El riesgo de más abusos de poder.
Por Ricardo Gil Lavedra
En medio del debate sobre la ley de radiodifusión, la gravísima noticia que conocimos respecto de las intenciones del Gobierno de quedarse con Papel Prensa y los aprietes y amenazas que usa como método deben hacernos reflexionar.
El primer tema para pensar es cuánto nos hemos acostumbrado a vivir en medio de una ilegalidad creciente. El segundo, vinculado al anterior, tiene que ver con el perfil de funcionarios públicos que, en lugar de custodiar los intereses del pueblo que representan, se asemejan a una banda de facinerosos.
La escandalosa corrupción existente en el gobierno nacional nos asemeja a modelos para temer.
La Argentina cada vez se parece más a los regímenes patrimonialistas que azotaron a América latina durante tantas décadas. Me refiero a modelos en los cuales los funcionarios gubernamentales utilizan salvajemente los fondos públicos y se enriquecen impúdicamente a la vista de todos en la más escandalosa impunidad.
Para combatir ese mal, la única salida es que los jueces encargados de velar por la aplicación de la ley ejerzan alguna vez con celo sus funciones. Es la única forma de que la ciudadanía pueda recuperar la confianza de que vivimos en una sociedad decente, que funciona de acuerdo a las reglas del Estado de Derecho.
En este escenario, los gravísimos acontecimientos que se conocieron sobre Papel Prensa ratifican una vez más la sospecha de lo que pretende el Gobierno es contar con medios de comunicación y de prensa adictos y complacientes, que silencien definitivamente sus reiterados abusos de poder.
