Cerrar el grifo
Por Claudia Guebel
El actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, obsesionado por diferenciar su administración del Gobierno Nacional, acaba de reunir a buena parte del arco opositor para explicarles la necesidad de hallar cooperación en la Legislatura, frente a la acuciante necesidad que enfrenta su administración de hacerse de fondos frescos para encarar obra pública. El mecanismo propuesto es el remanido aumento del ABL, impuesto que se aplica sobre el Patrimonio (Alumbrado Barrido y Limpieza).
Ocurre que la recaudación tributaria prevista por las propias autoridades porteñas, que fue aprobada en el Presupuesto por la Legislatura para el presente ejercicio, quedó estimada en poco más de $15 mil millones de pesos. Es decir, $760 millones más que el año anterior ($14.333.7)
En aquella oportunidad, el Ministro de Hacienda estimó que el gobierno porteño recaudaría durante 2010 un total de $15.093; previendo además, una expansión (cálculos conservadores) del 6.2 puntos sobre los Ingresos Brutos. A ello debe sumarse la incorporación de 1 millón de m2 de superficie construida en los últimos meses en la ciudad que conlleva a un incremento significativo de la recaudación del impuesto en cuestión.
¿Por qué, entonces, no comenzar por la anulación de las rebajas del 10% sobre patentes de los vehículos radicados en la ciudad sobre contribuyentes de buen comportamiento, que no sean utilizados como instrumento de trabajo? Acaso ¿no resultaba imperiosa la necesidad de desincentivar el uso del automóvil en las calles porteñas?
Cierto es, que sumadas las fuentes de financiamiento para este año, el Ing. Macri cuenta con $1.937 millones, de los cuales $213 millones provienen de un préstamo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) aprobado por la Legislatura en 2005, curiosamente, para financiar el “Programa de Gestión de Riesgo Hídrico de la Ciudad de Buenos Aires” y destinado a obras de Readecuación en la red de desagües pluviales de la Cuenca del Arroyo Maldonado, así como otras medidas complementarias. Además, cuenta con otros 35 millones extras, provenientes del Banco Nacional de Desarrollo y el BN Paribas con destino a obras de inversión en las Cuencas de los Arroyos Vega, Maldonado y Mediano.
Toda una ironía, si se observan los resultados de las últimas inundaciones en la ciudad. Por lo pronto, en las últimas 24 horas, un centro de excelencia oftalmológica como el Hospital Lagleyse ha tenido que cerrar sus puertas preventivamente por riesgo de derrumbe de sus techos y riesgo de incendios por el mal estado de sus instalaciones eléctricas.
Lo que el Ing. Macri, aún no les explicó a los legisladores que participaron del convite, es qué fue lo que hizo con el dinero que la Legislatura aprobó por 50 millones de pesos para destinar a las deudas de proveedores así como a la renovación, modernización y mantenimiento de equipamiento médico de los establecimientos del Sistema Público de Salud (Ley 2780; Plan de Equipamiento Hospitalario).
Entre tanto olvido, el actual Jefe de Gobierno, debió explicar por qué razón siete escuelas que comenzaron a construirse hace 5 años, aún se encuentran paralizadas o retrasadas, y sin fecha de inauguración a la vista. Siendo que la Legislatura aprobó la colocación de deuda por $913 millones para financiar obras (FOISO; LEY 2570).
En lo fundamental estamos convencidos que es una verdadera inmoralidad deshacerse de los bienes de la Ciudad, como los terrenos en Catalinas para encarar compromisos de infraestructura escolar, dado que estamos frente a un serio problema de subejecución presupuestaria del orden del 57% y 63% en 2009, producto de la falta de expertisse y vocación políticas del elenco de funcionarios macristas.
Y por lo tanto, la ociosidad y ausencia marcada de sentido común, aseguran un fuerte deterioro en la calidad de vida de los vecinos de la ciudad de Buenos Aires. Ni vieja ni nueva política: Sólo buena o mala política. Y ésta, es muy mala.
