Tres peronistas disidentes aseguraron la reforma política
El Gobierno superó la primera prueba para el proyecto que impone las primarias abiertas, simultánes y obligatorias. Fue clave el apoyo de los ex diputados del PRO que se borocotizaron hace un mes. Dos cobistas facilitaron el quórum.
Críticadigital.com.ar – Con un resultado ajustado y de la mano de sorpresivos aliados, el oficialismo dio ayer media sanción al proyecto de reforma política impulsado por la Casa Rosada. Fueron 136 los diputados –se necesitaba una mayoría especial de 129– que votaron a favor de la norma que establece elecciones primarias abiertas, obligatorias y simultáneas. Entre los apoyos, causó asombro el aval de tres legisladores cordobeses del peronismo disidente, un hecho que generó malestar entre los referentes de ese espacio que defenestraron desde un principio la iniciativa.
Sin el apoyo de las bancadas de centroizquierda, indispensables para la aprobación de otras iniciativas K, el Frente para la Victoria recurrió a socios ocasionales con menos sintonía ideológica, pero disciplinados a la hora de levantar el brazo. Entre ellos, estuvieron la diputada Adriana Tomaz –que responde al ex comisario Luis Patti–, el cobista rionegrino Juan Scalesi –quien ya había acompañado al Gobierno en otros proyectos–, la correntina María Areta –mujer que reporta al gobernador radical Arturo Colombi– y la dupla de Julio Ledesma y Particia Gardella, ex compañeros de bloque de Francisco de Narváez. También fueron de la partida los habituales aliados del kirchnerismo, como los bloques del Movimiento Popular Neuquino, el Frente Cívico de Santiago, la Concertación y los dos fueguinos que responden a la ex ARI, Fabiana Ríos.
El aval más llamativo de ayer fue el de tres peronistas cordobeses (Jorge Montoya, Beatriz Halak y Arturo Heredia) que, distanciados del oficialismo, coquetean con dirigentes del espacio anti-K. De histórica buena relación con el mandatario mediterráneo José Manuel de la Sota y con diálogo fluido con el actual gobernante Juan Schiaretti, los tres legisladores despertaron la ira de sus pares. En los pasillos, algunos interpretaron que el aval podría ser a cambio de asistencia a una provincia con severos problemas financieros.
“Nos pareció una buena reforma, por eso apoyamos. Viene en línea con lo que planteamos en Córdoba”, aclaró Montoya a Crítica de la Argentina. En un intento por minimizar el impacto político de ese acompañamiento, cerca del ex gobernador Felipe Solá, uno de los dirigentes que trabaja en reunir al peronismo no alineado, dijeron a este diario que Montoya no estará entre los integrantes de la nueva bancada y que los otros dos diputados terminan su mandato en diciembre.
En rigor, el Frente para la Victoria esperaba más votos del peronismo disidente. Había desplegado en las últimas semanas un operativo de seducción orquestado por Graciela Camaño, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales. Pretendían convencer al salteño Marcelo López Arias –que se ausentó del recinto al momento de la definición– y a tres diputados entrerrianos que reportan al ex mandatario Jorge Busti. Finalmente no apoyaron.
Como miembro informante del oficialismo, Jorge Landau pasó revista de los puntos centrales de la iniciativa. “Se han incorporado modificaciones solicitadas por partidos con menor caudal electoral”, sostuvo, en relación con la flexibilización de los requisitos para las fuerzas chicas.
La mayoría de la oposición rechazó la medida y concentró sus críticas en tres aspectos: solicitaron la incorporación de la boleta única, la creación de un ente electoral autárquico y, finalmente, querían más tiempo para discutir. Esta vez, en el voto “no positivo” se enrolaron desde el núcleo más duro –el radicalismo, la Coalición Cívica, Unión PRO y el peronismo anti-K– hasta las bancadas de centroizquierda y el socialismo.
“¿De qué sirve una norma si después el presidente del PJ usa a su antojo bienes y recursos del Estado para su campaña proselitista o para domesticar a gobernadores?”, disparó el radical Pedro Azcoiti. Desde la Coalición Cívica, Adrián Pérez sostuvo que la prioridad es “terminar con el clientelismo” y no convalidar un “sistema que consiste en mantener altos niveles de pobreza para hacer uso político de esa pobreza”.
En una postura más extrema, los referentes de arco progresista directamente cuestionaron el esquema de internas abiertas. “Esta reforma fue concebida con base en objetivos que no compartimos: saldar los liderazgos de los partidos mayoritarios y rearmar el sistema bipartidista”, sostuvo Vilma Ibarra, del Encuentro Popular y Social. Desde Solidaridad e Igualdad, Eduardo Macaluse machacó con el mismo punto: “¿Por qué vamos a obligar a toda la sociedad a ir a una interna artificial?” Y alertó: “Acuérdense que si el Gobierno ve que va a perder la interna, va a modificar la ley”.
En el discurso final previo la votación, el jefe de la bancada oficial, Agustín Rossi, insistió en despejar el “fantasma de que la reforma es un traje a medida” del ex presidente. En la última gran batalla del año parlamentario, el santafesino logró asistencia perfecta de los 106 diputados de su tropa.
Graciela Camaño se despide del bloque kirchnerista
Ayer fue la última vez que Graciela Camaño se sentó en el recinto como diputada del Frente para la Victoria. Ya decidió, según confiaron en su entorno a este diario, que no integrará más la bancada oficial. “Se quedó hasta ahora por conducta parlamentaria”, sostuvo un allegado. Con cada vez más discrepancias, su postura quedó clara cuando votó en contra de la ley de medios impulsada por la Casa Rosada.
Camaño tuvo un rol fundamental para la sanción de la reforma política como titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales y presidenta del plenario en el cual se trató el proyecto. Desde el comienzo, había manifestado que “acompañaría” la iniciativa aunque marcó decenas de modificaciones.
Tenía previsto votar en contra de algunos artículos, pero finalmente decidió no dar la discusión en particular por falta de tiempo.
A pesar de que le correspondía ser miembro informante del bloque, desistió de cumplir esa función más política y cedió el lugar al apoderado del PJ y diputado Jorge Landau. Esposa del sindicalista anti-K Luis Barrionuevo, todavía no tiene destino fijo su partida del bloque K: dialoga con el peronismo disidente y fue postulada por Eduardo Duhalde como futura jefa de esa bancada. Esa moción fue resistida por Felipe Solá, que no digiere una mandamás puesta a dedo por el caudillo bonaerense.
Con ese panorama, es probable que en un primer momento Camaño conforme un monobloque hasta que vislumbre cómo se acomodan las piezas del peronismo.
