Diputados opositores también planean rechazar públicamente la re-re

La Nación – La oposición en la Cámara de Diputados sigue los pasos de sus pares en el Senado: en las últimas horas comenzó a firmar un documento, idéntico al que se firmó ayer en la Cámara alta, en el que se compromete a rechazar cualquier intento de habilitar una segunda reelección de la presidenta Cristina Kirchner.

El documento comenzó a circular anteanoche por las bancas opositoras de la Cámara baja, en plena sesión del proyecto de voto joven, una vez que había trascendido la jugada opositora en el Senado.

Sin embargo, no todos los diputados llegaron a estampar su firma porque decidieron retirarse en masa del recinto, indignados tras escuchar el duro discurso del diputado ultrakirchnerista Andrés "Cuervo" Larroque (de lo que se informa por separado).

El documento en cuestión es una copia fiel del que ya firmaron los senadores opositores. "Los abajo firmantes, diputados de la Nación comprometidos con la defensa y el cumplimiento pleno de la Constitución nacional, suscribimos el presente instrumento comprometiéndonos a votar en contra de cualquier proyecto legislativo que intente declarar la necesidad de la reforma constitucional y en contra de cualquier intento de re-reelección presidencial ajeno al texto vigente", dice la escueta declaración.

El oficialismo, si bien cuenta con mayoría en la Cámara de Diputados, no alcanza los dos tercios de los votos del total de miembros (171) que exige la Constitución Nacional para una eventual reforma constitucional.

La única esperanza para llegar a esa mayoría es repetir o mejorar la elección del año pasado en la que la presidenta Kirchner obtuvo el 54 por ciento de los votos. Sólo así podría arañar las 171 bancas necesarias.

La oposición, con este documento, pretende sentar un mojón de unidad parlamentaria ante el acecho común de una eventual reforma constitucional. Según pudo saber LA NACION, ya lo firmaron los bloques de la UCR, el Frente Peronista y Pro, reuniendo ya un centenar de apoyos.

"Este documento demuestra que es imposible que el oficialismo avance con una nueva reelección en el actual período de gobierno. Para que no lo intente en el futuro, le pedimos al pueblo que nos ayude a revertir el actual equilibrio de fuerzas, que hoy le da la mayoría al oficialismo. Sólo así podremos alejar definitivamente el fantasma de una segunda reelección", enfatizó el jefe del bloque de diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra.

La intención de los dirigentes opositores es realizar una puesta en escena común para presentar el compromiso firmado, tal como hicieron sus colegas en el Senado.

"Será una certeza de que, al menos con la actual composición del Congreso, la re-reelección no avanzará", se entusiasmó el presidente del bloque del Frente Peronista, Enrique Thomas.

Al documento también suscribió el Frente Amplio Progresista (FAP), aunque sus socios de Unión Popular, integrado por Claudio Lozano, Liliana Parada, Víctor De Gennaro, Graciela Iturraspe y Antonio Riestra, decidieron no firmarlo.

"Unidad Popular no tiene necesidad de garantizar nada -enfatizó el diputado Lozano-. No confiamos en el resto del arco opositor, donde hubo dirigentes que han virado de un lado al otro. Además, no tiene sentido alguno firmar ningún compromiso hasta las elecciones legislativas de 2013, cuando se renueve la composición de ambas cámaras."

La actitud de Unión Popular de mostrarse distante del resto de la oposición no hizo más que abonar el malestar hacia ellos. Esa misma percepción se da incluso dentro del FAP. De hecho, el socialismo confirmó que ya firmó el documento.

"Tal como lo hicimos en el Senado, nosotros también nos sumamos. Es necesario dejar bien plantada nuestra posición", enfatizó el diputado Roy Cortina (Partido Socialista).

Un sector del socialismo, con el ex gobernador santafecino Hermes Binner a la cabeza, tenía una postura ambigua respecto de una reforma constitucional que no incluyera la reelección. Sin embargo, hace tiempo que se ubicaron en la posición contraria al kirchnerismo en este tema.

Con los movimientos realizados en el Senado, y con los que se prevén en Diputados, la posibilidad de declarar la necesidad de una reforma parece clausurada al menos hasta después de las elecciones del próximo año. Pese a ello, sectores del kirchnerismo mantienen vivo el debate.