Asumir un rol central en la lucha contra el consumo de drogas
Por Inés Gorbea, legisladora porteña (ECO Suma+).
"Nunca subestimes el poder de la negación". Quizá no sea la frase que más se recuerde de la película Belleza americana, pero sin dudas negar suele ser un recurso al que cada día acudimos más.
Nos cuesta abordar temas complejos. Como si negarlos hiciera que desaparecieran. El consumo, el uso, el abuso y la dependencia de sustancias tóxicas es uno de ellos. También negamos el rol que pretende ejercer el Estado, tanto para establecer metodologías preventivas y de promoción en salud como en su capacidad para ejercer el poder de policía que por imperio constitucional le corresponde.
La muerte no permite modificación, hay que prevenir. Es necesario erigir y promover, desde las múltiples instituciones que conforman el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, subjetividades sólidas en un mundo que crecientemente erosiona el carácter y busca la recompensa inmediata. Una sociedad que navega en la incertidumbre de futuros inciertos y proyectos de vida cortoplacistas. Una sociedad que hace invisible lo complejo. Una sociedad que niega.
Tenemos que trabajar en políticas públicas que construyan a largo plazo una ciudadanía responsable. La vida en comunidad requiere de una tarea básica: el cuidado del otro. Requiere de la postergación de la satisfacción del propio deseo en pos de obtener una recompensa mayor y común. Las políticas públicas descoordinadas y esporádicas no promueven valores a largo plazo. Necesitamos coordinación, programas y proyectos sociales sostenidos en el tiempo y direccionados al cumplimiento de las normas. Pero, sobre todo, diseñados con la mirada puesta en el otro.
Esta tarea no puede desarrollarse si las instituciones no asumen y encarnan valores positivos. Es necesario hacer cumplir las normas, construir una red de protección, de prevención sostenida por valores comunes. Si bien existen herramientas que les permiten a los docentes hacer frente a situaciones problemáticas dentro del aula, falta más y mejor capacitación para que puedan hablarles a los alumnos acerca de los riesgos a los que pueden enfrentarse. Es el Gobierno quien debe aportar certezas.
También es el Gobierno quien no puede abandonar su efectivo poder de control, que le corresponde detentar por imperio de la Constitución. Negarlo nos deja huérfanos. Debemos exigir que cada cual asuma las responsabilidades que le tocan y que den cuenta de ello. Debemos preguntar cuál fue el rol de los inspectores en la noche del viernes 15 de abril en Costa Salguero, en qué momento estuvieron presentes, si permanecieron durante el desarrollo de todo el evento, bajo qué criterios se determinó que tres inspectores eran suficientes para supervisar un espectáculo de tal magnitud. Y el Gobierno debe contestar. Y debe aplicar las sanciones administrativas que correspondan. El silencio, la demora y la transferencia de responsabilidades nunca son una opción.
Mueren jóvenes en un espacio recreativo que la ciudad de Buenos Aires concesiona para su explotación, y también mueren jóvenes por el consumo de paco en la misma ciudad. Es hora de que el Gobierno de la ciudad asuma el rol y la responsabilidad que le toca en todas las instancias de esta lucha. Negándolo no vamos a ser mejores, ni vamos a construir una sociedad mejor.
