El diálogo debe ser en serio y no una moda
Por Silvana Giudici, Diputada UCRCapital
La única manera de constituir un diálogo político permanente para generar consensos es que haya dos partes que intercambien ideas, que exista alguien capaz de reconocer sus errores y evitar las idas y vueltas que provoquen retroceso en políticas sociales y derechos de los porteños.
Siempre es bueno que exista el diálogo y el encuentro. El diálogo es útil si significa el primer paso para la búsqueda de consensos. El jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, parece haber emprendido una ronda de diálogo con la oposición. Sorprende que haya comenzado por la cuarta fuerza de la ciudad y no haya convocado a los demás sectores. La Unión Cívica Radical es parte del Acuerdo Cívico Social, espacio político insoslayable en la vida política nacional, pero además de su representación local legislativa y partidaria local, es un partido político con probada experiencia de gestión en la ciudad y mucho para aportar.
No consideramos el diálogo como una moda, el diálogo entre fuerzas políticas debe ser una constante de la democracia, exigimos sinceridad en los modos y en las metas que se quieran alcanzar. Un debate profundo que sirva para solucionar los problemas más urgentes de los vecinos de Buenos Aires.
Mucho hemos criticado las idas y vueltas sobre algunas decisiones de la gestión achista y hemos planteado nuestras posturas. Por ejemplo en la medida de requerir datos personales de empleados de empresas privadas para un supuesto registro estadístico, o la postura equivocada con respecto al juego que después se revirtió, o el intento de sumar un impuesto a las tarjetas de crédito o nuestra objeción a la incorporación de Palacios en la policía porteña.
Expusimos nuestras propuestas, y proyectos concretos sobre políticas sociales, autonomía, seguridad y espacio público. Es urgente tomar medidas para evitar la desfinanciación de las áreas sociales. Ante el creciente nivel de déficit se debe preservar la inversión social para que no haya miles de personas durmiendo en las calles con temperaturas bajo cero. Tampoco se puede descuidar la educación, esa es una inversión que hace el Estado en el futuro, no puede quedar relegada. Tampoco la salud pública. La preocupación y el fortalecimiento del sistema público de salud no se debe hacer sólo cuando hay una pandemia, es un trabajo de todos los días. Es parte del capital social de una sociedad.
Con respecto a la autonomía, no podemos quedarnos con un “no” como respuesta de la Presidenta. Se debe insistir ante el ejecutivo nacional para que se les otorgue ese derecho a los porteños, con recursos materiales e humanos.
Lo mismo sucede con el Puerto, que es una de las actividades económicas más fuertes de la Ciudad. El puerto debe protegerse como motor productivo y fuente de identidad. Con respecto al transporte se debe seguir exigiendo a la Nación el control sobre el mismo y tomar el control sobre nuestros problemas de tránsito.
Sobre el espacio público, se impone actuar con control mayor. El Estado no puede estar ausente, debe ordenarse la venta callejera, combatiendo la venta clandestina que se basa en contrabando, ilegalidad y explotación. El espacio público es para todos, el estado debe intervenir con una política integral controlando y a su vez generando herramientas de inclusión a la formalidad para quienes tienen en la actividad callejera su único sustento diario.
Esperamos que el diálogo no sea una moda pasajera o una copia de la convocatoria nacional, la convocatoria debe tener agenda política y compromiso de cumplimiento
