Corte de manga a la ecuatoriana
Ecuador formalizará la cesación de pagos como hizo la Argentina en 2001. La diferencia es que declarará ilegal la mayor parte de sus pasivos.
Ecuador tiene dolarizada su economía desde el año 2000. “¿Piensa que este es el fin de ese proceso?”, preguntó este diario a un funcionario de Correa. “No, la deuda y la dolarización van por carriles separados”, respondió.
El anuncio estuvo a cargo de la ministra de Finanzas, María Elsa Viteri, quien aclaró que la decisión no responde a una falta de recursos sino a la necesidad de evaluar el informe elaborado por la comisión investigadora. “Al encontrarse serios indicios de ilegalidad, hemos decidido esperar a la entrega de este informe”, dijo la funcionaria.
Lo que vencía ayer era uno de los dos pagos anuales del bono Global 2012, de los cuales Ecuador tiene emitidos 1.250 millones de dólares. Hasta agosto, la deuda ecuatoriana sumaba 12.992 millones de dólares, equivalentes a 26,8% de su PBI.
La reacción adversa de los financistas no se hizo esperar. El riesgo país se disparó un 12,5% hasta 4.346 puntos, más del doble que el argentino. El rendimiento de los bonos ecuatorianos (inversamente proporcional a su precio) ya supera el 100% del capital, porque las calificadoras crediticias descontaban hace tiempo una moratoria parcial o una reestructuración de ese pasivo. Según los analistas, no obstante, el impacto en la región será leve.
“El país está cansado de los abusos que ha tenido a nivel de este tipo de relaciones (de deuda) con ciertos sectores internacionales y tenemos que ser asesorados por técnicos de gran nivel para poder tomar una decisión responsable ante el país”, dijo la ministra Viteri.
El informe final de la Comisión de Auditoría de la deuda será presentado el jueves próximo por el primer mandatario, que viene de imponerse por más del 64% de los votos en las elecciones constituyentes de hace un mes y que figura como favorito para lograr la reelección en febrero. Desde que fue electo, en diciembre de 2006, Correa ya ganó cuatro elecciones distintas a nivel nacional. Sólo enfrenta una oposición fuerte en Guayaquil, donde denuncia intentos de desestabilización similares a los de los prefectos bolivianos contra Evo Morales.
Según fuentes del gobierno ecuatoriano, el informe que se presentará el jueves demuestra la ilegalidad de “la mayor parte” de la deuda. El trabajo –de más de 30 mil páginas– incluye pruebas de que la dictadura militar de 1976 a 1980 pidió préstamos innecesarios, de que los sucesivos gobiernos posteriores la renegociaron en condiciones gravosas para el erario público y de que los organismos financieros multilaterales como el Fondo Monetario “incurrieron en actividades ilícitas que tienen prohibidas”.
En las últimas semanas, Correa se dedicó a cosechar apoyos internacionales a su plan. Para eso, pasado mañana llegará a Buenos Aires el ministro de Coordinación, Ricardo Patiño. Para el anuncio oficial, también volarán hacia Quito defensores de los derechos humanos argentinos.
Los bancos aseguran que la decisión de Correa responde a la caída de sus ingresos por el crudo, que cayó más del 60% desde julio por la crisis internacional. Para el economista argentino Ricardo Delgado, la decisión no abrirá un camino de moratorias en la región. “Ecuador es un país chico y juega solo. El efecto demostración para otras economías endeudadas va a ser bajo. Esta crisis no es como la gran crisis de la deuda latinoamericana de principios de los 80, que afectó a los países grandes como Brasil y Argentina”, opinó.
El historiador que pensó la jugada
Desde hace un año, el historiador argentino Alejandro Olmos Gaona es un asesor clave de Rafael Correa en cuestiones de deuda pública. Hijo del periodista Alejandro Olmos, quien impulsó durante 20 años la causa judicial que declaró ilegal la deuda local (aunque sin efectos concretos por la prescripción de los delitos), el investigador forma parte de la Comisión de Auditoría ecuatoriana junto a prestigiosos juristas internacionales.
En un reportaje de Crítica de la Argentina en julio pasado, Olmos aseguró que Correa “abrió los archivos de su deuda como ningún gobierno argentino se atrevió a hacer, incluido éste”. También criticó la decisión de Kirchner de pagarle por adelantado al Fondo Monetario y la de reabrir la negociación con los bonistas que rechazaron el canje de 2001.
