Y de postre le sirvieron 256 millones

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El Gobierno habilitó una remesa para la Administración de Programas Especiales, la oficina que gerencia una caja gremial. Esta semana el jefe de la CGT recuperó el poder de esa repartición y logró el control de Aerolíneas Argentinas.

Crítica de la Argentina – Hugo Moyano comenzó la semana de la peor manera posible: acorralado por la interna de la CGT, desplazado de la gerencia de la oficina que administra la caja de las obras sociales y con un futuro incierto en las paritarias para conseguir un aumento salarial para los camioneros. Pero llegó exultante al fin de semana: le entregaron el control de Aerolíneas Argentinas, consiguió que Néstor Kirchner echara al funcionario que había designado el nuevo ministro de Salud al frente de la Administración de Programas Especiales (APE) y ayer le habilitaron 256 millones de pesos que serán distribuidos entre los sindicatos.

Pese al feriado administrativo sanitario que decretó la presidenta Cristina Fernández, a través del Boletín Oficial, el Gobierno comunicó que el Banco Nación autorizó la transferencia de 256.088.625 pesos a la Superintendencia de Seguros de Salud de la Nación para que los asigne a la APE. En abril ya les habían girado a los gremios 156 millones y 185 millones en el primer trimestre. El crecimiento de 100 millones en el envío de ayer frente al anterior fue una victoria de la presión sindical: desde la CGT protestaron en las últimas semanas porque desde que comenzó el año, las remesas que recibieron no se adecuan al monto total del presupuesto de 938 millones de pesos que esa oficina tiene para todo 2009.

En cinco días, el jefe de la CGT demostró hasta qué punto representa el sostén del modelo K. El camino no fue fácil. Tras la derrota electoral, los “gordos” de la central obrera como Armando Cavalieri (Comercio), Carlos West Ocampo (Sanidad) y Oscar Lescano (Luz y Fuerza), fogoneados desde afuera por el gastronómico Luis Barrionuevo, habían puesto en dudas el liderazgo del camionero. En medio de esa pelea, el flamante ministro de Salud, Juan Manzur, designó al frente de la APE al contador tucumano Mario Koltan, un hombre del gobernador José Alperovich. Con esa jugada, los gremios habían perdido el control sobre el reparto entre las obras sociales sindicales del dinero que les envía la Superintendencia de Seguros de Salud.

Moyano se quejó ante Kirchner. Le pidió su apoyo a cambio de la continuidad del respaldo de la CGT al “modelo”. El ex presidente comprendió muy bien que no podía sumar otro frente de conflicto a los que ya tenía con el PJ en dispersión y los gobernadores, incluso los más aliados, en proceso de fuga. Kirchner prefirió desacreditar al nuevo ministro de Salud y a las 48 horas del nombramiento, pidió la cabeza de Koltan. Así regresó al mando de la APE el médico de la obra social de los camioneros, Hugo Sola.

Después de ese movimiento, que por unas horas puso en dudas la continuidad de Manzur al frente de la cartera sanitaria, el Banco Nación calmó aún más la fiebre moyanista con el envío de los 256 millones de pesos. Y en medio del reparto de cargos que impulsó la Presidenta para refrescar su gabinete, también le tocó a la CGT el control de Aerolíneas Argentinas, que quedó en manos del abogado Mariano Recalde, hijo del diputado Héctor Recalde.

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