El FMI y la ANSES salvaron el superávit

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El resultado favorable de los ingresos y egresos del año pasado fue el 47 por ciento menor que el de 2008. La Presidenta aseguró que hubo un “muy buen comportamiento” de la “administración”. Boudou relativizó el peso de los giros del Fondo Monetario.

Críticadigital.com.ar – El FMI y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) ayudaron al Gobierno a cerrar 2009 con superávit primario (previo al pago de intereses). Pero incluso con esas colaboraciones, el resultado favorable fue casi 47% menor al de 2008. El superávit dado a conocer por la presidenta, Cristina Fernández, y el ministro de Economía, Amado Boudou, alcanzó los 17.285,6 millones de pesos.

Buena parte de ese saldo se explica por los 9.600 millones de pesos (u$s 2.500 millones) correspondientes a los giros realizados por el FMI en su última ampliación de capital, que el Gobierno computó para los resultados de noviembre y diciembre. Y, también, por haber sumado a fin de año los entre 7.500 y 8.000 millones de pesos que la ANSES obtuvo de intereses por sus colocaciones.

El ahorro fiscal alcanzado representó el 1,53% del PBI, por encima del 0,5% previsto, dijo la Presidenta durante una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno: “Hubo un muy buen comportamiento de las cuentas fiscales y de gestión de la administración”, agregó la mandataria.

Mientras que el resultado financiero (tras computar el pago de intereses) dejó un déficit de $ 7.131,1 millones, contra el saldo favorable de $ 14.654,8 millones de 2008. Las planillas oficiales exhibieron un déficit de las empresas públicas de $ 1.738 millones durante el año pasado. Los números de diciembre dejaron un superávit primario de $ 5.077,9 millones y un déficit financiero de 2.888,8 millones de pesos.

El ministro de Economía relativizó el peso de los u$s 2.500 millones en derechos especiales de giro (o SDR, por sus siglas en inglés) del FMI en el resultado favorable: “Ésta es la situación actual y la manera más eficiente de utilizar los recursos”, dijo Boudou. Mientras que el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, alegó que, a pesar de la crisis internacional, la Argentina logró el año pasado mantener los tres pilares de su política económica, en referencia a los superávits fiscal y comercial, y al “elevado nivel de reservas”.

Sin embargo, de no haberse imputado los ingresos del Fondo, el superávit primario se hubiera reducido a 7.600 millones de pesos. En tanto que la quita de los intereses obtenidos por la ANSES hubiese dejado el resultado en un virtual equilibrio.

“Sin los giros del FMI y la cartera de ANSES, en diciembre el déficit habría sido enorme, de entre 4.500 y 5.000 millones de pesos. Y el año hubiera terminado en equilibrio”, explicó la economista Marina Dal Poggetto, del estudio Bein & Asociados. 

La economista le quitó dramatismo al resultado negativo de diciembre al recordar que se trató de “un mes con gastos extraordinarios, como el pago adicional a los jubilados y la puesta en marcha de la asignación universal para la niñez”. 

Dal Poggetto explicó que este año habrá “una recuperación de los ingresos por la mayor actividad y la reactivación del sector externo”, pero planteó que “la incógnita será lo que pasará con el gasto, que viene creciendo en torno del 30% anual”.

“Nuestra previsión es que la recaudación este año crecerá 24%, pero el gasto también subirá el 27 por ciento. Lo ideal sería que el gasto creciera sólo un par de puntos por debajo de la recaudación”, agregó la especialista.

Boudou insiste con el canje

El ministro de Economía, Amado Boudou, defiende con uñas y dientes el canje de la deuda para los acreedores que rechazaron la quita de 2005. Como si en ello fuera su futuro en el gabinete K, ayer ratificó que la operación “está encaminada” pese a la suspensión del Fondo del Bicentenario. 

Y agregó que, “a más tardar el viernes”, el Gobierno “contestará” los pedidos de precisiones del ente de control bursátil estadounidense. Según confesó, le “gustaría terminar con la operación en la primera semana de febrero”, para lanzar el proceso de canje, que se prolonga “no más de un mes”.

El canje redundará en jugosos beneficios para la banca local, por la cantidad de títulos de la deuda que compraron las entidades a bajos precios. Pero el escándalo del Central atenta contra la operación.

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