La manera K de la libertad de prensa
Por Marcelo Moreno.
Clarín – Una redacción es un lugar nervioso. En general, las noticias desatan urgencias, las conversaciones mismas entre los periodistas suelen ser rápidas y perentorias y el cierre diario del diario lleva, aún los días más tranquilos, su ritual carga de adrenalina.
Pero ayer en Clarín todo pareció seguir los dictados de Néstor Kirchner quien -además de maltratar a algunos de nuestros compañeros- suele acudir al latiguillo: "¿Estás nervioso, Clarín?".
Mientras escribo estas líneas en esta redacción recargadamente tensionada percibo cómo esos deseos impropios se convierten en realidad. No necesité demasiada intuición de periodista para entender, a la tarde temprano, que sería un día muy particular.
Cuando me aproximé al edificio del diario divisé a un grupo de individuos que definitivamente no integraban la clásica visita escolar al diario. Más bien, parecían extraídos de un viejo filme de Coppola.
Bajaban de unas combis negras y se agolpaban en las puertas de Clarín. Por un momento imaginé -había mucho anteojo negro y mucha campera con corbata- que se trataba de una guardia de corps indeterminada que pugnaba por tomar el diario. Pero no: también había mujeres.
Se trataba, me informaron, de un batallón de la AFIP que desembarcaba en el diario a revisar no se sabe qué.Y a uno, presionado, le dio que pensar: una pena que operativos semejantes no se hayan hecho con las "empresas" de Sebastián Forza, que aportó lo suyo a la campaña de Cristina Fernández de Kirchner.
Y, también, si el apriete -¿de qué otra forma podría calificárselo?- responde ya no a la letra sino al espíritu mismo del proyecto de ley de Control de Medios que este Gobierno tan institucional envió de prepo al Congreso. ¿Será la evidenciada contra esta redacción su manera tan particular de entender la libertad de prensa?
