Paquetito de navidad
Mientras los datos oficiales ya muestran un freno de la actividad industrial, con un nuevo paquete de medidas destinadas a impulsar el consumo y la producción, la Presidenta dio quizás el último anuncio del año para enfrentar la desaceleración de la economía. Aunque el trigo y el maíz obtienen una reducción del 5% en las alícuotas de derechos de exportación, el reclamo del campo acerca de liberar totalmente las ventas de soja al exterior no fue escuchado.
Eleconomista.com.ar – Contra los rumores que circularon en los últimos días, y pese a los reclamos de los sectores ligados al agro, la Presidenta dio otro anuncio para contrarrestar la crisis económica, dejando de lado a los cultivos de soja de cualquier ayuda oficial. Las medidas presentadas por Cristina Fernández de Kirchner -escuchada por ministros y dirigentes de la CGT- apuntan a reducir un 5% las retenciones a las exportaciones de maíz y de trigo, y un 50% las de hortalizas y frutas frescas. Además, habrá un beneficio extra para los desempleados y quienes apenas cobran el salario mínimo de $ 1.240: los primeros, obtendrán una suma fija de entre $100 y $150 (dependiendo si pertenecen al Plan Familias o al Jefes y Jefas de Hogar), mientras que los segundos recibirán $200. Estas cantidades serán abonadas entre el 31 de diciembre y el 5 de enero. "Entendemos que desde el Estado también debemos estar allí, con esos sectores que tienen menor capacidad de lograr mejores ingresos", afirmó la Presidenta. De esta forma, se presentó quizás el último paquete de ayuda estatal a la ya no tan pujante economía argentina, en vísperas de aliviar el inicio de un 2009 que tendrá por primera vez un escenario adverso para el oficialismo, que gobierna desde 2003.
Contexto turbio
La situación cada vez obliga más a Fernández de Kirchner a tomar más riendas en el asunto. Un informe de Abeceb.com ya da alerta de la situación: ya hay cinco provincias (Catamarca, Santiago del Estero, Salta, Santa Cruz y Santa Fe) que en octubre tuvieron números rojos en el crecimiento de sus exportaciones a nivel interanual.
La producción tampoco muestra señales favorables. El INDEC dio a conocer los datos de noviembre del Estimador Mensual Industrial (EMI), que arrojó una caída del 0,9% con respecto a octubre, y no hubo ninguna mejora comparada al año anterior. Para la consultora Finsoport, que dirige Jorge Todesca, la producción de manufacturas se redujo, el mes pasado, un 4,3% comparado a octubre. De esta forma, se evidencia lo que muchos analistas privados manifestaban a principios de año: la dependencia de la industria en su conjunto de las automotrices, sector que ha sentido el impacto de la crisis internacional de lleno.
Disconformes
El “efecto Jazz” ya provocó que la Casa Rosada intente tomar las riendas del asunto, y estas últimas medidas se suman a aquellas destinadas a promover la venta de automóviles y electrodomésticos. Por otro lado, el Gobierno también decidió redistribuir su esquema de gastos: por un lado, eliminó gran parte de los subsidios al gas y combustibles (que habían sido vitales para mantener a raya los precios entre 2006 y este año); por el otro, decidió permitir una caída en la recaudación fiscal, al eliminar la cuestionada “tablita de Machinea”, que afectaba a los salarios de un sector de la población. Sin embargo, las decisiones del Ejecutivo, si bien han cosechado apoyo por el carácter proactivo de éstas, han dejado a algunos sectores disconformes. La ausencia de la Mesa de Enlace, cuyos integrantes no fueron invitados a la presentación de la Mandataria, lo dijo todo. Pese a que ahora las retenciones al trigo y maíz quedaran en 23 y 20% respectivamente, el agro impulsaba una reducción de la alícuota para las exportaciones de soja. La respuesta de la Presidenta fue la creación de los planes Trigo Plus y Maíz Plus, que premia el crecimiento de las cosechas con la reducción de los montos a tributar al Estado. “Tenemos que configurar un proyecto agropecuario sustentable en materia de mantenimiento del suelo. El único cultivo que creció fue la soja. La superficie cultivada de maíz cayó un 10 por ciento y la de trigo casi un 20 por ciento”, justificó Fernández de Kirchner.
La reacción de los sectores del campo no se hizo esperar. Desde la Sociedad Rural, se criticó que “lo único nuevo es la reducción de alícuotas a la fruta fresca y hortalizas. El resto ya había sido anunciado hace quince días”. Hugo Biolcatti, presidente de la entidad, comparó la iniciativa oficial con la “inauguración de puentes”, porque “es ya la segunda vez que escucho esto”, dijo.
“Retenciones cero”. Esa es la consigna que sigue reclamando la Federación Agraria, otrora aliada de Néstor Kirchner, pero cuya relación se destruyó durante el conflicto entre el campo y el Gobierno que desveló al país durante seis meses.
Pero el agro no es el único sector que se manifiesta disconforme con las soluciones dispuestas por la actual administración. Los empresarios aún piden un “dólar competitivo”, más cercano a los $4. Además, el plan para impulsar la venta de autos 0Km tampoco fue bien recibido: desde la Asociación de Fábricas Argentina de Componentes (AFAC), afirmaron que los más beneficiados “serán los autos provenientes de Brasil, ya que no se tomó ninguna medida para ayudar a los autopartistas”.
Por su parte, las empresas ligadas a la venta de electrodomésticos consideraron positivos los anuncios de la Presidenta con respecto a este sector. Las líneas de crédito tampoco han logrado gran apoyo en el sistema financiero: solo los bancos estatales se quedaron con el 82% de los $ 600 millones destinadas para líneas de préstamos blandos.
La oposición política, a su vez, aun está criticando la moratoria y el blanqueo de capitales propiciado por el Ejecutivo. Pese a que algunos economistas aseguran que la economía necesitará dólares el año que viene, la mayor objeción viene dada por la posible llegada del narcolavado a la Argentina. De todas formas, el Gobierno demostró que tiene intención en tomar la iniciativa para que la turbulenta coyuntura económica no afecte demasiado al país, y no provoque un aumento del desempleo, que, tras más de una década de dos dígitos, cayó al 7,1%. Pero el éxito de las medidas dependerá de la confianza que los distintos sectores de la economía tengan hacia las iniciativas oficiales, tras varios anuncios que aun no parecen haber despertado el apoyo necesario para llevar a cabo su misión.
