El retorno a la ley que nadie quería
Las internas abiertas ya se habían impuesto por ley en 2002, pero el peronismo evitó aplicarlas.
La Nación – La memoria selectiva le jugó una mala pasada ayer a la presidenta Cristina Kirchner.
Al anunciar su plan de reforma política, se adjudicó la "autoridad" de haber presentado en 2001 un proyecto para que los candidatos a cargos nacionales se eligieran en comicios primarios simultáneos. Pero olvidó por ejemplo la tarde de enero de 2003 en la que, como congresal del PJ, votó el curioso esquema de "neolemas" que permitía al peronismo presentar varios candidatos presidenciales en las elecciones generales. Para eso, hubo que suspender la aplicación de la ley de internas abiertas que Eduardo Duhalde había promovido con éxito el año anterior.
Aquel esquema de neolemas le permitiría a su esposo, Néstor Kirchner, llegar a la presidencia sin pasar por una pelea de final incierto contra Carlos Menem en el PJ. Duhalde fue el valedor de esa jugada que indignó a toda la oposición.
Tres años después, sería el propio Kirchner el que borraría del Código Electoral el invento de las internas abiertas, con el que Duhalde había intentado calmar los reclamos de reforma política después del estallido de 2001. Con acuerdo del Gobierno, del peronismo y de casi toda la oposición, la ley fue derogada en diciembre de 2006.
Cuando el trámite llegó al Senado, el jefe del bloque oficialista, Miguel Pichetto, sorprendió a todos con un pedido para tratar el proyecto sobre tablas. Lo consiguió y evitó que el tema tuviera que debatirse en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que presidía la entonces senadora Cristina Kirchner. Ella se había retirado del recinto un rato antes, fiel a su costumbre de no dejar sentado su voto en las leyes que promovía el gobierno de su marido pero contradecían su archivo personal en el Congreso.
En el Senado sólo el socialista Rubén Giustiniani y el salteño Ricardo Gómez Diez se resistieron a la derogación. El tratamiento del proyecto duró larguísimos tres minutos.
En la Cámara de Diputados, unos días antes, también se había discutido en tiempo récord. El presidente del cuerpo era Alberto Balestrini, que hizo lo imposible por cerrar el debate en 10 minutos. Las paradojas del peronismo hacen que haya sido justamente Balestrini uno de los que sugirieron a los Kirchner la idea de impulsar ahora las internas abiertas y simultáneas.
Al salir de aquella sesión, el diputado Agustín Rossi, jefe del bloque kirchnerista, declaró: "Cuando uno tiene una herramienta que debe suspenderla cada vez que hay elecciones hay un problema. No tenía sentido mantener esta situación que demostró que no había mejorado la relación de los representantes y los representados". Ahora será él mismo el encargado de negociar una nueva ley con casi el mismo sentido.
Matices
En realidad, el kirchnerismo distingue matices entre su proyecto y aquella norma derogada. Néstor y Cristina Kirchner siempre renegaron de la ley de Duhalde porque establecía que el voto en las primarias fuera opcional. Eso, argumentaban, exponía a los candidatos al peligro del "aparato".
Fueron coherentes con ese pensamiento en 2005, la única vez que rigió la ley de internas abiertas. El 7 de agosto de aquel año fue la fecha fijada por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, para los comicios partidarios de los que debían surgir los candidatos a diputados y senadores nacionales.
En su pelea por controlar el peronismo bonaerense, Kirchner eludió competir dentro del PJ contra Hilda Duhalde y dispuso que su candidata a senadora, Cristina Kirchner, compitiera por el Frente para la Victoria. Ninguna de las dos tuvo rivales. Las internas sólo rigieron en media docena de disputas menores, en el radicalismo porteño y en partidos provinciales.
En 2006, con Kirchner como mandamás del PJ y lanzado al plan de sucesión matrimonial, la ley de internas abiertas era un estorbo para el poder. Por eso se encargó la derogación. El autor del proyecto fue el apoderado del PJ Jorge Landau, a quien ya llamaron para integrar el equipo de arquitectos de la nueva reforma política.
