La historia de cómo llegó al país la valija del escándalo

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Salió de la sede de Pdvsa y fue custodiada en el vuelo

LaNacion.com.ar –  La valija con casi 800.000 dólares salió de la petrolera estatal de Venezuela, Pdvsa. Fue llevada hasta el Aeropuerto Internacional de Maiquetía por uno de los responsables de la seguridad de la empresa y fue custodiada en vuelo por otro de sus empleados. Hasta que todo se complicó en el aeroparque Jorge Newbery y comenzó el desmadre general cuando el pasaje del avión fletado por Enarsa fue controlado por la Aduana.

Tanto Diego Uzcátegui Matheus como su hijo, Daniel Uzcátegui Specht, saben los nombres de cada uno de estos eslabones, contaron numerosas fuentes a La Nacion desde Venezuela y corroboraron datos obtenidos en Estados Unidos, donde se sustancia una investigación que ya derivó en que tres acusados se declararan culpables, mientras que un cuarto va rumbo al juicio oral y un quinto continúa prófugo.

Todo comenzó en un almuerzo celebrado en la sede de Pdvsa, en Caracas, el 3 de agosto. Allí departieron Uzcátegui padre con el referente comercial de la Casa Rosada para Venezuela, Claudio Uberti, y su secretaria, Victoria Bereziuk. Sentados alrededor de una mesa rectangular, el almuerzo mostró la confianza que se tenían los comensales, relataron testigos del encuentro. No se siguieron parámetros protocolares a la hora de asignar los asientos.

Con las cabeceras vacías, Uzcátegui se sentó en una esquina, con Marjorie Gutiérrez, su mano derecha en Pdvsa, sentada a su lado. Enfrente de él se acomodó el supuesto “valijero”, como acusaron en Venezuela y en la Argentina a Guido Alejandro Antonini Wilson, que permanece bajo custodia en algún punto de Estados Unidos.

A la izquierda de Antonini y enfrente de Gutiérrez se sentó Uberti. Y a su izquierda, a su vez, se acomodó Bereziuk, según reconstruyó LA NACION. Hubo mozos del servicio de catering del restaurante Casa Urrutia, entrando y saliendo de ese recinto. Cuando habían comenzado a comer llegaron Daniel Uzcátegui Specht y una amiga de él, hija de una ex embajadora de Venezuela en Uruguay. Se sentaron a la derecha de Gutiérrez, él, y en la cabecera de ese lado, ella.

El objetivo formal del almuerzo era evaluar el "gasoducto continental" y debatir qué empresas podrían sumarse como proveedores para el "anillo energético", como se apodó al proyecto en el Ministerio de Planificación Federal, que conduce Julio De Vido. Fue entonces cuando se definió que Antonini Wilson y Daniel Uzcátegui volarían a Buenos Aires en el avión privado junto a Uberti y Bereziuk, pocas horas después.

La famosa valija con los 800.000 dólares fue custodiada hasta el aeropuerto por un hombre misterioso, que trabaja en la gerencia de Prevención y Control de Pérdidas (PCP) de Pdvsa, la rama encargada de darle seguridad a la petrolera y, según sus críticos, servir de "policía interna", montar un sistema de espionaje, proteger la infraestructura física y canalizar las partidas de dinero.

Ese hombre se llamaría "Reiter" o "Reiner", según confiaron dos fuentes venezolanas a LA NACION. Para el reconocido periodista venezolano Nelson Bocaranda, se trataría de un custodio del titular de Pdvsa, Rafael Ramírez, llamado Reiter Ramírez.

Según Bocaranda, el dinero salió de la División Manufactura y Mercadeo de Pdvsa, donde la última firma autorizando su salida contable habría sido de una funcionaria llamada Mirna Rondón. Desde entonces, el periodista responsabilizó a los dos Ramírez, Rafael y Reiter, de lo que pudiera pasarles a él o a su familia.

Al frente de la PCP desde 2003 figuró un general de Brigada, Wilmer Barrientos, que fue removido en octubre de 2007 en medio de una purga que incluyó acusaciones de movimientos espurios de dinero. Pero la relevancia de ese puesto quedó clara en abril del año pasado, cuando se puso en sus manos el operativo de seguridad para la Cumbre Energética Sudamericana. Fue en la isla Margarita, con Hugo Chávez, Néstor Kirchner y otros 10 presidentes.

Ya en vuelo rumbo a Buenos Aires, dos voces señalaron ante la consulta de LA NACION a uno de los funcionarios de Pdvsa, Wilfredo Avila Driet, como el supuesto custodio del dinero. Oficialmente, trabaja en el área de Protocolo de la petrolera. Pero en esa sección, una mujer dijo a LA NACION que no trabaja allí, quizá sólo para evitar futuras llamadas incómodas de la prensa.

Luego, LA NACION logró contactar directamente a Avila Driet para preguntarle. Confirmó que se llamaba así, pero dijo que debía tratarse de "un homónimo". Cortó. Nunca más, pese a los reiterados intentos, volvió a atender su teléfono. Siempre cortó.

Viejos conocidos, tras aquel almuerzo en Caracas del 3 de agosto, Diego Uzcátegui y Antonini Wilson volvieron a verse en Buenos Aires.

Fue en la Casa Rosada, donde también estuvo el hijo del primero, Daniel, que en enero último negó haber ingresado en la sede presidencial. Pero Bereziuk así lo declaró a la Justicia y se lo confirmó una segunda fuente a LA NACION.

En Venezuela, mientras tanto, el gobierno bolivariano busca calmar las ansiedades de todos los eventuales implicados, contaron a LA NACION dos voces independientes entre sí.

Les dicen a los Uzcátegui que desde Buenos Aires les informan que en la Justicia "van a arreglar todo"

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