El fútbol no es para todos ni es gratis

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Por Silvana Giudici, diputada nacional (UCRCapital).

Regresó el Fútbol para Todos y trajo como marca la profundización de la estrategia del Gobierno en materia comunicacional: utilizar la pauta oficial como propaganda electoral. La publicidad oficial, que debe ser una herramienta para dar a conocer los actos de gobierno y brindar información de utilidad pública, se distorsiona para instalar una imagen mítica del ex presidente Néstor Kirchner a través de un spot publicitario de casi cuatro minutos de duración.

El Spot "Nunca Menos" se emitió el fin de semana en todos los partidos. Según el tarifario oficial, -publicado en la página del jefe de gabinete-, el costo del segundo de publicidad en los partidos de fútbol oscila entre 800 y 1200 pesos, elevándose a 1700 si se tratara de la transmisión de Boca o River. Tomando como costo promedio 1200 pesos, podemos establecer que el "Candombe en Homenaje a Néstor Kirchner" costó alrededor de 3.000.000 de pesos sólo por la emisión al aire durante los partidos. Es fácil calcular que, si el spot se siguiera emitiendo durante todo el campeonato (clausura y apertura), el mismo le costaría al Estado 114.000.000 de pesos.

Queda más que claro que el fútbol, que no es gratis ni es para todos, se ha convertido en un succionador de recursos públicos transformándose en el vehículo masivo de penetración del relato oficialista por excelencia.

La Argentina subsidia desde la creación del programa "fútbol para todos" a la AFA, a los clubes privados, pero también ha "estatizado" el mercado de la publicidad vedando el ingreso a anunciantes privados y subsidiado fuertemente la producción y transmisión de las imágenes tercerizando este servicio en adjudicaciones directas y poco transparentes.

El negocio del fútbol profesional en el mundo maneja millones de dólares, solo durante el 2010, el mundial de fútbol de Sudáfrica le dejó a la FIFA ganancias por mil millones de dólares, jugadores, clubes y asociaciones deportivas lucran y se llevan enormes dividendos por el manejo del negocio. Por su parte el mercado de la publicidad privada, también es de gran dimensión, mueve en la argentina alrededor de 9.900 millones de pesos por año. Si los anunciantes hubieran pautado los 222 segundos del spot hubieran desembolsado 5 millones de pesos según sus propias estimaciones. La ecuación comercial de la transmisión del fútbol se completa con los servicios de producción de imágenes, sonido y subida al satélite de la señal, un mercado independiente y rentable en sí mismo, sino basta como ejemplo pensar en las ganancias de productoras de contenidos independientes.

¿Quién podría sostener en un país como el nuestro, donde la desnutrición infantil hace estragos y la desigualdad aumenta aún en años de crecimiento económico, que la prioridad del estado debe ponerse en subsidiar esta actividad que genera en si misma millones de dólares?

Evidentemente la razón es política y demuestra una intención precisa en relación a la estrategia comunicacional que desarrolla el gobierno de Cristina Fernández como prioridad absoluta en su etapa electoral.

La distracción de recursos públicos no se reduce solo al programa fútbol para todos, venimos denunciando desde el año 2006 el incremento sideral de las partidas presupuestarias que se destinan a publicidad oficial. Este año superarán los quinientos millones de pesos. La plataforma digital terrestre, con sus antenas repetidoras y los 300 mil decodificadores que ya se han repartido insumirá según su propio responsable mil doscientos millones más y la creación de la plataforma alternativa estatal de fibra óptica que anunció el ministro De Vido en octubre del 2010 insumirá unos 7500 millones de pesos.

Es decir más de diez mil millones de dólares que se destinarán en los próximos años a blindar las plataformas de comunicación digital y a cooptar las pantallas de la televisión abierta a través de una política sostenida de control de contenidos y sistemas de comunicación como nunca antes se vio en nuestro país.

Compartimos la idea de que la recepción hogareña del fútbol de primera división sea gratuita y también la idea de desarrollar una plataforma digital moderna para la migración de tecnología analógica a digital. Lo que no compartimos es el carácter intervencionista del proyecto y el costo que representa para el erario público cuando simplemente través de la comercialización de los segundos televisivos se recuperaría toda la inversión original del proyecto.

Si esos diez mil millones de pesos se destinaran al sistema previsional alcanzarían para llevar las jubilaciones al 82 por ciento, si se aplicaran a la construcción de viviendas podrían inaugurarse 71.428 viviendas que cubrirían la mayor parte de las necesidades de hábitat de los argentinos. Hablamos de prioridades pero también debemos hablar de libertad y de igualdad de oportunidades. ¿Tienen los seguidores de Néstor Kirchner privilegios para que el Estado financie su tributo audiovisual a tres millones de pesos por fin de semana? ¿Tienen los argentinos la obligación de verlo en la Televisión Pública entre tanda y tanda? ¿Tienen el resto de los espacios políticos derecho a iguales desmesuras? Preguntas cuyas respuestas serán respondidas por la ciudadanía en octubre de este año.

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