Negocian cambios a la reforma política

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El ministro del Interior dijo que lo único que no está en discusión es el sistema de internas abiertas, obligatorias y simultáneas. Flexibilizarían los artículos que perjudican a los partidos más chicos y podrían crear un ente autónomo para fiscalizar comicios.

Críticadigital.com.ar – La reforma política dio ayer su primer paso en el Congreso y, a diferencia de otras iniciativas, el oficialismo ya se mostró permeable a realizar modificaciones al proyecto original que envió la Casa Rosada.

“Salvo el esquema de internas abiertas, obligatorias y simultáneas, todo el resto está en discusión”, dijo a Crítica de la Argentina el ministro del Interior, Florencio Randazzo, después de defender el proyecto ante los diputados en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Justicia. El otro punto innegociable es la implementación de la boleta única, un mecanismo “impracticable”, según explicó –con show incluido– el funcionario.

En principio, el kirchnerismo evalúa suavizar las restricciones que pesarán sobre los partidos políticos más pequeños –este punto fue criticado por el arco opositor en pleno– y no descarta incorporar la creación de un ente autárquico que organice y controle los comicios, es decir, que recorte las facultades que tiene la cartera del Interior.

El grueso de la oposición concentró sus críticas en tres artículos: el que eleva el piso para conformar un partido –ahora será del cinco por mil por jurisdicción–; el que declara la caducidad de la fuerza si no consiguió en dos elecciones seguidas el dos por ciento de los votos, y el que fija que un precandidato pueda participar en las elecciones generales sólo si su agrupación consiguió un caudal de sufragios igual o superior el tres por ciento de votos válidos emitidos.

“El proyecto tiende a matar alternativas políticas antes de que nazcan”, sostuvo Vilma Ibarra, de Encuentro Popular y Social, una de las bancadas de centroizquierda que pertenecen a partidos pequeños que se verían afectados. La diputada, además, planteó que existe una crisis de representatividad y habría que hacer una reafiliación. “El Frente Grande es el tercer partido nacional. Párense en una esquina y pregunten quién es el presidente”, dijo, con ironía. Con ella coincidieron la mayoría de las bancadas. 

Otras de las objeciones, más de tinte político, estuvieron vinculadas con el clientelismo electoral. “El que maneja los planes sociales, gana las internas”, afirmó el jefe del bloque radical, Oscar Aguad.

En su exposición, Federico Pinedo, jefe de Unión-PRO, puso énfasis en el capítulo del financiamiento, que prohíbe donaciones de empresarios y que sólo habilita al Poder Ejecutivo a contratar publicidad en radio y TV para todas las agrupaciones. A su lado, lo observaba Francisco de Narváez, que logró vencer a Néstor Kirchner con un enorme aparato publicitario. “El Gobierno va a controlar qué medios pueden difundir las propuestas de los partidos, en qué horarios, etcétera”, explicó Pinedo.Desde la Coalición Cívica, Adrián Pérez pidió más tiempo para debatir la iniciativa: “No parece razonable atar la reforma a un plazo, que justamente es antes del recambio parlamentario”. No es algo que ocurrirá, según confiaron fuentes del bloque oficial.

En una reunión previa al plenario, Randazzo conversó con el jefe del bloque K, Agustín Rossi, con el presidente de la Comisión de Presupuesto, el santafesino Gustavo Marconato, y otros legisladores de primera línea. A esa misma cita había sido invitada Graciela Camaño, titular de Asuntos Constitucionales, la cabecera del plenario donde se tratará el proyecto. Distanciada en los últimos tiempos del bloque del Frente para la Victoria, la diputada comunicó que “apoyará” y no obstaculizará el trámite, aunque impulsará cambios.

Con menos premura que cuando se debatió la ley de medios, la próxima reunión para tratar la reforma política será en diez días. Antes del 30 de noviembre, el oficialismo aspira a darle media sanción.

“La boleta única no va”

Fue el golpe de efecto de la tarde. Casi al final, para rechazar la inclusión de la boleta única, Florencio Randazzo desplegó una lámina de más de un metro por 50 centímetros y toreó. “Miren, esto me envió hoy la jueza electoral de Córdoba, donde se implementó este sistema. Ésta es la boleta única que piden algunos”, sostuvo el ministro del Interior ante la mirada atónita de la oposición y la risa de los referentes K. 

Este mecanismo, solicitado por la mayoría de los bloques, implica que haya sólo una boleta con todas las opciones de candidatos y que sea el sufragante quien marque con una cruz su elección. “Evita que un partido organice la sustracción de boletas de otro y, además, es menos oneroso”, había justificado el diputado Adrián Pérez, de la Coalición Cívica. Después de la reunión, el “lilito”, no conforme con el as en la manga de Randazzo al final del plenario, lo buscó y en uno de los pasillos del Congreso le aclaró: “Lo que mostraste vos está colgado en el cuarto oscuro, y no es la boleta que se pone en el sobre”. El ministro insistió con su postura, al tiempo que se retiraba con el resto de sus colaboradores. Su jugada ya había causado efecto.

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