La próxima foto será en abril

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El encuentro del G20 en Washington no fue tan mediocre como muchos presagiaban. Al menos ya se decidió la fecha del próximo encuentro en el que participará Cristina Kirchner.

Eleconomista.com.ar – La crisis no es nada, la imagen es todo. Ese podría ser el slogan de las reuniones del G20 en esta crisis. Y si no pregúntenle a los presidentes reunidos en Washington que tuvieron que repetir la foto de la semana pasada porque Cristina Fernández de Kirchner había llegado tarde a la toma. Esa foto no es un tema menor. Los líderes quieren mostrarse trabajando en tiempos tan turbulentos. En ese sentido en Washington se resolvió algo importante: la fecha de la próxima foto. Será el 30 de abril próximo en Londres, la capital del país que presidirá el grupo durante 2009 (este año esa silla fue para Brasil). La cita de hace unos días había despertado bastante escepticismo entre la prensa y los analistas en los días previos. El motivo es que había sido convocada por un presidente saliente y su sucesor no estaba presente. Además se argumentaba que para que el G20 coordine una acción conjunta para la crisis se necesitaba consensuar una agenda que no estaba definida previamente. Por suerte para varios, Washington parece haber servido en algo.
Podría haber sido peor
El documento final de la reunión no es muy diferente al que se había firmado la semana anterior en San Pablo. En todo caso la reunión de Washington sirvió para ratificar dos cosas: será difícil de ahora en más que los líderes de los países emergentes no estén más en este tipo de reuniones y la Ronda de Doha es probable que se relance antes de fin de año. Respecto al primer punto hay que decir que los máximos representantes del 90% de la economía mundial nunca se habían reunido a la vez. Washington marcó un hito en ese sentido porque podría definir una alternativa a otras instancias.
Por ejemplo los procesos de decisión en el Fondo Monetario envuelven a 185 países pero cada uno tiene un determinado peso a la hora de votar una resolución con lo cual surgen problemas de representación. Además allí asisten sólo funcionarios de nivel técnico y una vez al año. “Si se necesita un grupo de países que no sea muy grande o un grupo que excluya la mitad de la economía mundial o el 80% de la población mundial como el G7, el G20 es una buena medida”, opina Michael Mussa, experto del Instituto para la Economía Internacional. Para muchos una consecuencia de Washington 2008 será que de ahora en más será complicado para el grupo de países avanzados prescindir de los emergentes porque sus mercados serán los más dinámicos en los próximos años. Si los pronósticos del Fondo Monetario son acertados el desempeño de los países de Asia, América latina, Africa y Medio Oriente en 2009 explicarán el 100% del aumento del PIB global porque las economías de Estados Unidos, Europa y Japón estarán en recesión. En relación al segundo punto el FMI estima que el intercambio comercial podría caer 1,5% en 2009.
En 2001 cuando la economía estadounidense entró en recesión elcomercio global cayó 3% en dólares. Los economistas temen que esto genere una guerra de devaluaciones competitivas. Por ahora se está lejos de ello. En ese sentido los líderes del G20 prometieron no aumentar barreras al comercio en 2009 y relanzar Doha. La OMC citó el otro día a los delegados de cada país para que muestren un cambio en sus posiciones a más tardar a finales de la semana que viene si quiere cumplir el compromiso de sus presidentes en Washington. “Estamos esperando ver las concesiones de los países interesados”, adelanta Alfredo Chiaradía, secretario de Negociaciones Comerciales de la Cancillería. “Hasta ahora hubo sólo palabras, no hay cambios de fondo”.
Qué se puede cumplir
¿Qué posibilidad hay que se cumpla la agenda de Washington? Bastante. En las próximas semanas se verá a los países tomando medidas de estímulo fiscal (en realidad ya mismo). Y la Argentina no será la excepción. En menor medida se conocerán novedades sobre la Ronda Doha.
Respecto al resto de los temas presentes en la agenda hay menos margen para el optimismo. La reforma de los mercados financieros definida en Washington consiste en cinco puntos bien definidos. En cada uno de ellos se ha establecido qué objetivos deben lograrse antes del 30 de abril de 2009. Salvo un llamado a que el FMI haga pública sus recomendaciones en esa área, el resto de la agenda no supone ninguna acción concreta. La regulación financiera, el monto de capital que debería inyectarse en los organismos internacionales, el peso de cada país en el FMI y la administración de los desequilibrios globales para evitar que países como los asiáticos sigan acumulando reservas, son cuestiones que siguen pateándose para más adelante. En definitiva no es cuestión de solucionar todos los temas y entonces no tener excusa para sacarse más fotos.

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