Como se va a cerrar el programa financiero de 2009 no es trivial

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La decisión de modificar el sistema previsional provocó una discusión sobre las verdaderas motivaciones que están detrás de la iniciativa del Gobierno. Por Luis Secco

Eleconomista.com.ar – La decisión de las autoridades de enviar al Congreso un proyecto de ley que establece el fin del sistema previsional privado de capitalización provocó una profunda discusión acerca de las verdaderas motivaciones que están detrás de la iniciativa que impulsa el oficialismo.
Mientras que desde el Gobierno se defiende la idea que la decisión de estatizar totalmente el sistema previsional tiene por principal objetivo el resguardo de los jubilados (actuales y futuros) que se encuentran bajo el sistema privado de capitalización frente a las oscilaciones en las prestaciones que generan los vaivenes de los mercados financieros, desde la oposición (y también desde amplios sectores de la sociedad) se argumenta que la decisión se sustenta únicamente en la necesidad que tiene el Tesoro Nacional de aumentar los recursos fiscales para afrontar los compromisos de deuda durante el próximo año. En este sentido, vale aclarar que, de materializarse, la estatización del sistema previsional privado implicaría para la ANSeS la percepción de un flujo de recursos bruto por $14.000 M anuales y el manejo de un stock de ahorros por otros $ 95.000 M.
Frente a este escenario, resulta cuanto menos interesante analizar el detalle del programa financiero para 2009 y definir cuáles son a nuestra entender las alternativas que tienen las autoridades para cerrarlo (es decir, para cumplir con todas las obligaciones de deuda, evitando entrar en cesación de pagos).
Según nuestros cálculos, las necesidades de financiamiento que debe afrontar el Tesoro Nacional durante 2009 ascienden a U$S 21.300 M. Este monto está compuesto por: 1. U$S 10.500 M de amortizaciones de deuda (sin incluir los vencimientos de letras intrasector público ni los vencimientos de adelantos transitorios del BCRA); 2. U$S 7.040 M de intereses (dentro de los cuales se encuentran incluidos pagos por cupones de PIB por U$S 2.450 M); 3. U$S 2.100 M de recompras de deuda (según prospecto del canje de deuda que se llevó a cabo a principios de 2005) y 4. U$S 1.840 M de financiamiento bruto a provincias en pos del Programa de Asistencia Financiera (PAF).
Antes que se conociera la intención de estatizar las AFJP, y teniendo en cuenta que las posibilidades que Argentina consiga fondos frescos en los mercados voluntarios de deuda (ya sean internacionales o nacionales) son a estas alturas prácticamente nulas, la estrategia para cubrir la totalidad de las necesidades financieras de 2009 se sustentaba en tres pilares básicos: 1. un nivel de ahorro primario para el Tesoro Nacional relativamente elevado (en torno a los U$S 7.630 M y equivalente a 2,.3% del PBI), aunque algo más bajo que el que se terminará registrando este año (según nuestros cálculos, en 2008 el Tesoro Nacional terminará con un superávit primario de unos U$S 8.780 M, equivalente a un 2,7% del PIB); 2. la utilización del máximo nivel de financiamiento posible por parte del BCRA (según nuestras estimaciones, el BCRA podría prestarle al Tesoro hasta un máximo de U$S 4.630 M durante el próximo año) y 3. el canje de los préstamos garantizados, que, en la hipótesis de máxima (es decir, si se logra el 100% de aceptación), podría significar una alivio financiero de unos U$S 3.720 M durante 2009.
Vale aclarar que pensar en un superávit primario para el Tesoro Nacional de 2,3% del PIB durante 2009 implica asumir una marcada desaceleración en el ritmo de expansión del gasto primario (desde un 39% esperado para 2008 a un 27% en 2009). Sin embargo, esta era la situación antes que se conociera la decisión de poner fin al sistema previsional privado de capitalización. Ahora el panorama luce algo diferente. Si el proyecto de Ley es finalmente aprobado en el Congreso, el Estado recibirá durante el próximo año un flujo de recursos adicionales por unos $ 14.000 M aproximadamente. Esto significa que el superávit de la ANSeS aumentará ostensiblemente en 2009 (aunque no lo hará en $14.000 M, dado que, si bien va a percibir un nuevo flujo de ingresos por ese monto, también deberá hacerse cargo de aquella porción de las prestaciones previsionales que antes eran cubiertas por las AFJP). Además, y dado que la ANSeS pasará a controlar el stock de ahorros previsionales que manejan las AFJP (muchos de los cuales están aplicados a títulos públicos), el Tesoro no tendría que pagar aquella porción de los vencimientos de capital e intereses de los títulos públicos que se encuentran dentro de dicho stock. Esto implicaría un ahorro financiero para el Tesoro Nacional de unos USD990 M en 2009.
Ante esta situación, la pregunta relevante es qué destino le darán las autoridades al ahorro adicional que seguramente acumulará la ANSeS en el próximo año. Hay dos opciones, una ortodoxa y otra heterodoxa.
La opción ortodoxa (escenario 1) sería mantener durante el próximo año un nivel de superávit primario como porcentaje del PIB relativamente alto para el Tesoro (y aún más alto para el Sector Público Nacional), lo que implicaría, tal cual detallamos previamente, una marcada desaceleración en la tasa de expansión del gasto primario. De esta forma, se evitaría abusar del financiamiento vía Banco Central. Reducir al máximo la necesidad de obtener fondos desde el BCRA resultaría una idea altamente recomendable, en especial si tenemos en cuenta que toda vez que el BCRA le presta fondos al Tesoro Nacional se deteriora la calidad de su patrimonio (algo que podría resultar peligroso dentro de un contexto en el que la demanda de pesos se encuentra debilitada no sólo por la aún elevada inflación, sino también, por la alta incertidumbre local y externa).
La opción heterodoxa (escenario 2) sería utilizar el nuevo flujo de fondos netos (de las nuevas prestaciones previsionales que deberá cubrir) de la ANSeS para acelerar la tasa de expansión del gasto primario del Tesoro Nacional durante el 2009 (que, además, es un año electoral). En este caso, el programa financiero del próximo año cerraría utilizando el límite máximo de financiamiento a través del BCRA, pero con un nivel de superávit primario del Tesoro Nacional ostensiblemente más bajo, a partir de la desaceleración en la tasa de expansión de los ingresos y de un nivel de gasto primario que se expandiría a un ritmo incluso superior al registrado este año (según nuestros cálculos, bajo estas circunstancias el gasto primario del Tesoro podría crecer en 2009 a una tasa de 43% vs. el 39% con el que cerraría este año). Probablemente, en la práctica ninguno de los escenarios termine materializándose exactamente como los hemos descripto (será seguro alguna alternativa entre ambos escenarios las que terminará prevaleciendo en los hechos). Sin embargo, a nuestro entender, dicha alternativa que terminará prevaleciendo en la práctica será más parecida al escenario 2 que al 1.
De todas formas, y más allá de ello, lo que queda claro es que el Gobierno cuenta con alternativas para evitar el default durante 2009 y que el fin del sistema previsional privado de capitalización fue una decisión política en ese sentido.

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