Macri quiere un impuestazo
Por la diputada nacional Silvana Giudici (UCRCapital).
Aumentar los impuestos siempre es una mala señal. Macri prometió que no los iba a aumentar, pero ahora quiere un ajuste sobre el Alumbrado, Barrido y Limpieza del 22%. Para evaluar si correspondería el aumento basta analizar muy genéricamente en que se asignaron los $ 22.000 millones del Presupuesto 2010.
La mala ejecución presupuestaria se verifica, por ejemplo, cuando en Educación se gastó solo el 10,3% de los recursos previstos para obras, mientras que en Vivienda se ejecutó apenas el 0,8%. En los Ministerios de Ambiente y Espacio Público la ejecución alcanzó el 96% de lo presupuestado y en Cultura hubo una sobre ejecución que ascendió al 110% de los recursos.
Esta subejecución del presupuesto en las áreas sociales, demuestra el poco interés del Gobierno porteño en la lucha contra la desigualdad y la exclusión que se comprueban especialmente en los barrios del sur porteño. Dos hechos ponen de manifiesto esta afirmación:
El primero, la multa que la Justicia le impuso al Jefe de Gobierno de $ 100 diarios por la demora en la construcción del Hospital de Villa Lugano, y el embargo de $ 3.200 que trabó sobre el sueldo mensual del Ministro de Salud Jorge Lemus.
El segundo hecho se produjo hace 45 días, a partir del cierre del Centro de Zooterapia, único en Latinoamérica, que funcionaba en el Parque Roca atendiendo a 500 chicos con múltiples discapacidades y problemas de trastornos sociales.
Meses atrás, el Ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, negó categóricamente que las arcas de la Ciudad estuvieran atravesando una crisis financiera y afirmó que en términos primarios había superávit. Evidentemente estas afirmaciones no se condicen con la realidad.
¿Cuál es la razón entonces para aumentar el ABL si el Ministro asegura superávit, y si el presupuesto de ingresos previstos para el 2011 es de alrededor de $ 25.000 millones?.
No existen razones para el aumento impositivo que quiere Mauricio Macri. El Ejecutivo porteño debe preocuparse por cumplir con las metas del Presupuesto, porque recursos existen. Las subejecuciones presupuestarias, sobre todo las destinadas a políticas sociales y educativas, para priorizar gastos innecesarios, son la prueba cabal de que Macri impulsa este impuestazo sin tener en cuenta que serán los ciudadanos porteños los que paguen por su ineficiencia en la gestión.
