La eterna amnesia de Cristina Kirchner con Alfonsín
La mandataria argentina olvidó, una vez más, nombrar en el día de los derechos humanos al presidente responsable de sentar en el banquillo a los jerarcas de la dictadura militar y de crear la Comisión Nacional para la Desaparición de Personas.
ABC.es – Un año más, Cristina Fernández de Kirchner conmemoró el día universal de los derechos humanos con un olvido: los logros alcanzados durante el Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-89), responsable de sentar en el banquillo a los jerarcas de la última dictadura militar (1976-83) y de crear la Comisión Nacional para la Desaparición de Personas (Conadep). Este informe, cuyo prólogo fue redactado por el escritor Ernesto Sábato, fue corregido por el actual secretario de derechos humanos, Eduardo Luis Duhalde, quien, pese a las protestas de miembros de la Conadep, aumentó el número de desaparecidos hasta 30.000, pese a no poder sustentar la nueva cifra con hechos.
La presidente de Argentina hizo diversos reconocimientos a las Madres de Plaza de Mayo, a las Abuelas y, entre otros, al juez de la Audiencia Nacional suspendido de sus funciones, Baltasar Garzón. Todos estaban presentes en el salón de los Patriotas Latinoamericanos donde cuelgan cuadros del Che Guevara, Simón Bolivar o el mártir indígena Tupak Amari. Allí la presidenta aseguró que la Argentina de su Gobierno “es diferente, es una Argentina que hemos construido entre todos, respetando la memoria, la verdad y la justicia”.
Ni una sola mención a
A lo largo de su alocución, Fernández de Kirchner lamentó que, “muchas veces quiere hacerse aparecer en la sociedad como una contradicción, como que los derechos humanos fueran de un determinado sesgo ideológico. Y yo no me voy a cansar de repetir que los derechos humanos no son ni de izquierda ni de derecha”. En su discurso hubo alusiones implícitas a los juicios que se celebran en Argentina tras la declaración de nulidad de las leyes de punto final y obediencia debida, más conocidas como del perdón, pero ni una sola mención o reconocimiento al Gobierno de Alfonsín. Al ex presidente se debe la Conadep y un hecho sin precedente en el mundo: “el juicio a las juntas militares que, a diferencia del de Nurenberg, donde extranjeros son los que juzgan, en Argentina los jueces fueron argentinos”, recordaba el ex fiscal Julio César Strassera, objeto de críticas descarnadas de la Administración K.
El Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) sucedió a la dictadura militar y tuvo que enfrentar amenazas y amagos de golpes de Estado permanentes. El presidente de la transición firmó las leyes que pusieron una fecha límite a la presentación de denuncias contra el régimen militar y estableció la responsabilidad penal de las atrocidades cometidas por la dictadura, en los mandos superiores.
Estas medidas, aprobadas en el Congreso, fueron posteriormente criticadas pero Alfonsín, como confesó en vida, las consideró necesarias en ese momento. Tan imprescindibles, -reconocería- como la creación de la Conadep y el histórico juicio a los jerarcas militares.
Es común que Cristina Fernández de Kirchner no mencione en sus alocuciones sobre la evolución de los derechos humanos los logros de Alfonsín y, con la misma frecuencia que lo hace, se sucedan las críticas por su omisión.
