Chapa y pintura para mejorar la imagen presidencial
Preocupada por la brusca caída de la popularidad de cristina, el gobierno cambia la estrategia comunicacional. Con discursos calmos, spots esperanzadores y el eslogan “Argentina somos todos” se busca revertir los efectos negativos del conflicto del campo.
“Más importante que pelear es acordar”, dijo ayer la Presidenta, con tono calmo, durante un acto del gremio UPCN, en el Luna Park, con todo el Gabinete presente, mientras Alberto Fernández mantenía la reunión con las autoridades del campo. A mediados de marzo, en un acto en la Casa Rosada, se había exaltado levantando sus dedos índices mientras agitaba su cabeza: “¡No me voy a someter a ninguna extorsión!”, gritó, y momentos después calificó a las protestas agrarias, que recién comenzaban, como “los piquetes de la abundancia”.
Los discursos de CFK y los avisos televisivos en marcha buscarán un tono esperanzador. El giro se explica en los estudios motivacionales encargados por la Secretaría de Medios, de Enrique Albistur: la gente que hace unos meses admitía que los Kirchner les habían devuelto cierta expectativa, ahora se muestra escéptica. El punto de quiebre fue el larguísimo conflicto con el campo.
La Presidenta intentará retomar la iniciativa. Además, bajará los decibeles en sus discursos –alguna vez se lo aconsejó Mirtha Legrand–, e intentará apuntalar su imagen externa –viajó ayer a Brasil, en julio se va a España y después a Italia.
Néstor Kirchner, mientras tanto, hará lo posible para no opacarla, como cuando en su acto de asunción como presidente del PJ, en el estadio de Almagro, le cedió su lugar para que hable.
Esta semana, Cristina inauguró su nuevo estilo durante un acto en una fábrica textil del Chaco: “Éstas son las políticas que dan resultado, y a los que todavía no creen, a los que todavía dudan quiero tenderles mi mano”, declaró.
El martes próximo, la nueva estrategia del Gobierno se difundirá por televisión. La Casa Rosada pondrá al aire un par de spots, conceptuales, con aire conciliador, con el objeto de instalar la sensación de que la Presidenta “contiene emocionalmente a la sociedad”. Según explicó uno de los ideólogos comunicacionales del oficialismo, los spot están inspirados en el papel paternalista que el inglés Tony Blair tomó durante los velorios de Lady Di, donde se puso al hombro “el pesar del pueblo”.
En los avisos se remarcará que la coyuntura económica es favorable, y que no hay motivos para que se viva un clima de incertidumbre política.
Albistur está convencido, y así lo transmitió a sus jefes, que el “ser argentino” se vive con orgullo, que no es propiedad del campo, y que Cristina debe exaltarlo y demostrar que su gestión es “histórica”.
El nuevo slogan oficial, ya difundido en dos avisos donde el Ejecutivo explica a su modo el conflicto con el campo –o sea, el Gobierno quiere dialogar y los dirigentes agrarios no y sólo buscan generar más ganancias–, dice así: “Argentina somos todos”.
En esas publicidades se escucha una voz en off –“agradable”, según la definición oficial– que relata la versión pingüina sobre el paro agrario: “Con el campo ya acordamos muchas cosas”, comienza diciendo el dulce relator K, y de inmediato enumera las diferentes ofertas que el Gobierno acercó a los ruralistas. Mientras la voz asegura que se abrieron las exportaciones de carne, se superpone una imagen de Alfredo De Angeli diciendo “¡Vamos a dejar morir a las vacas en campo!”. Algunos segundos después, la chicana se repite: el locutor oficial enumera algunos otros “logros” mientras se ve a Eduado Buzzi que dice: “Ya demostramos que se puede desabastecer”. Las dos imágenes de los dirigentes rurales son en blanco y negro, en contraste con el resto de la filmación.
El otro spot, realizado con dibujitos animados, “enseña” que un productor, en 2007, ganaba 258 dólares por tonelada de soja con las retenciones fijas, mientras que ahora, “con las retenciones móviles” ganan 271 dólares.
Por las dudas, y para no agitar el conflicto mientras se volvían a retomar las negociaciones, ayer esas publicidades se levantaron del aire.
Néstor se mantiene pum para arriba
La caída de imagen de Cristina Kirchner no arrastró a la de su esposo. Según un estudio de Poliarquía, si bien Néstor también fue víctima del desgaste, mantiene un 49 por ciento de imagen positiva. “La mitad de la población que tiene buena imagen de él, opina de forma regular o negativa de Cristina.” Así, la brecha entre uno y otro se ha profundizado en un 23 por ciento. Cuando la Presidenta asumió el cargo, Néstor estaba apenas cinco puntos por encima de ella.
