El sendero de una presidencia que se bifurca

1

LaNación.com.ar – Por Sergio Berensztein. Esta nueva administración comienza a destilar algunas características propias que constituyen una nueva modalidad de ejercer el poder en la Argentina.

Así, en estos primeros 60 días, la presidencia aparece bifurcada, con Cristina Kirchner desempeñando funciones meramente formales, mientras Néstor se ocupa de acumular y consolidar el poder real en la ahora remozada estructura del PJ.

Algún observador distraído podrá inferir que se trata de una versión criolla y aggiornada del viejo concepto republicano de "división de poderes". Todo lo contrario: el poder sigue acumulándose sin ningún tipo de control efectivo en el matrimonio presidencial. Simplemente, se está gestando una suerte de división del trabajo en el que cada una de las partes puede, como decía Serrat, jugar el juego que mejor juega y que más le gusta.

* * *

Por un lado, Cristina desarrolla la agenda del Gobierno con un ritmo particularmente acompasado y delegando buena parte de las responsabilidades de la gestión cotidiana en Alberto Fernández.

El jefe de Gabinete parece, a primera vista, haber incrementado su influencia dentro del gabinete, sobre todo con incorporaciones como las de Florencio Randazzo, Martín Lousteau y Mercedes Marcó del Pont.

Sin embargo, cuando se trata de enfrentar los problemas más apremiantes (inflación, crisis energética, relación con los sindicatos, conflictos con las industrias láctea y cárnica, etc.), y de tomar alguna de las decisiones más polémicas, aparece recurrentemente la figura del polifuncional secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Este no sólo responde a las directivas del ministro de Planificación, Julio De Vido (vale la pena recordar que, según el organigrama oficial, su secretaría todavía está en el Ministerio de Economía), sino que directamente reporta al ex presidente Néstor Kirchner.

Una vez acalladas las repercusiones internacionales por el conflicto de las valijas bolivarianas y por el escándalo de los autos importados, Cristina Kirchner podrá retomar la agenda internacional y encontrar tal vez allí un refugio menos ingrato desde el cual desplegar su estilo de liderazgo.

Pero el mundo sigue viendo con peculiar desconfianza un país que tergiversa las estadísticas oficiales y donde los principales negocios los hacen los amigos del poder.

* * *

¿Partido de gobierno o partido de Estado? ¿Quiere realmente Néstor Kirchner hacer del peronismo un partido moderno y democrático? ¿Se convertirá el justicialismo en una fuerza de cuadros capacitados, con debate de ideas y elecciones transparentes y competitivas de autoridades?

Se trataría, sin duda, de una transformación muy positiva, pero ni él ni su partido han acumulado las credenciales necesarias para poder ser optimistas. Kirchner tiene razones para pensar que las fuerzas de oposición no tendrán, al menos en los próximos cuatro años, los recursos y el liderazgo necesarios para pelearle en serio el poder.

Por eso, si la inflación, la crisis energética, los escándalos de corrupción y la inseguridad hacen que la sociedad argentina se canse de los Kirchner como hace una década se cansó de Menem, mantener firmes las riendas del partido minimizaría al menos las posibilidades de que dentro del peronismo alguien desafiara la hegemonía kirchnerista.

* * *

Al mismo tiempo, ser presidente del PJ le permitirá a Kirchner legitimar su actividad política. Tendrá un espacio institucional y excusas suficientes para reunirse con quien quiera sin tener que dar explicaciones ni erosionar el liderazgo de su esposa.

Si este modelo de administrar el poder termina de afirmarse y si, en efecto, la oposición no logra reaccionar de manera efectiva rearticulando esfuerzos y consolidando los retazos que hoy desnuda, el PJ tendría el camino despejado para convertirse en un partido de Estado.

Como lo fue el PAN de Roca, cuando los trenes también sacudían las fantasías de los gobernantes.

El autor es director de Poliarquía

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *