El diálogo con Irán resulta cada vez más absurdo
Por Ricardo Gil Lavedra, presidente del bloque de Diputados Nacionales UCR.
El presidente del Bloque de diputados nacionales de la UCR, Ricardo Gil Lavedra, se refirió al inicio de las conversaciones de la Argentina e Irán en Ginebra, en relación al atentado contra la sede de la AMIA en Buenos Aires.
Destacó que, “resulta absolutamente ridículo e inexplicable que el gobierno considere que las negociaciones han sido positivas, cuando pasado poco tiempo de la primera reunión la propia Cancillería iraní volvió a negar cualquier participación de ese país en el salvaje atentado en el que perdieron la vida 85 personas. Cabe preguntarse, entonces, cuál es la medida de éxito fijada por el gobierno argentino y cuáles fueron los verdaderos motivos para iniciar este diálogo”.
“Según trascendió en la prensa internacional, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán declaró tras la reunión que su país está listo para realizar una revisión detallada de quiénes fueron los que perpetraron este hecho ¿Es este el verdadero objetivo del diálogo con Irán? ¿Dudan las autoridades argentinas de los resultados de la investigación de la Justicia? Cuando la Presidenta anunció estas negociaciones ante la Asamblea General de la ONU, sostuvo que su objetivo sería encontrar un marco legal que permita enjuiciar a los acusados. Lo hecho hasta ahora por el gobierno argentino contradice absolutamente esta meta”, señaló.
“Por otra parte, es inadmisible que las negociaciones con Irán sigan dándose en un ámbito de secretismo y ocultamiento, cuando la Presidenta se había comprometido a mantener informadas a las fuerzas parlamentarias y a la comunidad judía. Como lo sostuvimos desde el comienzo, la base de toda negociación debe ser la entrega de los funcionarios iraníes sospechados de haber perpetrado el ataque terrorista contra la AMIA y ninguna otra. Si el gobierno iraní no está dispuesto a responder con la verdad, entonces no hay nada que negociar y se debe terminar inmediatamente esta negociación sin sentido”, concluyó Gil Lavedra.
