La caja está en orden.
Cómo aborda el gobierno la crisis internacional. El Congreso le vuelve a sonreír al kirchnerismo. Los desafíos del presidente electo Barack Obama y la expectativa del gobierno argentino. El arco político uruguayo veta a Néstor Kirchner para presidir la organización Unasur. La UCR aglutina un polo alternativo. Fallo histórico de la Corte Suprema.
Escenariosalternativos.org – La crisis mundial es afrontada por los diferentes Estados con medidas que refuercen la previsibilidad y disminuyan la incertidumbre que es propia del pánico financiero y del temor sobre el futuro de la economía. En esa línea, asegurar la liquidez y la solvencia del sistema crediticio nacional y regional, y fijar pautas económicas sujetas a las instituciones y no al arbitrio de la autoridad de turno, son fundamentales para el desarrollo económico e indispensables en horas de zozobra.
En la faz política, profundizar el diálogo dentro de los Estados y entre miembros de los bloques comerciales para coordinar medidas, también es insoslayable. Poco de este razonamiento parece animar al gobierno peronista de Cristina Fernández de Kirchner y su marido Néstor. A contrapelo de lo aconsejable, se encargó de inyectar más incertidumbre en los mercados, destruyendo el mediano y largo plazo en la plaza financiera, con una improvisada decisión sobre el sistema de capitalización individual previsional en manos de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).
Por otro lado, las medidas para paliar la crisis no pasan de la tradicional “apretada” de Guillermo Moreno –ahora a los bancos- con la idea de evitar una fuga de divisas que se verifica desde fines del 2007. Con respecto a la posible ola de despidos en el sistema productivo, el gobierno sólo ensaya pedidos a empresarios, quienes además de contestar con el bolsillo, ponen como condición mantener congelada la negociación salarial hasta mayo del 2009.
Mientras esto ocurre, según cálculos de Ernesto Kritz, el 32,3% de la población argentina está por debajo de la línea de pobreza ¿Cómo es posible que creciendo al 8% anual en un lustro esta sea la situación actual? La respuesta es que, al igual que los ’90, el gobierno peronista apostó al “derrame” y ahora que la canilla se cierra el cántaro ya no rebalsa y millones vuelven a fojas cero.
La reciente victoria del oficialismo en la Cámara de Diputados, se suma a la aprobación del Presupuesto 2009, la reestatización de Aerolíneas Argentinas y la llamada ley de movilidad jubilatoria, en un raid que parecía imposible luego de la estrepitosa derrota de “la 125”.
Lejos de obedecer a la pretendida ideología progresista del gobierno, el retorno de los fondos de capitalización, sumados al flujo de unos 15.000 millones de pesos, entraran a la ANSES en el 2009 parecería darle el oxígeno que amenazaba escasear en un año electoral.
Las negociaciones en el Congreso fueron arduas en un proyecto en que el matrimonio se jugó a todo o nada. Sin la creación del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) el 2009 hubiera encontrado al Poder Ejecutivo a la descampada por el lado de la solvencia fiscal. Sin embargo, en el sector externo las dificultades estarán presentes porque Hugo Chávez pierde decibeles políticos en forma proporcional a la debacle del precio del crudo, por lo que los préstamos bolivarianos estarán fuera del menú; y el financiamiento internacional seguirá vedado para la Argentina.
A pesar de que esta reforma del sistema previsional ataca una parte del problema económico del 2009, el poder de los Kirchner sigue teniendo un flanco muy débil en el plano internacional. Al término de la Cumbre de Presidente Iberoamericanos en El Salvador, Cristina Fernández de Kirchner sólo tuvo un pedido de audiencia de parte de sus colegas: José Luis Rodríguez Zapatero, preocupado por la suerte de las empresas españolas en el país. Nadie más tenía algún asunto que tratar.
La oposición
Luego de anudar acuerdos en la Convención Nacional del mes pasado en Córdoba con el Partido Socialista, la UCR trabaja en una alternativa de construcción política que ofrezca gobernabilidad y contrarreste el poder casi hegemónico del partido del gobierno. Una nueva instancia de este diálogo se abrió con el acercamiento de Elisa Carrió quien acordó con Gerardo Morales, titular del Partido Radical, el establecimiento de mecanismos de consulta e interacción parlamentaria, en vistas a formar entre las tres fuerzas –UCR, PS y CC- una opción electoral.
Por otro lado, apenas se acallaban las declaraciones de Hugo Moyano acerca de la inexistencia de despidos masivos –al parecer emulando a los Kirchner en su negación de la realidad- la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en fallo unánime e histórico, declaró inconstitucional la exclusividad que tienen los sindicatos con personería gremial en la representación de sus trabajadores y anuló la obligatoriedad de estar afiliado a un sindicato con personería gremial para ser elegido representante de las fuerzas del trabajo. Este auténtico mazazo a la hegemonía de la CGT abre horizontes de insospechadas consecuencias para todo el sistema político y productivo argentino.
Sin que el fallo lo diga taxativamente, la inconstitucionalidad del artículo 41 habilita a la creación de más de un sindicato por rama, a la posibilidad de que una organización gremial actúe sin que el Ministerio de Trabajo le otorgue la personería gremial y permitiría incluso la creación de más de una central obrera, al estilo de la mayoría de los países europeos.
En los fundamentos del fallo la Corte cita a convenios internacionales, entre los que está el firmado con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que nuestro país nunca cumplió y que la CTA reclamó siempre a un impertérrito Néstor Kirchner.
Por último, una grisácea gestión del macrismo en la Ciudad, enmarañado con los gremios docentes, y un papel de los diputados del PRO decididamente volcado en favor de las AFJP, parecen restar capital político a esta fuerza de derecha.
Obama: la esperanza negra
El triunfo de Barack Obama en las elecciones norteamericanas es, sin duda, un soplo de alivio en medio de la grave crisis económica que vive la primera potencia mundial. Con déficit en la balanza comercial y en el presupuesto fiscal, con un estimado de 1,2 millones de pérdida de empleos para este año. Y por el otro, con una guerra global que involucra a unos 200.000 soldados y civiles en el exterior, Obama ha ganado un pasaje al vértigo de “uno de los viajes más grandes de su vida”, tal como le auguró Bush.
En el final de su segundo mandato, el capital político del presidente saliente, George W. Bush está reducido a polvo, tanto como la Biblioteca Nacional de Bagdad y en ambos casos bajo su entera responsabilidad. La magnitud del desafío llevará a Obama a incluir republicanos en su gabinete en señal de unidad y en su listado de prioridades la Argentina está tan lejos como en la distancia geográfica. Poco agrega la conmovedora carta de la presidente Kirchner, señalando afinidades ideológicas difíciles de comprobar y más cercana a las “relaciones carnales” que al establecimiento de vínculos maduros y serios entre un país en desarrollo y la primera potencia mundial. Valga recordar que Carlos S. Menem saludó al electo Bush padre con un “somos del mismo palo”.
Lo más seguro es que sin acciones concretas de integración internacional por parte de la Argentina, el gobierno actual no recibirá más que una parte del influjo del soft power que Obama ya ha dispuesto como estrategia para la región y para los asuntos internacionales en general. Dicha integración podría reducirse aún máas si prospera la intención postrera del George W. Bush de bajar, entre otros, a nuestro país del G-20, para pasar a formar un G-14.
Todavía esta pendiente el escándalo de la valija de Guido Antonini Wilson; los desplantes del matrimonio presidencial hacia Bush –al fin y al cabo el presidente de los EE.UU.-; el hecho de que el embajador Anthony Wayne nunca tuviera una audiencia oficial con Néstor Kirchner y la postura ambigua respecto a Evo Morales y Hugo Chávez.
Néstor sin Unasur
El ex presidente argentino nunca puso mucho cuidado en las relaciones exteriores, salvo para hacer un uso doméstico de las mismas –léase crear el SIPA ante la “crisis foránea”. Pero el revés que significó la decisión del gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez, le dolió en el alma. Con mucha más historia común y afinidades de todo tipo que con Barack Obama, el matrimonio presidencial ha logrado que oficialismo y oposición del país hermano se unieran para vetar la candidatura de Néstor Kirchner como presidente protémpore de la Unión de Naciones del Sudamericana, cargo que ocupa Uruguay en este momento.
Quien propuso la figura de Kirchner para estar al frente de Unasur fue el presidente de Ecuador Rafael Correa, respaldada por el venezolano Hugo Chávez. Colombia y Perú nunca se manifestaron a favor del ex presidente, pero el golpe de los uruguayos evitó su pronunciamiento –dado que la designación debe ser por unanimidad- y ha dado por tierra con la incursión de Kirchner en la arena regional.
