La economía se enfrenta al derrumbe de las commodities
Se pinchó la burbuja especulativa en las materias primas provocando una caída de sus cotizaciones que impactará en los superávit –fiscal y externo– de la Argentina.
ElEconomista.com.ar- La economía y Cristina Fernández de Kirchner siguen sin encajar. Hasta hora es como una de esas típicas historias hollywodenses de desencuentros, en las que de uno va para un lado y el otro pasa por enfrente.
Cristina comenzó su gobierno con precios internacionales récord y un crecimiento cercano al 7%. Pero no pudo sacar provecho de ello por la crisis con el campo. Ahora que algunos problemas de gestión comenzaron a encarrilarse y hasta se anunció el pago al Club de París, la economía no le responde igual que antes. La actividad está más cerca del 3% que del 7%, la crisis no es local sino internacional y los precios de las materias primas le dicen adiós a los niveles récord.
La timba de las commodities Con la marcha de la crisis financiera mundial y su impacto sobre la economía global, los precios de las materias primas agrícolas empezaron a retroceder desde hace unos meses. La soja cayó 30% desde el 3 de julio cuando tocó su máximo de U$S 600 y el maíz otro tanto desde el 26 de junio. La pregunta que se hacen todos es hasta dónde seguirá este movimiento.
El país exporta productos agrícolas por más de U$S 30.000 millones al año, prácticamente la mitad de sus exportaciones. Los analistas culpan al pinchazo de la burbuja especulativa. Por lo tanto no descartan que los valores vuelvan a los de septiembre de 2007, mojón que marca el comienzo de la escalada que terminara en los niveles récord.
Hoy por hoy en los bancos de inversiones explican que los especuladores están deshaciendo sus inversiones en commodities agrícolas para refugiarse en el dólar. Según un informe del Centro de Investigaciones de Políticas Económicas con sede en Londres, por cada punto porcentual que el dólar se aprecie (o sea que aumenta su valor) el precio de las materias primas caerá 0,9 puntos. La sospecha que inversores financieros institucionales (como fondos de pensiones) tomaron posiciones sobre distintos índices de materias primas, hace pensar que las commodities volverán gradualmente a los precios de septiembre de 2007.
Si esto es así el margen para la corrección que queda es de un 20% más. El precio del petróleo debería volver a valer U$S 77 y la soja a U$S 350. Si los valores de las materias primas llegan a fin de año con los niveles que tenían en septiembre de 2007, el índice de materias primas habrá caído 27,2% respecto a los niveles actuales. Nadie asegura que ello sucederá. Pero los analistas sí descartan que las materias primas vuelvan a subir por encima del techo alcanzado unos meses atrás.
Otra razón para estar seguros de que las commodities agrícolas caerán es la evolución del crudo: si el petróleo se abarata entonces habrá menos incentivo para la producción de combustibles alternativos y se liberará una mayor porción de la producción de granos para la industria alimentaria (caso maíz).
Goldman Sachs bajó la previsión del crudo a U$S 115 para fin de año (de U$S 150).
Colchones que se van
El escenario macroeconómico local sentirá el impacto. Pero el Gobierno seguirá gozando de cierto margen de maniobra.
Según un cálculo del Estudio Bein si el gasto público continúa creciendo en los próximos meses entre un 27% (como en julio) y un 36% (promedio del primer semestre), el superávit en términos del producto bruto sin incluir ingresos adicionales del Banco Central terminará más cerca del 3% que del 3,5% en 2008. Para el año próximo, en caso que los niveles de las materias primas vuelvan a los previos del récord, el superávit primario estaría ubicado cerca del 1% del producto si el gasto crece al 35%. Pero si los precios internacionales se estabilizan, entonces el superávit primario se situará en 1,6%.
Si el Gobierno administra un crecimiento del gasto en torno al 30% puede lograr un superávit de entre 3 y 3,5 puntos del producto este año. Segundo, para el año que viene podrá mostrar más recaudación ya que durante la mayor parte de 2008 la alícuota que gravó la soja fue de 27% por debajo del 35% vigente desde noviembre de 2007.
¿Otra vez suerte?
El efecto del derrumbe de los precios de las commodities también se sentirá sobre el colchón externo. Hay quienes dicen que si los valores continúan cayendo hasta alcanzar el nivel previo a la escalada o incluso se mantienen alrededor de los niveles actuales, el balance de cuenta corriente se deterioraría significativamente pudiéndose hasta registrar un rojo de U$S 2.700 millones en 2009. Analistas como Mario Brodersohn o Javier González Fraga, ya pronostican un deterioro del superávit comercial tal que lo dejaría en menos de la mitad que el de este año. Estos economistas suponen que en 2009 el país seguirá importando productos al mismo ritmo de los últimos meses como consecuencia de la apreciación del peso. El interrogante que se abre en todo caso es si la economía continúa desacelerándose y el precio del crudo se estabiliza en los actuales valores, ¿las importaciones no deberían crecer a un ritmo considerablemente menor? “Probablemente veamos algo de ello”, sugiere Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein. En todo caso piensa que el panorama internacional podría terminar trayendo un alivio al frente fiscal del país si se consolida una corrección más exagerada sobre el petróleo que sobre las commodities agrícolas (el crudo cayó 40% desde julio versus el 30% de la soja).
El escenario para 2009
En toda esta historia de manías, pánicos y cracs, vale recordar algo: con qué período se hacen las comparaciones. Si los precios internacionales se estabilizan donde están ahora o vuelven a los niveles de septiembre del año pasado, la Argentina seguirá favorecida porque los valores seguirán ubicados 34% por encima del promedio de 2007. Y si bien la desaceleración de la economía global será significativa, hay quienes creen que el país enfrenta un panorama auspicioso en los próximos años gracias a los emergentes (ver recuadro).
Tal vez entonces más adelante Fernández de Kirchner y la economía terminen juntos tomados de la mano como en un final feliz de una de esas producciones malas de Hollywood. Mientras tanto por ahora todo pinta que se verá más un drama pesado que una comedia de entretenimiento.
