El dólar está bajo control
El alza es moderada en relación a Brasil, donde el billete verde llegó a 2,46 reales, una escalada de 14 por ciento en 21 días.
En las últimas tres semanas, desde principios de mes, el dólar en el país vecino acumula una suba del 14 por ciento. Pasó de 2,16 a 2,46 reales. En el mismo período, en la Argentina, el billete verde recorrió el camino inverso: pasó de $3,40 a los $3,35 del cierre de ayer. La pregunta que vuelven a hacerse en el microcentro porteño, tal como ocurrió hasta hace tres semanas en medio de la corrida, es si la actual cotización no es barata.
De hecho, en las últimas horas se incrementaron los controles desde la Secretaría de Comercio. Dos fuentes bancarias dijeron a este diario que un par de aseguradoras no pudieron comprar alrededor de 100 mil dólares cada una, ante la negativa de los bancos a venderles. Las fuentes comentaron que las compras superiores a los 50 mil dólares fueron auditadas ayer desde el Gobierno. Las entidades financieras que rechazaron el pedido de la aseguradora son dos líderes, una de capital nacional y otra extranjera.
Una semana atrás, este diario publicó la nómina de las empresas que más dinero destinan a la dolarización de sus carteras de inversiones. Las compañías de seguros figuran entre las más compradoras de billetes verdes.
Más allá de la intervención oficial sobre el mercado cambiario, la realidad es que la constante devaluación en Brasil le pone presión al tipo de cambio argentino. La Unión Industrial lidera los reclamos para que el Gobierno habilite un alza del dólar. Esa estrategia es rechazada por el Banco Central. Martín Redrado está convencido, y así se lo hizo saber al matrimonio Kirchner, que una suba del billete verde desembocará en un salto inflacionario y en un impacto negativo sobre la economía.
El titular del Central descree que una liberación de la cotización podría ser controlada de manera inmediata. En Reconquista 266, sus asesores escucharon que si se abandona la actual “flotación administrada”, el dólar podría escaparse bien por encima de los 4 pesos. Y que en ese escenario sería muy complicado volver a controlarlo. “Gastaríamos miles de millones de las reservas y nadie nos garantiza el éxito”, asegura el jefe de la autoridad monetaria. Para el funcionario, la actual paridad representa una competitividad mayor en un 20% al nivel histórico de la Argentina. Y un 60% superior al que mostraba durante la convertibilidad. En ese sentido, la clave sería que los industriales inviertan lo necesario para ganarles mercados a sus competidores externos. Cristina Fernández hizo, ya hace algunas semanas, declaraciones públicas en el mismo sentido.
El Gobierno, frente a un panorama internacional que luce complicado, apura medidas de ayuda a la industria. Este diario adelantó que habrá un salvataje al sector del cuero. Otras iniciativas prevén una mejora de la competitividad a través de la aplicación de subas de aranceles y mayores reintegros a las exportaciones.
En un mercado nervioso por la incertidumbre que genera la crisis internacional, las acciones volvieron a caer. El índice Merval se contrajo ayer 4,1 por ciento. En la semana se hundió un 19 por ciento, y acumula una caída de 61,5% en lo que va del año. Entre las líderes, las acciones que más cayeron fueron las de Tenaris (9,45%), Banco Patagonia (8,04) y Telecom Argentina (7,79).
El actual nivel del Merval, de 829 puntos, resulta el registro más bajo desde el 1 de octubre de 2003.
En otro orden, el precio del petróleo de Texas, de referencia para la Argentina, subió ayer un uno por ciento, tras cinco sesiones consecutivas de caídas, pero no consiguió acabar la semana por encima de los 50 dólares por barril. Cotizó en 49,93 dólares.
Por su parte, la tonelada de soja cayó 2 por ciento. Vale unos 310 dólares.
Lula sufre la fuga de capitales
En el gobierno argentino confiaban en que la administración Lula dejaría al dólar bajo una flotación administrada de entre 2 y 2,10 reales. El escenario se cumplió durante un par de semanas. Pero el avance del dólar en el principal socio del Mercosur volvió con todo en lo que va de noviembre. Y ahora, mientras en los bancos paulistas suponen que el tipo de cambio se estabilizará en torno a los 2,50 reales, en Buenos Aires cruzan los dedos para que se repliegue lo más cerca de 2. Hay una causa que parece echar por tierra con ese deseo: en las últimas semanas, la fuga de capitales desde Brasil se potenció y hasta el momento no hay motivos para pensar en un cambio de escenario.