El principio del fin

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Por Juan Pablo Zanetta.

El jueves próximo en el Consejo de la Magistratura de la Nación se discute no solo la independencia de la Justicia, sino también la suerte de la República y la Democracia.

Ya no se trata solamente del resultado o la transparencia de un concurso, sino del límite entre el Estado de Derecho y la tiranía.

Si la mayoría automática del kirchnerismo en el Consejo de la Magistratura, lleva a cabo las instrucciones del Gobierno Nacional y logra perpetrar la maniobra de inventar un procedimiento de recusación inexistente para los consejeros que piensan distinto, se habrá consagrado un procedimiento que deparará consecuencias insospechadas para la concordia de los argentinos y la vigencia de las instituciones.

La Ley Orgánica del Consejo dice que para aprobar una terna de candidatos a ser magistrados y sea remitida al Poder Ejecutivo, que elige uno y lo propone al Senado para su acuerdo, es necesario que se pronuncien en sentido afirmativo los dos tercios de los votos del Plenario. Es decir que si el Plenario del Consejo funciona con la totalidad de sus trece (13) miembros, se necesitan por lo menos nueve (9) votos para definir quienes estarán en las ternas.

Como el kirchnerismo no llega a juntar esa mayoría para un concurso, ha decidido hacer trampa y violentar la ley y las instituciones, para así imponer su criterio.

Esta maniobra, que no tiene precedente en la historia del Consejo, consiste en separar del concurso a un consejero no kirchnerista, en este caso al Dr. Ricardo Recondo, y así alterar la mayoría sobre la que se computan los dos tercios.

De este modo, cuando se reúna el Plenario para resolver el concurso que tanto le interesa al gobierno, esta vez estaría integrado por doce (12) miembros, lo que posibilitaría que con los mismo votos que tenían antes y que no les permitía hacer lo que querían, obtendrían los dos tercios y podrían consagrar la terna que quieran.

Con este ardid derogarían de facto el requerimiento legal de mayorías calificadas para ternas trascendentales que establecen las leyes y la Constitución Nacional

Si permitimos este precedente, ya no se requerirán los dos tercios del consejo para proponer ternas, pues la mayoría simple podrá recusar todos los consejeros que hagan falta, hasta que tengan el número que necesitan.

Por otro lado, si este procedimiento vale para los concursos, porqué no para los procesos de remoción, de modo que, usando la misma maniobra, la mayoría kirchnerista podría echar a todos los jueces que no hagan lo que se les ordena.

Bajo esta impostura quedará sepultada para siempre la independencia de la Justicia en la Argentina.

Y peor aún, si el ardid es bueno para el Consejo, porque no exportarlo al Congreso de la Nación y entonces el Gobierno podría, la semana que viene, usando la mayoría simple que tiene en ambas Cámaras, recusar a tantos diputados y senadores como sea necesario, para obtener los dos tercios necesarios para habilitar la reforma constitucional y la tan ansiada por ellos “re-re elección”.

La gravedad de la situación es tal, que no podemos vacilar un segundo.

Si los ciudadanos en general y los abogados en particular permitimos que se convalide la trampa, habremos admitido un peligroso precedente, que otorga un recurso ilegal, pero muy eficaz, que estará latente, a la espera que cualquier gobernante lo use para imponer su voluntad a despecho de las instituciones. 

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