Horacio Sanguinetti renunció a la dirección del Teatro Colón

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En el Gobierno de la Ciudad se mostraron sorprendidos por la dimisión.

Clarin.com.ar – A poco más de un año de haber asumido como director del Teatro Colón, Horacio Sanguinetti renunció ayer a su cargo, en forma indeclinable. "Yo trato de ser un humanista, no soy un político. El Jefe de Gobierno conoce las razones de tipo personal que me llevaron a tomar la decisión", dijo a Clarín desde Córdoba, donde pasa sus vacaciones desde fin de año. El renunciante dijo también que hubo "un par de episodios" que apuraron la determinación aunque se negó a comentar de qué se trataba.

Sanguinetti señaló que envió su dimisión por carta documento. Pero, hasta entrada la tarde la carta no había llegado a la jefatura de Gobierno, pese a lo cual, poco antes de las 19 horas, el Gobierno de la Ciudad, a través del Ministerio de Cultura, emitió un comunicado en el que tácitamente acepta la dimisión, y expresa: "Lamentamos profundamente el alejamiento del doctor Sanguinetti y le agradecemos su dedicación y esfuerzo en la gestión del Colón".

Sanguinetti asumió la conducción de teatro más importante del país en diciembre de 2007, nombrado por el flamante Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, con el antecedente de haber sido rector del Colegio Nacional Buenos Aires durante un largo período, además de haber sido asesor de asuntos jurídicos en el ministerio del Interior del Gobierno militar de Alejandro Agustín Lanusse y asesor de Gabinete durante la presidencia de facto de Roberto Viola.

A lo largo de su gestión al frente del teatro, sumó una larga lista de pasos en falso, que arrancaron con el levantamiento de la temporada de ópera de 2008. "Entendemos que para un teatro como el Colón el único escenario digno para la ópera es su propio escenario", sostuvo por entonces. Como contrapartida, Sanguinetti anunció en el mismo momento las programaciones para 2009, 2010 y 2011, una fantasía que se fue disipando con el correr de los meses hasta quedar reducida a una mini temporada de seis títulos para este año.

Las reprogramaciones, la cancelación de las funciones previstas en el Teatro Bristol de San Isidro, en agosto, el levantamiento de dos títulos de la ópera de Cámara, la postergación de las últimas dos presentaciones del año del Ballet Estable y del festejo de los 150 años del nacimiento de Giacomo Puccini fueron algunas de las frustraciones que nutrieron la columna del debe del ciclo de Sanguinetti al frente del teatro.

A pesar de los sinsabores, y aunque reconoció que se podrían haber hecho mejor algunas cosas, Sanguinetti sostuvo que está satisfecho con su gestión. "Desarrollamos una actividad importante, con más de 300 espectáculos. Estrenamos dos óperas argentinas", enumeró, entre sus logros de lo que calificó como un año durísimo. "Se nos ha criticado de una manera salvaje. Hubo algún tipo de campaña en contra de nuestra gestión", agregó.

Lo cierto es que desde su asunción, Sanguinetti debió enfrentar las renuncias de Guido De Benedetti, quien duró apenas 60 días al frente del Ballet y la de Carlos Vieu, quien en agosto decidió dejar la dirección de la Orquesta Estable, además de la salida de su director ejecutivo Martín Boschet, a raíz del escándalo que siguió a la presentación de un modelo de zapatillas Converse en la sala del CETC, con concierto punk incluido. El flamante ex director del teatro también atribuyó por entonces a Boschet la responsabilidad de los planos que ampliaban el alcance de las obras de refacción que mantienen el teatro cerrado, proyecto que no fue aprobado por la Legislatura porteña.

Una fuente cercana al teatro sostuvo ayer que, desde entonces, la relación entre Sanguinetti y el Gobierno de la Ciudad ya no era la misma que antes. En cambio, desde la jefatura de gobierno porteña aseguraron que la decisión tomó por sorpresa a Macri y a su entorno. "El doctor Sanguinetti estaba trabajando en total consonancia con el Ejecutivo", expresa el documento oficial.

Mientras se hacía esperar la confirmación de la renuncia, desde el sector de los empleados vinculados a ATE, su delegado general, José Piazza relacionó la renuncia de Sanguinetti con la posibilidad del pase a disponibilidad de un importante número de trabajadores del teatro, medida de la cual el ahora ex director no habría querido hacerse responsable. La versión, no obstante, fue desestimada en más de una ocasión e incluso ayer, por fuentes del Gobierno.

En tanto, mientras nadie se anima a aventurar nombres para la sucesión, Sanguinetti, quien rescató su paso por el cargo como "una experiencia maravillosa", reconoció que lo venía elaborando desde hace un tiempo, pero que lo resolvió anteayer". Y abrió un espacio para las conjeturas. "Un par de episodios ocurridos en los últimos días, que no puedo comentar, precipitaron la decisión", admitió

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