Brasil cae y causa preocupación

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En las últimas semanas los pronósticos sobre crecimiento de la economía más grande de la región fueron revisados hacia la baja, algo que ya está impactando en la Argentina pero que podría agravarse aún más.

Eleconomista.com.ar – Los economistas Daniel Heymann y Fernando Navajas probaron hace años que más allá del nivel del tipo de cambio lo que marca el pulso económico entre la Argentina y Brasil es el nivel de actividad. Cuando uno baja, el otro sufre y los problemas comienzan a reproducirse.

Si bien por estos días hay toda una agenda de discusión entre los gobiernos para encausar algunos temas (las quejas de los industriales de uno y otro lado), lo que se está manifestando no es una escalada del proteccionismo sino una desaceleración de las economías más grandes del Mercosur.

La ralentización del nivel de actividad de Brasil afectará más a la Argentina que la depreciación del real a finales de 2008. En definitiva sobre la política monetaria el Gobierno tiene margen para actuar, pero si la economía brasileña sigue cayendo esa sería una de las peores noticias que Cristina Fernández de Kirchner podría tener. De hecho para Navajas la recaída que podría sufrir la Argentina como consecuencia del retroceso brasileño se notaráen los próximos meses: “Vamos a ver una caída fenomenal en la producción de ambos países que va a marcar aún más el ciclo recesivo”.

Menos crecimiento

Lo que suceda con Brasil para la Argentina es un dato relevante. Por eso es importante saber que como en todos los países del mundo esa economía no será inmune a la desaceleración del nivel de actividad global por estos días. Esto es tan es así que en las últimas semanas los pronósticos sobre crecimiento de la economía más grande de la región fueron revisados hacia la baja por el propio mercado. Primero fue el Fondo Monetario que publicó que la tasa para este año será de 1,8%. Después llegó el turno del HSBC que prevé 1,2% de crecimiento en el producto bruto brasileño.

El ajuste en las estimaciones, en ambos casos, confirma aquello que varios andan diciendo desde hace algún tiempo: ni Brasil que ha sido el país de la región que mejor ha hecho los deberes en los últimos años saldrá inmune este año. Según las previsiones que el Fondo Monetario había publicado en noviembre último –la edición más actualizada del Informe sobre las Perspectivas Mundiales 2009 hasta su reciente revisión en enero pasado–, Brasil debía crecer 3%. Lo que estaba implícito para las autoridades del FMI era que uno de sus países-ejemplo no sufriría la crisis porque en definitiva si venía creciendo al 5% y pasaba a hacerlo al 3%, resultaba menos afectado que la Argentina que sufre una mayor caída de su tasa de crecimiento en términos relativos.Otros, en cambio, sostienen que el crecimiento de Brasil al 5% fue alentado por una apreciación artificial del tipo de cambio.

Pero hoy en día la industria en Brasil no sólo está cayendo más de lo que se esperaba sino que sufre más que la de los países vecinos. En diciembre la producción manufacturera mexicana cayó un 6%, en Brasil se contrajo un 15% y en Chile, un 3,7%, todo en relación al mismo mes del año anterior. Según un informe de HSBC lo que está ocurriendo en Brasil es que las empresas hicieron un fenomenal ajuste de inventarios en los últimos meses, adaptándose a un escenario donde el financiamiento será más escaso y más caro. La industria este año estará en recesión, estiman los economistas del banco, y si bien se estabilizará en los próximos meses terminará haciéndolo en niveles más bajos que los de 2008.

Menos autos

El crecimiento de la industria brasileña el año pasado fue de 3,1% pese a la caída del 15% ocurrida en diciembre. Las regulares perspectivas para este año se basan en que el desempeño del sector automotriz seguirá siendo flojo y ello afectará al resto de la industria. Si en diciembre el promedio de la actividad manufacturera cayó 15% la baja en la producción de automotores fue de 53,8%. En Brasil el 80% de los autos que se producen allí van a parar al mercado interno. En los últimos años la recuperación de los ingresos de las personas permitió que cada vez más gente pudiera comprar un coche. Pero esta crisis ahora significa una amenaza para este modelo porque el desempleo está subiendo (ver aparte).

Pero también la robustez de la demanda interna venía explicada por la mejora en el acceso a créditos, así como también por una extensión de los plazos de pago. Desde que comenzó la crisis la accesibilidad al crédito se ha deteriorado. La tasa promedio de créditos a las personas físicas para la adquisición de vehículos, por ejemplo, se elevó a lo largo del 2008, desde 31,2% anual en enero a 36,5% anual en diciembre. A este mayor costo del dinero se suma la incertidumbre de las familias y las empresas respecto de la evolución de sus ingresos, factor tomado en cuenta a la hora de comprar un bien durable o de invertir en material de transporte.

Las exportaciones de automóviles cayeron un 23%, 12% y 53% interanual en noviembre, diciembre y enero de 2009, respectivamente. El gobierno brasileño ha establecido que no va a recurrir a prácticas proteccionistas, pero sí ha permitido que el tipo de cambio se deprecie, desde su mínimo de R$/U$S 1,57 en julio de 2008 a R$/U$S 2,32 en febrero, lo cual ha dado un cierto alivio a los industriales, cuya competitividad se veía deteriorada por el bajo tipo de cambio y las altas tasas de interés internas.

Política monetaria o fiscal La tasa de interés en Brasil está en 10,75%, un nivel elevado para los estándares internacionales pero sobre todo para las actuales circunstancias. En el mundo los bancos centrales han flexibilizado de manera agresiva el uso de la política monetaria para abaratar el costo del dinero y evitar así que la crisis financiera se propague al resto de la economía. Es por eso que entre los analistas todavía hay optimismo de que Brasil se estabilice en los próximos meses.

Para Navajas de todas formas el tema es delicado. “Sigue siendo importante que Brasil y l a Argentina eviten cambios bruscos que afecten el tipo de cambio”. Precisamente esto fue lo que no ocurrió en los últimos meses. Según un cálculo de Claudio Loser, ex director del Fondo Monetario, Brasil fue el país que más devaluó su moneda entre junio y diciembre pasado (45%), tres veces más que la Argentina o la zona euro. “Esto complica los flujos de comercio entre ambos países –dice Navajas– en particular en estos tiempos en que el tipo de cambio de ambos países va a tener que ir para arriba”.

 

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