El show de Hilda Molina debe continuar
El Poder Ejecutivo aprovechó el viaje de la disidente castrista para montar un espectáculo desde la residencia presidencial. En un hecho inédito, la Secretaría de Medios transmitió en vivo la visita del hijo y los nietos en una suerte de cadena nacional.
Crítica de la Argentina – No fue sólo un recibimiento formal lo que ofreció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al hijo y a los nietos de la médica cubana Hilda Molina. Para el Gobierno fue mucho más que eso. A 15 días de las elecciones legislativas, el matrimonio K difundió la noticia con un entusiasmo digno de un triunfo de su gestión. En lo que fue un gesto inédito, permitieron que las cámaras de televisión tomaran imágenes en vivo del encuentro que se produjo ayer en la Quinta de Olivos.
La televisación de la reunión se sumó al operativo que montó el kirchnerismo cuando la jefa de Estado se enteró que el gobierno cubano había autorizado a Molina a viajar a la Argentina, hecho que se concretará hoy a las seis de la mañana. Al conocerse la noticia, el viernes Cristina hizo otra cosa que tampoco había hecho jamás: se comunicó por teléfono con la Sala de Periodistas de la Casa Rosada para anunciar la novedad.
La Presidenta exprimió la noticia todo lo que pudo. Sin embargo, su viaje a Ginebra a la cumbre anual de la OIT le impedirá tener la primera foto con Hilda Molina, que llegará cuando el vicepresidente Julio Cobos esté en ejercicio transitorio de la presidencia. En el entorno de Cobos, que permanecerá hasta el lunes en Mendoza, ya pusieron en marcha el Operativo Hilda para conseguir la primera imagen con la médica. No será fácil: para obtenerla dependerán de que ella solicite formalmente una reunión, porque su visita al país es exclusiva del ámbito privado y no requiere ninguna participación protocolar, más allá de las que conciba el marketing electoral.
El encuentro en la Quinta de Olivos, según contó Roberto Quiñones, el hijo de Molina, fue “de lo más distendido”. Las imágenes televisivas registraron una reunión informal en la que la Presidenta dedicó mucho tiempo a interrogar al menor de los dos nietos de Molina.
“Nos recibió con sensibilidad, cariño y respeto”, dijo Quiñones durante la conferencia de prensa que brindó Olivos, donde agradeció a Fernández de Kirchner por el “trabajo y el seguimiento de todos estos años”. En cuanto a los detalles del encuentro, Quiñones dijo que fue “una reunión más que con la Presidenta, con una madre de familia”.
Durante la conferencia, Verónica, la nuera de Molina, contó que fue la última en hablar por teléfono con la médica disidente antes de que emprendiera el viaje que espera desde hace quince años. “Me pidió tener a los nietos adelante (al pisar tierra firme) para poder tocarlos antes que nada”, señaló. Ella también tuvo palabras de agradecimiento para Cristina. “La doctora está involucrada en el caso desde que era senadora. Yo siempre le hablé de mamá a mamá. Hoy me demostró que tuvo la sensibilidad de una madre”, contó.
En cuanto al gobierno cubano, que bloqueó la salida de su madre desde 1994, Quiñones dijo que no guarda “rencores” y que espera que este cambio sea el principio de una “revisión” de ese tipo de decisiones.
Esta madrugada, Molina será recibida en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por Roberto, Verónica y sus dos nietos. Después del esperado reencuentro visitará en el Hospital Tornú a su madre, Hilda Morejón, que se encuentra internada por su delicado estado de salud.
La abuela Morejón, delicada en el Tornú
A pocas horas de volver a ver a su hija, Hilda Morejón, madre de Hilda Molina, sufrió ayer una insuficiencia cardíaca que alertó a los médicos del Hospital Tornú. Sin embargo, durante la mañana de ayer se encargaron de informar que se encuentra “estable”. La salud de Morejón, de 90 años, posibilitó el viaje de Molina. Lo dijo antes de salir de Cuba: “Mi mamá está malita. Inicié gestiones ante el gobierno cubano y le pedí por favor que me dejaran venir a asistirla en sus últimos días”.