La más exitosa de las revoluciones

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126º aniversario de la Revolución del Parque

La más exitosa de las revoluciones

El 26 de julio de 1890 se iniciaba una insurrección cívico militar que marcaría para siempre la historia nacional. Un conjunto de hombres de distintas pertenencias e ideologías se alzó contra una situación insoportable: corrupción escandalosa, desmanejo de la situación económico-social y exclusión de amplios sectores de la participación política.

Ya se escribió mucho sobre la actuación descollante de los milicianos y de las mujeres revolucionarias de esa fecha; y poco es el homenaje que le podríamos hacer desde acá a tanto coraje y tanta entrega. Pero hay un aspecto del hecho revolucionario de Julio respecto del cual se dice poco: una revolución finalmente derrotada torció para siempre el rumbo de la política argentina. Los resultados se harían esperar más de un cuarto de siglo, cuando Hipólito Yrigoyen acceda a la presidencia en elecciones limpias y por voto popular.

Dos lecciones enormes para el radicalismo de hoy: hay derrotas que fundan cambios perdurables en el tiempo; y se requiere de visión de largo plazo para dar a la historia los liderazgos que ella precisa. El éxito de los varones y mujeres del 26 de julio de 1890, somos los militantes de hoy, que llevamos en alto sus banderas y las vamos a defender aun cuando soplen vientos en contra.

¡Viva la Revolución del Parque! 

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El 26 de julio de 1890 se iniciaba una insurrección cívico militar que marcaría para siempre la historia nacional. Un conjunto de hombres de distintas pertenencias e ideologías se alzó contra una situación insoportable: corrupción escandalosa, desmanejo de la situación económico-social y exclusión de amplios sectores de la participación política.

Ya se escribió mucho sobre la actuación descollante de los milicianos y de las mujeres revolucionarias de esa fecha; y poco es el homenaje que le podríamos hacer desde acá a tanto coraje y tanta entrega. Pero hay un aspecto del hecho revolucionario de Julio respecto del cual se dice poco: una revolución finalmente derrotada torció para siempre el rumbo de la política argentina. Los resultados se harían esperar más de un cuarto de siglo, cuando Hipólito Yrigoyen acceda a la presidencia en elecciones limpias y por voto popular.

Dos lecciones enormes para el radicalismo de hoy: hay derrotas que fundan cambios perdurables en el tiempo; y se requiere de visión de largo plazo para dar a la historia los liderazgos que ella precisa. El éxito de los varones y mujeres del 26 de julio de 1890, somos los militantes de hoy, que llevamos en alto sus banderas y las vamos a defender aun cuando soplen vientos en contra.

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