Primeros pasos en el viaje de regreso al FMI
Amado Boudou se reunió con Nicolás Eyzaguirre, director del organismo. El ministro dijo que \»aspira a una relación madura\».
Críticadigital.com.ar – Tres años y medio después de haberle pagado 9.530 millones de dólares para no seguir más sus recomendaciones ni tolerar sus auditorías, el Gobierno retomó ayer las tratativas con el Fondo Monetario para acceder a un nuevo acuerdo “light” que le facilite volver a pedir prestado dinero en el exterior. El director para el Hemisferio Occidental del ente, Nicolás Eyzaguirre, pasó por Buenos Aires con la excusa de un evento empresarial pero se reunió con el ministro de Economía, Amado Boudou, y con el presidente del Banco Central, Martín Redrado. A ambos les advirtió que no habrá ningún entendimiento si la Casa Rosada impide que el organismo vuelva a supervisar las cuentas públicas, como estipula el artículo cuarto de su estatuto. Boudou aclaró que el país “no tiene necesidad de pedirle nada” al Fondo, pero destacó que la reunión con el virtual número tres del ente fue “muy positiva”. Néstor Kirchner calificó la estrategia como “excelente” y subrayó que “nunca dejamos de ser integrantes del FMI”.
Igual, el ex presidente intentó maquillar el inocultable volantazo: dijo que sólo volverán a negociar “si las condiciones no se modifican” y que el regreso al mercado de capitales se hará “de forma soberana”.
Eyzaguirre había hablado por teléfono varias veces con Boudou, pero ayer lo conoció personalmente en uno de los amplios salones rococó del hotel Alvear. Fue en el encuentro anual conjunto del Consejo de las Américas y la Cámara de Comercio, una meca del lobby empresarial y diplomático estadounidense por la que desde hace seis años desfilan puntualmente las principales espadas del kirchnerismo y de la oposición.
Los empresarios que invitaron al ex ministro de Economía chileno celebraron como una victoria el intento de reconciliación que impulsa Boudou desde que asumió.
El jefe del Palacio de Hacienda aseguró que el reinicio del diálogo con el Fondo “forma parte de la agenda de acceso de Argentina a los mercados internacionales”. Es decir, que sólo sería una llave para que la comunidad financiera le tenga más confianza al Gobierno.
El enviado del Fondo lo visitó en su despacho junto al delegado permanente para la Argentina y Uruguay, Gastón Gelos, y le aclaró que esa llave no será gratuita.
En público, esa postura quedó bien en claro: Eyzaguirre advirtió diez veces en una misma conferencia de prensa que necesita “retomar las revisiones del artículo cuarto” como paso previo a cualquier negociación. Especialmente si el país aspira a una asistencia financiera preventiva, como las que recibieron este año México y Colombia.
Esas revisiones, que hasta 2006 realizaban anualmente en Buenos Aires los economistas con base en Washington y que se efectúan en casi todos los países miembro, incluyen reuniones con todo el equipo económico, pero también con líderes opositores y empresarios. Y luego se plasman en un informe que suele evaluar la performance de cada país.
Eso resulta difícil de aceptar para Néstor Kirchner, especialmente luego de las críticas del organismo a los datos del INDEC, que Eyzaguirre reiteró ayer.
Boudou no dio detalles de la reunión en su despacho, pero sí esbozó ante la prensa una crítica a la condición que está poniendo el Fondo para reencauzar la relación. “A mí me gusta empezar las discusiones sin condicionamientos, porque así son las discusiones francas. Y si dicen que ‘la base es tal o cual’ antes de empezar a discutir, ya empezamos con un condicionamiento”, opinó.
“Argentina tiene una larga historia con el FMI. Desde nuestro punto de vista hay que reinstalar una nueva relación”, dijo el ministro. Casi lo mismo repitió ante los casi 300 ejecutivos que se agolpaban en el Alvear para oír a Eyzaguirre. “El Gobierno aspira a tener una relación madura, de un país que forma parte y quiere llevar su voz al organismo”.
Con Redrado, a quien sí dijo conocer desde “hace años”, el enviado del Fondo también intentó quitarle dramatismo a la revisión anual. “La firmamos con todos los países. Es como pagar la cuota para ser socio de un club”, deslizó en privado.
Tanto el Gobierno como el Fondo intentaron instalar la idea de que el organismo cambió y ya no recomienda ajustes como hasta hace pocos años. Eyzaguirre, además, advirtió sobre “cuellos de botella” que podrían perjudicar el crecimiento argentino pero a la vez destacó las posibilidades que abre para el país el fin de la crisis mundial. Todo en un tono mucho más conciliador que el previo a la crisis de 2001.
