Macri también se financia con jubilados

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Retiene los aportes de los trabajadores de la ciudad pero no gira ese dinero a la ANSES. Según la AFIP ya debe 179 millones de pesos. Se adhirió a un plan de facilidades. Intenta compensar la baja de la recaudación.

Crítica de la Argentina – Mauricio Macri también echa mano a los recursos de los futuros jubilados. En los últimos dos meses, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires retuvo los aportes de los trabajadores de su administración, pero ese dinero nunca lo giró a la AFIP. Lo utilizó para financiar el gasto corriente. En total fueron unos 179 millones de pesos, según un informe de la AFIP al que tuvo acceso este diario. La decisión del jefe porteño va en la misma línea de lo que ya hicieron la Nación, que busca plata barata de la ANSES, y también la provincia de Buenos Aires, que absorbe recursos del Instituto de Previsión Social para tapar su propio bache fiscal. Desde el gobierno porteño justifican la decisión.

El gobierno de la Ciudad emplea a unos 120 mil trabajadores. En febrero y marzo últimos se les hicieron los correspondientes descuentos salariales que deberían derivarse a la seguridad social. Pero ese dinero nunca fue enviado al Sistema Integrado Previsional Argentino. Tampoco los aportes que le corresponde como parte patronal. La administración macrista usó los fondos para financiar el día a día. “Es muy probable que este mes volvamos a hacer lo mismo porque, en medio de la crisis y la consiguiente menor actividad económica necesitamos la plata”, justificó una fuente de Hacienda de la Ciudad, en diálogo con Crítica de la Argentina.

Para regularizar la situación, el gobierno porteño presentó las declaraciones juradas y ya se inscribió en un plan de facilidades de pago en la AFIP. El costo financiero es elevado: debe afrontar una tasa de interés mensual del 2 por ciento. En principio, el plan es por 12 meses.

El fondo de la cuestión es la debilitada caja fiscal. A pesar de la suba en la alícuota de Ingresos Brutos a la construcción, la industria, los hipermercados y los bancos, la recaudación viene floja. La mejora en Ingresos Brutos es inferior a la esperada. Y en ABL, Patentes y Sellos, la recaudación directamente viene peor que el año pasado.

Desde un costado más político, la decisión de Macri deja mal parados a sus propios legisladores, que hace algunas semanas crearon el “Observatorio Permanente de la ANSES” y advirtieron al gobierno nacional de “descapitalizar” la caja jubilatoria. La acusación, firmada por los socios del PROperonismo, Felipe Solá y Francisco de Narváez, y por el macrista Federico Pinedo, entre otros, refería a la utilización, por parte de la Casa Rosada, de fondos de la ANSES para compensar la caída en los ingresos fiscales. En el caso de Macri, el financiamiento proviene directamente de los trabajadores activos, a los que se les hace el descuento previsional. Para la administración PRO, ese “préstamo” es con costo cero.

En forma paralela, la Ciudad está llevando a cabo licitaciones de Letras para conseguir fondos. En este caso tiene que afrontar un costo del 16,25% anual. Mediante este instrumento ya embolsó $ 300 millones, pero el programa prevé extenderlo hasta 800 millones de pesos.

Desde el macrismo aducen que la escasez de fondos se debe también a las piedras que les puso el gobierno nacional para encontrar dinero. Recuerdan que antes de que explotara la crisis global, en septiembre último, estaba todo listo para colocar un bono en el extranjero, pero la Casa Rosada negó la autorización necesaria para que la Ciudad se endeude.

Lo concreto es que, frente a la crisis, tanto Cristina Kirchner como Macri y el gobernador Daniel Scioli eligieron caminos similares para encontrar plata barata. En el caso del bonaerense apunta a tomar unos $ 1.600 millones de la caja jubilatoria provincial (Instituto de Previsión Social).

Desde el gobierno nacional aseguran que no es la primera vez que Buenos Aires entra en conflicto con la Nación por el desvío de fondos de los trabajadores. De hecho, existen tres causas administrativas por un total de 1.460 millones de pesos, que se vienen arrastrando desde la gestión de Aníbal Ibarra y de Jorge Telerman. Y que Macri profundizó ahora.

La clave es que, amparándose en un decreto de 2001, el gobierno porteño sólo consigna como aportes patronales el 5% de la masa salarial de la administración, en lugar del 11 por ciento. La AFIP rechaza ese cálculo ya que el descuento correspondía sólo para empresas privadas.

Pulseada en medio de la campaña

En medio de la campaña electoral, el gobierno de Mauricio Macri denunció al Gobierno de cortar la posibilidad de que los contribuyentes se adhieran a algunos impuestos, como el régimen simplificado, a través de internet. Funcionarios macristas ligan esta decisión al hecho de que su jefe rechazó el blanqueo de capitales. Algunos, incluso, advierten una persecución que podría perjudicar la recaudación de la Ciudad de Buenos Aires. Desde el gobierno nacional desestiman esa denuncia. Descartan que vayan a poner obstáculos para que Rentas de la Ciudad recaude. Pero aceptan que, por ahora, “decidieron suspender la cooperación” fiscal con la Ciudad de Buenos Aires.

Esa decisión hizo que en el gobierno porteño empezaran a diseñar soportes tecnológicos propios, que ya no dependan de la AFIP.

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