Papá tuvo que callar al nene indiscreto

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“Es algo intrascendente”, dijo el jefe de la CGT sobre un pedido hecho por su propio hijo para que la central obrera integre el gabinete

CriticaDigital.com – El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, tuvo que salir a contrarrestar las declaraciones de su hijo Pablo, quien había reclamado un ministerio para la central sindical en el gobierno de los Kirchner. Moyano junior había afirmado que era momento de que el gobierno nacional le cediera una cartera al gremialismo que lo respalda. “El protagonismo que reclamamos implica ocupar lugares de decisión política como un ministerio, distintos lugares donde salen las políticas de defensa de los trabajadores. Es el momento de ocupar ese espacio”, dijo el hijo del cacique sindical en una entrevista con el diario El Cronista.

Horas después, en declaraciones a Radio 10, Moyano padre calificó de “intrascendente” el pedido que formuló Pablo para que le den un ministerio a la central obrera, y sostuvo que “no es la intención”, por lo menos por ahora, de “ocupar ninguna cartera”.

Más allá de las desmentidas, en el Gobierno consideran que el líder camionero pretende arrebatar nuevas concesiones a su favor antes de las elecciones del 28 de junio. El acto del jueves próximo será una demostración de fuerza con la que el jefe de la CGT buscará evidenciar que su respaldo será vital para la supervivencia del kirchnerismo en el poder. Después de los comicios, suponen en las filas del sindicalismo, todo será más difícil.

Contra lo que pudiera suponerse, en este tiempo “las políticas de defensa de los trabajadores” a las que se refirió Pablo Moyano no salen de la cartera laboral, donde el clan familiar tiene buena llegada por su relación con Carlos Tomada. La CGT reclama potestad sobre los fondos que hoy controla el Ministerio de Salud, a cargo de la vapuleada Graciela Ocaña. Fuentes sindicales le dijeron a Crítica de la Argentina que a los gremios les correspondería 2300 millones de pesos anuales que maneja la Administración de Programas Especiales (APE), que hoy conduce el moyanista Hugo Sola. Pero ese dinero no se toca sin la anuencia del ex presidente Néstor Kirchner. “Nos dan mucho menos de lo que nos corresponde y en cuentagotas”, se quejó ante este diario un dirigente sindical que amaga a su vez con tomar distancia de Moyano.

Sea como fuere, el gremialista buscó despegar de las declaraciones de su hijo. Afirmó que “Pablo tiene el derecho de expresar lo que piensa y lo que siente, pero para la CGT no es la intención, por lo menos por ahora, de ocupar ningún ministerio, así que es intrascendente para nosotros”.

Desde el gobierno nacional afirmaron que la relación con Moyano es “muy buena”, pese a que “siempre está pidiendo algo”. De uno y otro lado aún coinciden en que el camionero y el matrimonio presidencial se necesitan y no pueden prescindir de la alianza de hierro que parecen haber sellado. La debilidad se acentuaría para los dos si intentaran buscar un camino de autonomía: los Kirchner en la política y Moyano en el frente sindical, en el que contiene como puede los embates de los gordos y la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo. Los disidentes le cuestionan al líder de la central sindical que las concesiones que le arranca al gobierno nacional van dirigidas siempre para su gremio. En el ámbito gremial remarcan que en la reunión de la semana pasada con Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada quedó demostrado. Se fueron con las manos vacías y debieron tolerar que Moyano fuera el único que tuvo un mano a mano con la Presidenta.

Hugo habla de “peronismo paquete”

El jefe de la CGT, Hugo Moyano, le puso un nuevo sello al PROperonismo. “Ahora apareció el peronismo paquete”, dijo el camionero en obvia referencia al trío conformado por Mauricio Macri, Felipe Solá y Francisco de Narváez. Tan evidente fue la referencia, que agregó: “Son esos que tienen la cabeza colorada”. Además, al participar de la apertura de la sexta Semana Argentina de Salud y Seguridad del Trabajo, Moyano expresó una firme defensa del gobierno nacional y dijo que los trabajadores no deben “perder todo lo conseguido durante los últimos tiempos”. Asimismo, vinculó a miembros del peronismo disidente con la década del 90.

Se preparan para una demostración de fuerza

El acto de la CGT por el Día del Trabajador, convocado para este jueves, no tenía hasta ayer confirmada la presencia de los grandes gremios de servicios. Los “gordos” y los “independientes” –dos sectores con gran cantidad de afiliados que integran la conducción de la central pero que discuten el liderazgo de Hugo Moyano– dudaban de la conveniencia de movilizarse por no contar con “beneficios tangibles”, dijeron ayer sus voceros.

En el entorno de Moyano, en cambio, daban por hecho una convocatoria de por lo menos 100 mil personas.

Desde los gremios “gordos”, como Comercio, Luz y Fuerza y Sanidad, dijeron que en promedio deberán desembolsar 300.000 pesos para sumar cada uno 6.000 personas a la marcha. A ese valor deben sumarse 20 mil pesos que cada sindicato debió aportar para la organización del acto y su promoción. Las dudas están puestas en el hecho de que desde el Gobierno no hubo compromisos de que ese costo tendrá alguna retribución. Ni por el lado de lugares en las listas oficiales para las próximas elecciones ni por el de los 2.300 millones de las obras sociales retenidos por el Ministerio de Salud.

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