La oposición cuestionó la oportunidad de la gira
Objetan el paso por La Habana y Caracas
LaNación.com.ar – La coincidencia temporal entre la visita de Cristina Kirchner en La Habana y la asunción de Barack Obama, y la fuerte crítica presidencial al bloqueo de los Estados Unidos contra la isla renovaron la polémica en torno a la política exterior del Gobierno.
Dirigentes de la oposición consultados por LA NACION cuestionaron el momento elegido para el viaje oficial a La Habana, aunque concedieron que la Presidenta "tiene derecho a visitar el país que quiera y cuando quiera" y compartieron el duro reclamo por el bloqueo.
"La presencia [de la Presidenta] en Cuba habla de una falta de sutileza en materia de relaciones internacionales. El pedido por el fin del bloqueo está bien en cualquier momento y lugar, y lo comparto, pero podría haber aprovechado, ya que estaba en Cuba, para pedir libertad y democracia", evaluó el senador radical Ernesto Sanz.
En el mismo sentido, el jefe de los diputados de la Coalición Cívica, Adrián Pérez, coincidió con Sanz en que el bloqueo a Cuba "está mal", pero también consideró que las críticas de Cristina Kirchner "no llegaron en un buen momento".
De todas maneras, señaló que la concordancia temporal entre los cuestionamientos presidenciales al bloqueo y la jura de Obama "no es tan grave" y, en cambio, hizo hincapié en lo que llamó "la ausencia de una política exterior clara". También advirtió sobre la asiduidad de los contactos con Chávez.
El diputado Francisco de Narváez (Unión Celeste y Blanco-Buenos Aires) puso en duda que el viaje de Cristina Kirchner a La Habana se postergara y terminara coincidiendo con el traspaso del mando en Estados Unidos por la lipotimia que sufrió la Presidenta.
"Había otros 364 días para ir a Cuba. No quiero ser desconfiado, pero conociendo la especulación y la mezquindad con la que los Kirchner miran el mundo, me hace sospechar de los motivos de la postergación", dijo el diputado.
A contramano de estos razonamientos, Claudio Lozano (CTA-Capital) pidió "no sobredimensionar" los efectos que pueda tener la simultaneidad entre el viaje a Cuba y la asunción de Obama. "La relación con los Estados Unidos no se determina por cosas como ésas", razonó.
Sí dijo estar "muy preocupado" por lo que describió como "el enorme nivel de improvisación y cortoplacismo" que observa en las relaciones de la Argentina con el mundo y, en particular, con América latina.
