Un día incómodo para la izquierda
La votación del miércoles evidenció contradicciones; crece la influencia de Sabbatella y Solanas
Lanación.com.ar – "Apoyaremos las medidas correctas y rechazaremos las que consideremos injustas." La amplitud de la frase, casi un leitmotiv de la centroizquierda para definir su postura frente al gobierno de los Kirchner, le jugó una mala pasada en la última sesión de la Cámara baja, en la que se votó la prórroga de la delegación de facultades en el Poder Ejecutivo.
Sucede que, desde 2008, el dilema de la centroizquierda incluye un nuevo actor -la Comisión de Enlace- y un nuevo riesgo: la posibilidad de que, por criticar al Gobierno, se termine apoyando a las entidades del campo, a las que consideran asociadas con intereses ajenos a lo popular.
Ese es el argumento que, lejos de los micrófonos, se repetía ayer en los bloques Solidaridad e Igualdad (SI), Encuentro Popular y Social (EPyS), Proyecto Sur y Diálogo por Buenos Aires, que, a pesar de presentar un proyecto común sobre facultades delegadas, terminaron votando divididos el miércoles.
Se expresaron a favor los cinco diputados del EPyS y cuatro del SI (Carlos Raimundi, Emilio García Méndez, Leonardo Gorbacz y Nélida Belous). "No podíamos ir en contra de las mejoras que introdujimos al proyecto oficial, las que consideramos un salto institucional", explicó a LA NACION Vilma Ibarra (EPyS).
No conformes con los cambios, se abstuvieron de votar Claudio Lozano (Proyecto Sur), Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires), Eduardo Macaluse, María América González, Delia Bisutti y Verónica Benas (SI). "La modificación fue insuficiente, pero nos abstuvimos para no sumar al republicanismo hipócrita de una oposición que varias veces prorrogó las facultades", opinó Lozano.
En los hechos, la votación hizo notar la existencia de dos grupos dentro del espacio (al que ya denominan "G-16"). El primero, al que sindican con el liderazgo de Martín Sabbatella, es "acusado" por su cercanía al Gobierno. Al segundo, por la tácita influencia de Fernando Solanas, le enrostran que su rol opositor es "forzado y mediático".
Más allá de la división, los referentes de los cuatro bloques afirmaron a LA NACION que seguirán apostando a la continuidad del grupo y reconocieron como "naturales" los contrapuntos internos. "Estamos reconstruyendo el espacio de centroizquierda, hasta ahora vacante en la política argentina", indicó Bonasso, a lo que Ariel Basteiro agregó: "Es común que estas fricciones sucedan cuando lo que une son ideas y no intereses".
Desde el entorno de Sabbatella afirman que harán "lo imposible" para mantener la unidad. En la otra vereda son más cautos, pero no menos contundentes: "Nuestro límite es claro: no seremos aliados ni kirchneristas críticos".
