El PROperonismo está en PROblemas
Buscan evitar que las discrepancias surgidas deriven en un quiebre del flamante espacio. Demorarán el armado de la lista bonaerense.
Apenas conocido el anuncio, un exultante De Narváez, saludó la iniciativa y anunció su acuerdo con la medida. Mauricio Macri fue todo lo ambiguo que pudo y sus voceros se esforzaron en explicar su silencio y Felipe Solá atacó la propuesta de los Kirchner. Uno sí, uno ni y el otro no. El espacio debe resolver el orden de las listas y no parece haber acuerdo a la vista. Solá –dicen sus principales laderos– cree que por su trayectoria política (ex ministro, ex gobernador), por su llegada al interior de la provincia y a los medios y por su imagen positiva tiene que encabezar. Y disparan que, frente al currículum de Felipe, el principal atributo de De Narváez es una abultada billetera.
De Narváez, por su parte, cree que durante estos años aprendió mucho de la política. Que obtuvo un decoroso segundo lugar en las últimas elecciones, que invirtió mucho dinero en la campaña y que, además, anudó inteligentes acuerdos políticos. Cerca del diputado también dicen que Felipe estuvo demasiado cerca de los Kirchner como para, ahora mismo, mostrarse como un opositor duro y que no tiene suficiente estructura como para vencerlo en una interna.
En el PRO tiemblan con la posibilidad de que la alianza se rompa antes de empezar a gatear. “Si el espacio se rompe, perdemos todos”, dicen preocupados y en voz baja.
Para dirimir el primer lugar bonaerense, se especuló con elecciones internas –algo imposible porque no pertenecen a un mismo partido– o con el veredicto de un combinado de encuestas independientes –en la que ninguno de los dos cree–. “Si existiera una manera de resolver esto, ya estaría resuelto”, confesó resignado un diputado nacional.
De Narváez confía en una resolución a través de la consulta con sus aliados. Es decir, hacer una ronda de conversaciones restringida a los principales referentes del espacio y que se acate el veredicto. En su entorno aseguran que ya tienen los votos de Eduardo Duhalde –padrino del sector–, de Mauricio Macri y del sindicalista Gerónimo Venegas, de las 62 Organizaciones Peronistas.
Los felipistas, por su parte, no dicen cómo se va a resolver, aunque aseguran que el apoyo de esos tres referentes, en realidad es de ellos.
Cerca de De Nárváez deslizan, con evidente malicia, las razones del enojo de Macri con el ex gobernador.
Cuentan que al jefe de Gobierno le molestaron dos episodios en los últimos días. Uno ocurrió durante el lanzamiento del PROperonismo. Cuando la pregunta de un periodista apuntó al aumento de las chances electorales de 2011 de Macri, a partir del acuerdo, Solá interrumpió y preguntó si el candidato a presidente del espacio no podía ser él. Macri lo congeló con la mirada. El otro, menos público, se relaciona con el escándalo desatado a partir del alejamiento de Jorge Macri del PRO bonaerense. El jefe de Gobierno cree ver la mano de Solá en la movilización frente a la sede del gobierno porteño de cientos de militantes del PRO disidente, como un intento de desgastarlo. Casualmente, o no, ayer reapareció públicamente Jorge Macri para apoyar la postura de Solá con respecto al adelantamiento.
