Será un período difícil
Por Rodolfo Terragno.
La Nación – En Cándido , la novela de Voltaire, hay un empedernido optimista: el ilustrado Dr. Pangloss, que sólo ve lo positivo.
Si el personaje examinara la actual economía argentina, festejaría estos datos:
Desde que se abandonó el 1 a 1, el producto bruto interno creció (dato oficial) a razón de 7% por año.
La deuda externa representa, ahora, sólo el 35% del PIB.
La soja vale, en el mercado internacional, el doble de lo que valía hace diez años.
Las reservas actuales equivalen a un año de importaciones.
La recaudación fiscal es de 500.000 millones de pesos.
El criado de Cándido, a diferencia de Pangloss, mira siempre debajo de la alfombra. Se llama Cacambo y tiene un admirable sentido de la realidad.
Si él se ocupara de la Argentina (el país de su padre, un mestizo tucumano), hoy notaría lo que pocos parecen notar:
La tercera inflación más alta del mundo. Según el World Fact Book, sólo Venezuela (30%) y el Congo (27%) superan a la Argentina: 22%. El Indec difiere: sostiene que nuestra inflación está en 11%; pero ése es el mismo índice que tienen Ghana o Liberia. Propuestas: políticas monetarias y fiscales anticíclicas; no sobrevaluar el peso: la invasión de productos importados baja los precios pero destruye industrias y crea desempleo.
El gasto público aumenta un tercio cada año. Esto realimenta la inflación y no redunda en más y mejores servicios. Propuestas: auditar el gasto. Eliminar lo injustificable. Restringir los gastos reservados, y someterlos a control. Prohibir al Ejecutivo gastar por encima de lo presupuestado. Destinar eventuales excedentes a un fondo anticíclico.
Déficit fiscal oculto . Para no quedar en rojo, la Nación echa mano del dinero de los jubilados y de las "utilidades" (reservas) del Banco Central. La conversión de dólares en pesos equivale a una emisión sin respaldo y es otra fuente de inflación. Propuestas: estadísticas oficiales fidedignas; metas y plazos para la reducción del déficit; cumplimiento de tales plazos mediante la política de gasto público y la progresiva supresión de subsidios.
Los subsidios le cuestan al Estado 11 millones por hora . Al año, son 96.000 millones. Si se los quitara, las tarifas se duplicarían, triplicarían o quintuplicarían, según los casos, causando un estallido social. Si no se los quitara, habría un colapso fiscal. Propuestas: disminuirlos gradual y selectivamente, reteniendo sólo los que benefician a las regiones y sectores sociales de menores recursos. Campaña de opinión pública: mostrar por qué, si no se los limita, los subsidios serán un boomerang .
El costo de vida expande la pobreza . Como la inflación carcome el poder adquisitivo, los sindicatos deben reclamar aumentos salariales; pero si éstos exceden la tasa de inflación, el problema se agrava: "Los salarios suben por la escalera y los precios, por el ascensor". La Asignación Universal por Hijo atenúa las carencias pero no las resuelve. Propuestas: disminución del IVA a los artículos de la canasta, financiada por la eliminación de exenciones impositivas no justificadas. Creación del Consejo Participativo de Estrategia Económica y Social (gobierno, empresarios, sindicatos, ONG), con la facultad de procesar información macroeconómica, emitir dictámenes sobre políticas-antiinflacionarias, analizar la distribución del ingreso y, a partir de esa información, celebrar acuerdos de precios y salarios. Objetivo: racionalizar la discusión y evitar pujas arbitrarias.
Con esta inversión no hay desarrollo. Creciendo a 5% anual se llegaría, en 2025, al PIB per cápita que Eslovaquia tiene hoy. Esa módica ambición requiere superar, en 22.000 millones de dólares por año, la inversión actual. De ese monto, 7000 millones han de ser para energía. Propuestas: Estatuto de la Inversión, con garantía de estabilidad jurídica y procedimientos arbitrales para la solución de diferendos. Búsqueda activa de inversores, ofreciendo una relación costo-beneficio que favorezca la instalación en la Argentina y no en otros países.
Como "la tablita" y el "1 a 1" . El valor real del dólar es hoy de $ 1,53. Menos aún, si se descuentan retenciones: el "dólar sojero" está en 0,99. El dólar bajo (empleado en "la tablita" y en el "1 a 1" para controlar precios internos) es un impuesto a la exportación y un subsidio a la importación. Termina, siempre, mutilando la producción. Poner trabas a los importadores, en este punto, es tapar el sol con un dedo. Propuesta: cambio administrado, con el fin de asegurar una tasa competitiva. Disminución de las retenciones, con un cronograma que evite el desfinanciamiento del Estado; ulterior conversión de este "impuesto a la exportación" en anticipo de Ganancias. Estímulo fiscal a la cooperación ciencia-industria para elevar la productividad y conseguir un peso que sea, a la vez, fuerte y competitivo.
Acuerdo preelectoral . Cualquiera sea el resultado de las elecciones (continuismo, si hay reelección; alternativa, si gana un frente opositor) el próximo gobierno encontrará estos problemas.
No tendrá, además, mayoría parlamentaria.
Los nuevos miembros del Congreso serán elegidos en la primera vuelta, y por el sistema D\’Hont de reparto proporcional. Habrá, por lo tanto, un mosaico de bloques parlamentarios igual o más complejo que el de ahora.
Para gobernar se necesitará un compromiso de apoyo mutuo entre la mayor cantidad de fuerzas políticas.
Debe ser suscrito antes de octubre. No es fácil pactar mientras se compite; pero la alternativa es, para todos, acordar o fracasar.
En diciembre logramos un pacto multipartidario sobre aspectos políticos e instituciones. Ahora es necesario internarse en el mar de la economía.
