La ciudadanía requiere menos puestas en escena y más realidades
Del presidente del Bloque de diputados nacionales de la UCR, Ricardo Gil Lavedra.
El presidente del Bloque de diputados nacionales de la Unión Cívica Radical, Ricardo Gil Lavedra, sostuvo que “el discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso de la presidenta de la Nación transitó por los previsibles tópicos a que nos tiene acostumbrados, con un énfasis exagerado en su peculiar visión de lo ocurrido en la Argentina desde el 25 de mayo de 2003 y sin ningún aporte claro respecto de los graves problemas del país".
Destacó que "el permanente tono autorreferencial, el ya gastado recurso de dotar de ribetes épicos a cualquier aspecto de su gestión, cierto patetismo sobreactuado, son marcas de fábrica que no han variado en los últimos años. Pero los argentinos esperábamos en esta ocasión mucho más que la mecánica repetición de cifras al voleo: queríamos saber cuáles iban a ser las políticas públicas destinadas a enfrentar la enorme desinversión en materia de servicios e infraestructura básica, por ejemplo. No sólo no hubo indicaciones precisas sobre esos temas, sino que se ratificaron las políticas que condujeron a los enormes problemas que hoy la sociedad está mirando con creciente preocupación".
Agregó que, "fue, como temíamos, más de lo mismo, en un discurso de una extensión tan desusada como innecesaria, dada la falta de anuncios concretos. La ciudadanía requiere menos puestas en escena y más realidades. Las palabras presidenciales fueron lamentablemente una continuación de las muy desafortunadas que profirió en el acto que debía ser un homenaje a Belgrano y terminó siendo un encuentro partidario".
Gil Lavedra consideró que "la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que se presenta como la liquidación de la ley de convertibilidad, puede ser el intento de terminar con la autonomía funcional de la autoridad monetaria, para seguir concentrando atribuciones en el Poder Ejecutivo. Sería en tal caso una señal muy negativa sobre la solvencia de las cuentas públicas.
Además, subrayó sobre "los terribles problemas en sectores como el transporte y la energía se deben a políticas populistas de cortas miras, que no alentaron la inversión de mediano y largo plazo sino que privilegiaron un consumismo necesariamente insostenible en el tiempo, y se llevaron a cabo a través de un lamentable capitalismo de amigos, que en las malas pasan a ser ex amigos. Sobre nada de esto dio explicaciones convinventes la presidenta, ni se advirtió que hubiera aprendido las lecciones luego de casi 9 años de un rumbo tan errado en esas materias básicas para el futuro del país".
Con respecto a la transferencia de los subtes a la Ciudad consideró que "la responsabilidad primaria de la seguridad en la Ciudad de Buenos Aires le corresponde al gobierno nacional. Así lo establece la ley Cafiero. Por eso es inadmisible que se retiren efectivos de la Policía Federal de escuelas, hospitales y ahora de los subtes. Si no se quiere cumplir con esa responsabilidad, lo que debe hacer el Poder Ejecutivo es promover la modificación de esa ley, para que la Supe Intendencia Metropolitana de la Policía Federal se transfiera a la Ciudad de Buenos Aires, que es lo que más se ajusta a la autonomía porteña consagrada por la Constitución Nacional. Es decir que, la transferencia del subte ha sido pésimamente manejado por el gobierno nacional y el gobierno de la Ciudad. En el medio están cientos de miles de usuarios que viajan en muy malas condiciones y expuestos a una inseguridad cada día más notoria, mientras las autoridades juegan a las escondidas".
En cuanto a los temas esbozados respecto de reformas en la legislación civil, dijo que "son muchas las modificaciones que la sociedad actual exige en ese campo. No podemos mantener esquemas jurídicos propios del siglo XIX, que no son propios de la fisonomía social de este tiempo. En tal sentido, es necesario en materia matrimonial y sucesoria reducir el componente de orden público de las normas respectivas, permitiendo una mayor flexibilidad para que dé cabida a los contratos prematrimoniales, a una mayor agilidad para la tramitación de los divorcios y una mayor libertad de testar. En especial, es imprescindible atender los problemas de la adopción, que aquejan a miles de parejas, facilitando un proceso lo más rápido y transparente posible, para que los niños se formen siempre en el seno de una familia", concluyó Gil Lavedra.
