El Gobierno acopló al país a la crisis global

LaNación.com.ar –  Si el Gobierno sostenía hace pocas semanas con pocos elementos empíricos en su haber que la Argentina podía estar desacoplada de la crisis que afectaba al resto del mundo, su abrupta decisión de suprimir el sistema de jubilación privada, definitivamente, acopló al país al derrape global, como lo demuestra la fenomenal caída de acciones y bonos, que tiene su correlato en el temor de mucha gente por sus ahorros.

En ese sentido, la discusión no debería focalizarse en las bondades y defectos del sistema de AFJP, sino en el contexto en el que se tomó la decisión.

Y si se quisiera discutir la cuestión de fondo, habría que analizar más bien qué hicieron Néstor y Cristina Kirchner durante estos 5 años para desandar "la perversidad especulativa" de las administradoras en vez de decidir que debían eliminarlas para poder tener a mano fondos para pagar la deuda pública en los próximos años.

Si el Gobierno insiste en emparentar esta polémica decisión en la razonable corriente de regulación que están adoptando otros Estados para amortiguar el impacto de la crisis financiera internacional, seguirá atrapado en su propia trampa.

A diferencia de otros gobiernos progresistas de la región que admiten los efectos nocivos de la crisis global y suben en consecuencia los montos de la ayuda social para los sectores más pobres, aquí se prefiere insistir en defender las fantasiosas cifras del Indec que aseguran que la pobreza y el desempleo no suben.

En forma paralela, el ambicioso director de la Anses declara con gran liviandad que el Estado reemplazará al sector privado como proveedor de liquidez para evitar que se corte el crédito (que ya está cortado).

Tal vez emocionado por tantos micrófonos que lo abordan en estos días, Amado Boudou no se atreve a admitir que si Europa, Estados Unidos o países vecinos como Brasil pueden apostar a una mayor intervención pública en el mercado financiero es porque tienen burocracias fuertes e independientes de la voluntad de un par de personas, a diferencia del camino que transitó este gobierno en los últimos años con su desprecio por las ideas y la capacidad de los demás.