Nuevas denuncias contra el titular de casinos complican a Daniel Scioli
El funcionario es el operador económico en las sombras del gobernador bonaerense. Maneja una recaudación anual de 24 mil millones de pesos. Es investigado por haber tenido una mesa de dinero clandestina que funcionaba en un casino flotante.
Diario Perfil – El interventor de Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires, Luis Alberto “Chiche” Peluso, es un funcionario clave en la gestión de Daniel Scioli. Maneja una recaudación anual de 24 mil millones de pesos provenientes de los ingresos de casinos, bingos y agencias de lotería del territorio bonaerense. Y junto con ARBA (Agencia de Recaudación de Buenos Aires) son los pilares de ingreso de divisas en la Provincia. Algunos lo consideran el operador económico en las sombras del gobernador bonaerense.
Es investigado por tener una mesa de dinero clandestina y por organizar tours a Las Vegas para apostadores fuertes. Al funcionario bonaerense lo acusan de estar de los dos lados del mostrador en un negocio polémico y de cifras millonarias. Una investigación de PERFIL logró determinar ahora que el discutido interventor mantiene una frecuencia de viajes difícil de explicar para un funcionario público a dos destinos sensibles para el negocio: Estados Unidos y Uruguay. Sólo en los últimos cinco años viajó veinte veces a territorio norteamericano, seis de ellas siendo funcionario de Scioli y dos en lo que va de 2009. Además, en el mismo período cruzó en 35 ocasiones a Uruguay, 12 de ellas en vuelos privados (ver recuadro). Además hizo siete viajes a Chile y cuatro a Italia; todo un récord para un interventor de Lotería. Peluso también registró varias salidas hacia Uruguay en un barco anclado en el Puerto de San Isidro, según reconstruyó PERFIL a través de datos suministrados desde los tribunales de Comodoro Py.
El caso Peluso amenaza con transformarse en un fuerte dolor de cabeza para Scioli, a quien todos señalan como el verdadero soporte político del interventor. “Peluso es hombre de Daniel”, explican quienes conocen el vínculo entre ambos (ver recuadro). De hecho, el propio gobernador quedó involucrado en una causa por presunto delito de acción pública, por ser responsable del nombramiento de Peluso.
Las Vegas. Las millas obtenidas tienen una explicación. Según la Comisión de Juego del estado norteamericano de Nevada, la esposa de Peluso, Carmen Adelardi, fue aceptada en la Reunión Anual del organismo en 2008 como “Agente Independiente” de los casinos Bellagio, Mandalay Bay Restort & Casino, MGM Gran Hotel/Casino y The Mirage en Las Vegas. Es decir, según explican los conocedores del juego, es la representante de jugadores argentinos que apuestan casi medio millón de dólares en sólo una noche.
Ese documento oficial –que figura en la web del organismo en EE.UU.– fue incorporado por el Juzgado de Instrucción Criminal Nº 43, a cargo del juez Eduardo Daffis Niklinson.
Enrique Piragini, un mediático abogado que también denunció al ex secretario Ricardo Jaime, fue quien lo presentó en el primer piso de Comodoro Py. Sin embargo, no es el único paper que vincula al funcionario con un negocio incompatible con su función: PERFIL publicó el domingo pasado un documento fechado en abril de 2006 que revela que Peluso estaba habilitado en el estado de Nevada para representar a jugadores en los casinos Mandalay Bay Restort & Casino, MGM Gran Hotel/Casino y The Mirage en Las Vegas. Los mismos lugares de juego que explota ahora su esposa.
“Los agentes independientes reciben entre el 10 y el 15 por ciento de lo que pierde cada jugador, lo que equivale a unos 200 mil o 300 mil dólares de ganancia por viaje”, explica el empresario del juego y presunto ex socio de Peluso, Oscar Data Robinson. El dato es certero porque Robinson ejerció esa misma tarea durante los años 90, cuando aparentemente integraba una mesa de dinero en el Casino Buenos Aires con Peluso y un hombre de la ESMA, Miguel Angel Egea.
Robinson, enfrentado con Peluso por su supuesta sociedad de hecho para prestar millones de dólares en el casino flotante, dice que “la mujer de Peluso no tiene nada que ver con el juego. Ella tenía una agencia de viajes y yo le compraba los pasajes a Las Vegas cuando representaba jugadores, entre ellos a su esposo”. “El que sabe del juego es Peluso, no su mujer”, dice el empresario.
Más denuncias. El listado de denuncias judiciales contra Peluso no finaliza allí. Rubén Curdi dice haber sido empleado suyo en la una supuesta mesa de dinero del casino flotante Estrella de la Fortuna, y el fiscal Areu Franco requirió investigar a Peluso por evasión agravada.
El funcionario, elegido por el gobernador bonaerense, tiene otra denuncia en la Unidad Fiscal de Investigaciones Complejas Nº 8 de La Plata por enriquecimiento ilícito y negociaciones incompatibles con la función. Según figura en esa causa, Peluso tiene con su mujer y su hija Belén la empresa BEPEL, radicada en La Florida, Miami. Para el denunciante Piragini la firma se utiliza para “blanquear las ganancias obtenidas por el juego”.
A pesar de la documentación oficial de los Estados Unidos, el interventor de Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires niega “enfáticamente” que “su actividad comercial o profesional tenga algo que ver con el juego”. PERFIL intentó comunicarse con Peluso, pero desde su oficina quedaron en responder a la brevedad. Habrá que esperar si la Justicia planea citarlo.
Usó el mismo avión que Jaime
En los últimos años, Luis Peluso viajó continuamente a Uruguay. El 5 de marzo de 2007 ingresó a Buenos Aries a bordo de una aeronave LearJet matrícula LV OEL perteneciente a la firma Macair Jet SA. Casualmente, fue el mismo avión que utilizó el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, para irse a Brasil en abril de 2007. Dos años después, luego de una investigación judicial, Jaime fue eyectado del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En enero de 2007 Peluso repitió el mismo trayecto (Uruguay-Buenos Aires) a bordo de una aeronave Cessna 560 matrícula LVWDR, propiedad de la firma Royal Class SA, vinculada a la familia de los hijos del empresario fallecido Alfredo Yabrán. No es todo. Es la misma firma que contrató la empresa estatal Enarsa donde subió el valijero Guido Antonini Wilson con los 800 mil dólares proveniente de Venezuela.
Según consta en los registros a los que accedió PERFIL, Peluso estuvo en algunos casos entre seis y siete horas en Uruguay. La tarifa de un vuelo de esas características supera ampliamente los 3 mil pesos. De 2004 a 2009, Peluso hizo 35 viajes a Uruguay pero en doce oportunidades utilizó vuelos chárter.
Hoy, Peluso parece haberse alejado de los beneficios de los vuelos particulares: se moviliza en aerolíneas comerciales o, como lo hizo el pasado 13 de junio, en una embarcación particular.
