Disculpas de un radical

Señor Direc tor:

"Siempre he sido y seré radical. Convencido, tanto desde mi origen ideológico como desde mi actividad cotidiana. Ferviente, en mis años de militancia o desde mi vida profesional. Pasional, estando afiliado o no.

"Unos años atrás, siguiendo los dictados de mi conciencia, tan a flor de piel como impulsiva, me desafilié a la UCR. Lo hice en forma pública, y a través de una carta en este mismo medio manifesté mi malestar.

"Eran tiempos de confusión y de tironeos internos. De marchas y contramarchas. De tensiones que yo sentía como un agravio a la historia republicana de la UCR. En ese momento, consideré que lo mejor era dar un paso al costado. No incorporar a la discusión actitudes disolventes. No participar.

"Hoy, a la distancia, con un espíritu menos destemplado, entiendo que no fue lo mejor. Es más, lo considero un error. Porque las luchas se deben dar siempre. Sin renunciamientos.

"Esta carta tiene como objetivo reconocer el mal diagnóstico, intentar corregirlo y pedir disculpas a los correligionarios. A todos. De todas las corrientes. Estoy seguro de que es lo que me habría sugerido Raúl Alfonsín, a quien siempre le estaré agradecido por su grandeza.

"En nuestro país, en este momento, se escuchan discusiones tan banales como autoritarias, con un desprecio por lo institucional y lo político que alarma: toque de queda, pena de muerte, bajar la edad de la imputabilidad, muro de San Isidro, cárceles y no caminos. En este contexto, el radicalismo vuelve a ser un soplo de aire fresco republicano. Un respiro democrático y de libertad del que quiero formar parte con el compromiso militante que el tiempo exige.

"Por este único medio comuniqué hace años mi desafiliación. Aquí también quiero pedir disculpas a todos los amigos de tantos años del radicalismo. Quiero además que sepan de mi disposición para volver a trabajar, silenciosamente como siempre lo he hecho."

Fernando J. Otero