ningún momento se refirió a los hechos; jamás atendió los llamados de Macri, limitándose a crear un Ministerio de Seguridad a cargo de la actual ministro de defensa Nilda Garré, un claro golpe a Aníbal Fernández y Julio Alak, funcionarios desgastados de un desempeño deplorable mientras la ley de la selva se cobraba, al menos, tres vidas en el parque. Esa ausencia presidencial – la misma que sostuvo Néstor Kirchner en los sucesos de Cromagnon – indican el temor reverencial a tener que cargar con las responsabilidades que implica mantener el estado de derecho y la desconfianza absoluta hacia las fuerzas de seguridad que comandan.
La creación de este ministerio es, además del planteo de un objetivo muy alto para el año final de mandato, la admisión oficial de que la inseguridad ha pasado de ser “una sensación” a una realidad. En ese orden, tal vez se cree a la brevedad un “Ministerio de Inflación”.
El Día de los Derechos Humanos, no podría haber tenido un telón de fondo más inoportuno y sólo la lluvia providencial impidió que mientras la gente se mataba en Villa Soldati, una multitud “celebrara” con un recital de rock en la Plaza de Mayo.
Lejos de asumir su responsabilidad, el gobierno dejó que los hechos ocurrieran y hasta utilizó a organizaciones sociales y a sus representantes para ser portavoces – en la Casa Rosada – de más críticas al gobierno de la ciudad, representantes cuya legitimidad es tan valedera como la de los bizarros movimientos de izquierda que a una semana de estallado el conflicto quisieron “acercar su solidaridad” a los acampantes, cruzando el vallado de la Gendarmería como si hubieran tomado el Palacio de Invierno.
En cuanto al Jefe porteño, es claro que paga el costo de haber creado una débil policía propia, de tener “equipos” – como le gusta decir – incapaces, de haber – probablemente – tenido cortocircuitos con punteros que en el sur se sintieron ofendidos con el jefe de gobierno, y de haber generalizado un sistema de subsidios que actúa como incentivo para la toma de espacios públicos y privados. También quedó al descubierto que Mauricio Macri es otro representante de la derecha que se avergüenza de serlo.
En un mismo ramalazo de realidad relumbra la situación de las fuerzas de seguridad, los planes de vivienda, la inmigración, el narcotráfico, la trata de personas y otros que nos son más que la ausencia o ineficacia de políticas públicas de mediano y largo plazo. Si a esta situación, que reconoce los antecedentes de los recientes asesinatos en Formosa y Barracas, se diese en un contexto de crisis económica hoy estaríamos, tal vez, a las puertas del “que se vayan todos”.
¿Hay viraje?
Una de las cuestiones que abrió la prematura muerte de Néstor Kirchner fue la posibilidad de que su esposa planteara diferencias en cuanto al estilo político. El viraje de la crispación a la concordia tendría como recompensa una recomposición de la imagen del kirchnerismo ante un sector del electorado. Algunas actitudes de la presidente alimentan esta posibilidad, pero como ya hemos sostenido aquí, el kirchnerismo será más de lo mismo en todo sentido. El comportamiento durante la crisis de gobernabilidad de Villa Soldati es exactamente el mismo que hubiera observado Néstor. Del mismo modo, el acto por el Día de los Derechos Humanos no incluye a los jueces y fiscales que condenaron a las juntas militares en 1985; o el comportamiento legislativo en la Cámara de Diputados mantiene la confrontación o la elusión como estrategia contraria al consenso.
Las idas y vueltas con el FMI y el minué con el Indec, son muestras de continuidad en el estilo de confrontación y dilación ante los problemas
En donde ese viraje parece más consistente es en las relaciones con los EE.UU. a las que la presidente les presta especial interés. La llegada de Héctor Timermann a la cancillería fue la primera señal y restarle importancia a los cables de la embajada norteamericana en Buenos Aires que reveló wikileaks, fue otro gesto muy agradecido por la Secretaria de Estado Hillary Clinton.
Wikileaks
Ese affaire internacional que revela lo que todo el mundo sabía, no constituye un problema para la seguridad norteamericana en cuanto al contenido de lo que ha trascendido, sino a la posibilidad de que esto se repita con información relevante. Sí es un problema en tanto afecta la confianza entre los Estados; tiene un impacto en la política doméstica del presidente Barak Obama y perjudica la credibilidad externa de su país.
En todo caso, las “revelaciones” de wikileaks para con el “resto de América” trazan el mapa de la ansiedad de los Estados Unidos por recuperar el control de lo que denomina Hemisferio Occidental. En ese contexto, señalan el giro del gobierno de Cristina Kirchner con respecto a Washington.
Con la figura de Hugo Chávez como “cuña” entre ambos países, los Kirchner tuvieron comportamientos contradictorios hacia Washington, con denuncias públicas permanentes que parecieron contradecir los mensajes reservados revelados.
Por otra parte, la Cumbre Iberoamericana que se realizó en Mar del Plata no contó con la presencia del bolivariano quien con la excusa de las inundaciones en su país, no asistió. Tampoco hubiera tenido la repercusión de aquella cumbre en la organizó un acto masivo paralelo con el fin de oponerse al ALCA.
