UNEN se sumó a la negociación de una alianza nacional
Clarín – Con pasos “cortos pero firmes y continuos”. Las fuerzas de centroizquierda sentaron ayer por primera vez a la mesa de negociadores para articular un frente nacional en 2015. Y la gran novedad fue la incorporación de UNEN, el armado porteño que lideran Elisa Carrió y Pino Solanas, quien dio impulso a dicha inclusión en su reciente encuentro con el titular del radicalismo, Ernesto Sanz.
Sin ocultar las diferencias, aunque con la prioridad en las coincidencias y la necesidad de expresar los desacuerdos “con respeto”. Esos lineamientos trazaron representantes de los partidos que buscan avanzar en un frente no peronista para disputar la sucesión de Cristina. La llamada “mesa intermedia” se conformó para consensuar la estrategia política y asegurar reglas de juego claras para definir las candidaturas en las primarias. Tal vez el riesgo de que alguno no asistiera o que se potenciaran resquemores, la mantuvieron en reserva.
Fue en la fundación Ricardo Rojas del secretario radical Juan Manuel Casella, a quien acompañó Ricardo Gil Lavedra. Y participaron los referentes del socialismo Alicia Ciciliani y Alfredo Lazzaretti; del GEN, Margarita Stolbizer y Gerardo Milman; de la Coalición Cívica, Pablo Javkin, y del Frente Cívico de Córdoba,Graciela Villata. Por UNEN (que forman varias fuerzas de ese espacio en Capital) asistieron el “lilito” Fernándo Sánchez, los “pinistas” Alcira Argumedo y Javier Gentilini, Humberto Tumini (LIbres del Sur), Mario Mazzitelli (socialismo auténtico) y el independiente Martín Lousteau.
“Coincidimos en hablar con franqueza, tenemos diferencias y cualquiera las puede plantear, con respeto y sin que terminen provocando la destrucción del armado político”, contó uno de los asistentes. El último de los cortocircuitos sucedió con las críticas de Elisa Carrió a la reunión de Hermes Binner y Stolbizer con el titular de la CGT opositora, Hugo Moyano. Desde UNEN celebraron que la reunión incluyera a todos los sectores. A fines de diciembre, la llamada cumbre de Rosario –con Binner como anfitrión– había generado críticas por la ausencia de Solanas y otros referentes.