No hay poder sin consenso

1

Opinión de Oscar Aguad, Presidente del Bloque de Diputados Nacionales UCR

Clarin.com.ar  – El modelo productivista, industrialista o desarrollista capaz de transformar nuestra matriz productiva primarizada requiere programas para impulsar el desarrollo de los sectores más dinámicos de la economía, además de inversiones directas y reproductivas y energía abundante y barata.

Esta administración -la del matrimonio Fernández-Kirchner- carece de esos programas y además su poder de persuasión (que es el poder real) no ha logrado en cinco años que los sectores económicamente aptos, internos y externos, hayan invertido recursos económicos suficientes en las cadenas de valor reproductivas capaces de generar un cambio en la matriz originaria por la cual Argentina exporta por US$ 500 la tonelada e importa por un valor de u$s 1.500 la tonelada.

En cinco años de crecimiento, a tasas del 8% (40% del PBI), esa matriz del subdesarrollo no ha sido alterada pese a innegables cambios. Seguimos comprando bienes que valen el triple de los que producimos.

En la verificación de la alteración de esa ecuación se manifiesta y sustenta el "poder real", el poder que transforma y genera cambios estructurales y mediante el cual se incrementa la inversión, aumenta el empleo, se expande el salario real y se amplía el mercado interno diversificando la oferta exportable. En ese círculo "virtuoso" el salario es el gran distribuidor de la riqueza, tanto como la política impositiva lo es respecto de la renta.

El Gobierno carece de ese poder determinante ya que la inversión bruta fija cayó en los últimos tres años un 8% (del 18 al 12%) y además el país que se autoabastecía de gas y petróleo en el 2001 hoy debe importar gas y petróleo por un valor de tres mil millones de dólares. Para males, cae la producción de hidrocarburos al tiempo que descienden las reservas.

Los que pretenden modelar estos cambios coactivamente conciben el poder como un acto de disciplinamiento compulsivo de la realidad. Son los que creen que con una mayoría automática en el Congreso podrán modificar la "ley de gravedad". Una pretensión tan ridícula como limitada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *